El pasado 24 de febrero se cumplieron tres años de que el régimen de Nicolás Maduro decretara la creación de la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional (conocido como ‘Arco Minero del Orinoco’).
Esta es una región que comprende 118. 843 kilómetros cuadrados del territorio venezolano, específicamente en la parte sur del país entre el río Orinoco, el Estado de Bolívar y parte del Estado de Amazonas.
Su creación buscaba compensar las pérdidas económicas por las caídas en el precio internacional del petróleo, debido a que esta zona abundan los recursos naturales.
En el Arco Minero, según reposa en el decreto número 2.248 de la Gaceta Oficial de Venezuela, los principales recursos que de allí se extraen son la bauxita, el coltán, los diamantes, el oro, el hierro y dolomita.
Sin embargo, sobre el Arco Minero varios medios de comunicación (incluido EL TIEMPO) y varios líderes opositores han denunciado crímenes que ocurren como relación a las operaciones extractivas que se desarrollan en esta zona y un profundo atropello al medio ambiente.
Durante la reunión del Grupo de Lima que se adelantó este lunes en Bogotá, el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, mencionó al Arco Minero del Orinoco.
“Una Venezuela en mano de criminales no puede ser sino un riesgo para la región. Vimos hace un mes y unos días en nuestro hermano país (Colombia) un atentado. El autor material, miembro del Eln, estuvo campeando por Venezuela, utilizando nuestro oro luego del peor crimen ecológico de la región, el Arco Minero, para comprar armamento”, dijo.
Incluso, en este diario, la Unidad Investigativa publicó un artículo titulado: los ‘negocios’ del Eln con la Venezuela de Maduro’. En él que fuentes venezolanas señalaban que ese grupo “está enquistado en los estados claves del llamado Arco Minero del Orinoco”.
El portal arcominerodelorinoco.com, en el cual reposa un especial periodístico sobre el tema, varios periodistas venezolanos describen en cinco partes –bajo el lema ‘crimen, corrupción y cianuro- cómo la extracción de recursos a gran escala, la deforestación, el uso de químicos y la imposición “a sangre y fuego” de la minería ilegal han afectado la zona y a sus habitantes ancestrales.
Pero, ¿qué hay detrás de este territorio venezolano cuyo origen se remonta hace 3 años?
“Ese proyecto se planteó hacia los 60 cuando comenzó la construcción de la represa del Guri y se pensó como una forma de ‘colonización’, de algún modo, del sur de Venezuela, una de las zonas menores pobladas de Venezuela”, cuenta Víctor Mijares, profesor venezolano de Ciencias Políticas en la Universidad de los Andes.
Para lograr ese objetivo, en ese entonces se fundó un poblado que hoy se conoce como ciudad Guayana. Así se puso foco a la riqueza natural de la zona, cuenta Mijares.
“Cuando Chávez llega al poder planteó un el eje Orinoco – Apure (para desarrollar la zona), donde incluso se habló de desplazar la capital del país (…) El eje nunca prosperó y no va a ser hasta el 2016 que Maduro va a plantear la idea del Arco Minero y, así, superar el declive de la capacidad productiva petrolera de Venezuela”, agrega el académico.
Sin embargo, Víctor Mijares afirma que el Arco Minero cumple un doble propósito: político y económico. El proyecto va a servir para que Maduro pueda reforzar su presidencia a través del apoyo de los militares y por eso crea la empresa Camimpeg.
“Esta es una empresa militar que crean las fuerzas militares para que accedan a la explotación de recursos minerales y en la zona se les da potestad de defensa”, dice.
Los líos en esa región, como se mencionó, han sido denunciados en varias ocasiones, según versiones de El Nacional, de Venezuela, el diputado de ese país, Américo de Grazia denunció en octubre de 2018 que el Eln cometió una “masacre” en el estado de Bolívar. El artículo continúa y señala el hecho guarda relación con grupos armados que se disputan el control de la actividad minera en la región.
El periodista Édgar López escribió en la página arcominerodelorinoco.com el artículo ‘Una mafia disfrazada de sindicato está al mando’. Allí relata que “el auge de la delincuencia organizada en los pueblos del sur del estado de Bolívar ha sido directamente proporcional al abandono estatal de la zona”.
El lío ambiental
“El Arco Minero está mal llamado porque allí no solo hay minerales. El 80 por ciento de la cubierta vegetal de la zona es de bosque, latifolios de hoja ancha, los de mayor capacidad de depuración del aire. En esta región de Venezuela están los ríos más caudalosos del país. El mal llamado Arco Minero es un espacio vital para el mantenimiento de los grupos indígenas que intentan que se les reconozcan sus derechos territoriales”, asevera Antonio de Lisio, geógrafo y profesor de la Universidad Central de Venezuela, y presidente del Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos.
De Lisio explica que en el año 2016, cuando Maduro decreta el Arco Minero, lo hace de espaldas a las consideraciones y acuerdos en materia ambiental, lo que actualmente, a su juicio, está produciendo una crisis ambiental por la deforestación, con unas consecuencias irreversibles.
“Por eso se habla de una crisis ambiental (…), porque las afectaciones a las cabeceras de los ríos puede tener implicaciones desastrosas para el mantenimiento del suministro de la represa del Guri (que aporta gran cantidad de energía). Desde el punto de vista social tiene consecuencias por la presencia de grupos irregulares, no solo de Eln, sino de otros grupos paramilitares que utilizan la fuerza para hacer control minero allí”, añade el geógrafo.
Redacción APP