Svitzer Monte Cristi, primera embarcación femenina de América Latina

Que las mujeres no pueden conducir barcos es uno de tantos estereotipos machistas que ha tumbado un equipo de cinco dominicanas y venezolanas, de la mano de la empresa Svitzer Caribbean, desde que empezaron el proyecto de crear la primera embarcación femenina hace poco más de un año.

«En República Dominicana existe la cultura Machista y queríamos entrar en una competencia silenciosa entre las embarcaciones; y para sorpresa nuestra, en las pasadas inspecciones estándares, salió a relucir que la embarcación totalmente femenina obtuvo la mayor puntuación de la flota de remolcadores», explicó a la APP de EL TIEMPO el Capitán Dickson Rivas, Country Manager de la empresa Svitzer Caribbean.

Según la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte, se estima que solo el 2 por ciento de la fuerza laboral marítima está compuesta por mujeres, la mayoría de ellas empleadas en cruceros y ferries.

«En Svitzer queremos trabajar activamente para mejorar las oportunidades y carreras de nuestras compañeras y también para quienes trabajan en la industria. Hoy en día, a nivel mundial, la organización emplea a un total de 21 mujeres marinas que ocupan desde puestos de comando hasta tareas operativas. «dijo Marc Niederer, Director General de Svitzer Américas.

Solo el 2 por ciento de la fuerza laboral marítima está compuesta por mujeres

«Para seleccionar las integrantes, necesitábamos estar completamente seguros de que cumplían con todas las regulaciones de la Organización Marítima Internaciona (OMI), tanto en Certificación STCW como experiencia, además de  cumplir con todas las reglamentaciones y cursos que requiere la bandera Dominicana», asegura Rivas.

Es así como comenzó el viaje de María de los Santos (capitana del barco), Marysabel Moreno (jefe de máquinas), Paloma Montero (contramaestre), Loreanni Torres (ayudante de máquinas) y Juana Custodio (Cocinera), por los puertos del mar Caribe.

Todas, menores de 31 años, viven hoy como una familia en el Svitzer Monte Cristi, un remolcador de 70 toneladas que se ha convertido, siete días a la semana, en su forma de sustento y en la manera de enseñarle a los hombres de República Dominicana, que las mujeres también pueden hacer un trabajo que tradicionalmente estaba diseñado para el sexo opuesto.

Y es que estas cinco mujeres han tenido que prepararse por años para poder asumir el control total de una embarcación que cumple la función de ayudar a aparcar todo tipo de navíos según la misión y el puerto al que las envíen.

«La embarcación es un Remolcador de Puerto ASD de tercera Generación que tiene 70 Toneladas de fuerza de Tiro y que fue construido por los Astilleros Sanmar en 2016, su función es la de asistir a las embarcaciones que llaman a los puertos de Rio Haina y Caucedo para su atraque y desatraque», continúa Rivas.

Para los empresarios de Svitzer Caribbean esta embarcación no solo es motivo de orgullo sino también una muestra clara de que los vientos han cambiado y ya no debe verse raro que una mujer como Marysabel Moreno, de 27 años, se gradúe de una carrera como Oficial de máquinas de la Marina Mercante e Ingeniero Marítimo en Instalaciones Marinas.

Primera embarcación femenina de América Latina

María de los Santos, capitana del barco, Marysabel Moreno (jefe de máquinas)

Foto:

Cortesía de Svitzer Caribbean

«Tuve una fuerte preparación previa en una escuela de la marina mercante, escogí la parte de máquinas y luego empecé a ejercer mi profesión. Recuerdo que en mis clases, de 40 alumnos, unas 5 éramos mujeres. A veces veía materias en las que era solo yo y solo hombres. Después llegué al Svitzer Caribbean y logré demostrar mis competencias hasta llegar al cargo de jefe de máquinas», menciona por su parte Marysabel Moreno, jefe de máquinas, a la APP de EL TIEMPO.

Marysabel cursó su carrera en un entorno rodeado en su mayoría por hombres. Según ella, no fue fácil. «Muchos todavía tienen la percepción de que las mujeres no estamos hechas para para navegar, mucho menos tener habilidades para la mecánica de barcos, pero para mí eso solo fue un reto y hoy demuestro todo lo contrario».

Y el camino, a pesar de los éxitos, no ha sido fácil. «A mi familia por supuesto le da miedo cada vez que salgo a misión, porque son siete días que paso en el mar y solo puedo llamarlos cuando llegamos a un muelle y tenemos comunicaciones».

Sin embargo, a nadie en su casa le ha faltado un minuto para apoyar a Marysabel en su sueño de navegar el mar.

Siete días y 24 horas en el agua

Para Marysabel, sus compañeras, con quienes cumple cerca de cinco meses navegando, se han convertido en su familia en el mar y un ejemplo para ella de que debe luchar por sus sueños. «Todas ellas son madres, deben dejar a sus hijos los siete días que salimos. Yo soy la única que no tiene hijos. Aún así, todas salimos a trabajar con todas las ganas en aguas del Caribe, a veces cerca a República Dominicana, a veces en el extranjero».

Marysabel recalca que para esta profesión, sin importar si eres hombre o mujer, se requiere un importante apoyo de la familia, pues es mucho tiempo el que se pasa fuera de casa.

Pese al dolor de estar lejos de los seres queridos, en su día a día las cinco integrantes tienen suficiente trabajo para estar concentradas pues, al mínimo error, un buque petrolero puede terminar chocando contra un muelle y propiciando un desastre.

«María de los Santos, de 24 años y capitana, es la encargada de la maniobra y pilotea la nave, yo soy el apoyo y estoy pendiente de que la propulsión funcione al cien por ciento, de que siempre haya seguridad para realizar una maniobra porque hacemos operaciones riesgosas», narra emocionada Marysabel.

La joven, nacida en Venezuela, pero con nacionalidad dominicana, señala que su labor es muy importante porque «si un barco tuviera que atracar solo, no tendría la capacidad de maniobra y podría ocasionar un desastre». Según ella, por día pueden realizarse entre 15 a 17 maniobras o remolques, lo que las mantiene casi que 24 horas ocupadas. «Todo depende del puerto o la misión a la que nos envíen».

Primera embarcación femenina de América Latina

Primera embarcación femenina de América Latina

Foto:

Cortesía de Svitzer Caribbean

Una alimentación ligera

Al ser preguntada por el tipo de alimentos que consumen durante los días en el mar, Marysabel dirige sus palabras a Juana Custodio, de 31 años, la encargada de la cocina.

«Juana es la que se encarga de que todas nos alimentemos como debe ser. Pero hay muchos mitos alrededor de lo que comen los marinos. Nosotras, por ejemplo, debemos comer cosas bastante livianas, dado que estamos todo el tiempo a la merced del movimiento de las olas. Así que principalmente servimos arroz, galletas o cosas horneadas, pero con mucho cuidado por nuestras condiciones». 

Otras funciones

Marysabel es enfática en que la labor de cada una en el barco es complementaria e indispensable para las operaciones que se realiza. Por ejemplo Paloma Montero,  de 27 años y contramaestra, es la encargada del mantenimiento de la cubierta, de los cabos de amarre, la que ayuda al pasar del cabo al barco y asegurarlo, entre otras cosas. Además Loreanni Torres, de 22 años, su ayudante de máquinas, cumple un papel fundamental al apoyar a Marysabel en sus tareas que requieren de mucha precisión y conocimiento.

«Cada día para mí es un reto y una oportunidad para aprender. Debemos tener muchas precauciones, extremo cuidado con lo que hacemos y siempre preparar adecuadamente el barco para zarpar. Es mucha la incertidumbre que se presenta con las circunstancias que debemos resolver en poco tiempo. Pero al final del día lo único que siento es satisfacción y felicidad de haber terminado bien mi trabajo», finaliza Marysabel. 

María del Mar Quintana Cataño
Redacción APP
Twitter: @Mirademar

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