Republicanos propinan duro golpe a Trump y su muro fronterizo

Probablemente fue un ejercicio meramente simbólico. Aún así este jueves el mismo partido republicano le propinó a Donald Trump un humillante derrota precisamente en un tema que ha sido eje de su mandato.

En horas de la tarde el Senado, controlado por este partido, aprobó una resolución que rechaza la declaración de emergencia nacional emitida por el presidente para poder apropiarse, de manera extraordinaria, los fondos que dice necesitar para construir un muro en la frontera con México.

Doce republicanos, de los 53 con los que cuentan en esta Cámara, votaron a favor junto a los 45 demócratas y dos independientes para un voto de 59 a favor y 41 en contra.

Hace dos semana la Cámara de Representantes, también con el respaldo de algunos legisladores en este partido, ya había aprobado la resolución que ahora pasará a la Casa Blanca.

Trump optó por la vía de la emergencia nacional luego que el Congreso le negara los casi US $6.000 mil millones que quería para construir el muro, una de sus principales promesas de campaña.

En ese sentido, la emergencia le permite al presidente ignorar esa decisión de Congreso y sacar los fondos que requiere a través de recortes al gasto público ya aprobado.

Según el presidente, Estados Unidos está siendo «invadido» por miles de inmigrantes que a diario atraviesan la frontera sur y entre los que hay terroristas, narcotraficantes y otros criminales. Todo una crisis que justifica estas medida extrema.

Muro fronterizo con México

Migrantes hondureños tratando de cruzar el muro en la frontera sur estadounidense con Tijuana (México).

Foto:

Sandy Huffaker / AFP

Pero para los demócratas, y los republicanos que los secundaron, no existe tal crisis o al menos no es lo suficientemente aguda como para justificar la emergencia.

Si bien no hay duda en que el presidente tiene el poder de decretar una emergencia de manera unilateral y otros presidentes lo han hecho en el pasado (existen actualmente 59 emergencias nacionales vigentes), el debate está en las razones que lo permiten y los limites que se establecieron en 1976 cuando el legislativo aprobó un ley para reglamentar este poder presidencial.

Los detractores de Trump consideran que no existen méritos para invocarla y les preocupa que en el futuro un presidente pueda utilizar la herramienta a su antojo.

Entre los mismos republicanos el temor es que el día de mañana un presidente demócrata, amparado en el precedente que estaría creando Trump, pueda declarar una emergencia para, por ejemplo, extender el cubrimiento de salud a toda la población y otras prioridades en la agenda de este partido.

«Este es un voto por la Constitución y por el balance de poderes. Si el presidente puede ignorar una ley del Congreso este se volvería el poder absoluto y no un poder en balance con los otros poderes», dijo Mitt Romney, uno de los republicanos que voto en contra.

Este es un voto por la Constitución y por el balance de poderes. Si el presidente puede ignorar una ley del Congreso este se volvería el poder absoluto y no un poder en balance con los otros poderes

La derrota es simbólica, no obstante, por que el presidente ya anunció que vetará la resolución. Si lo hace, se convertiría en el primer veto de su presidencia y esta volvería al Congreso donde tendría que ser aprobada nuevamente por las dos terceras partes de ambas cámaras para imponer su decisión sobre la de Trump.

Pero en ninguno de los órganos del legislativo existe tal cantidad de votos.

La mayoría de analistas coincide en que si bien es un revés, no se trata de una rebelión de los republicanos contra Trump. Y esto lo demuestra el hecho de que solo 13 miembros de este partido en la Cámara de Representantes, entre casi 200, votarán en contra de la resolución.

Es por eso que desde el comienzo, los demócratas le están apostando más a las cortes como el escenario donde podrán bloquear de manera efectiva la declaración de emergencia.

Ya, de hecho, los Fiscales Generales de 21 estados del país elevaron una demanda ante una corte de California que podría ponerle freno de mano a sus intenciones muy pronto mientras avanza el caso en el sistema judicial.

Aún así, el simple hecho de que un sector de su partido decidiera no acompañarlo en este voto implica que el control de Trump sobre el partido no es absoluto y que existen todavía hay áreas en las que están dispuestos a desafiarlo.

Eso, de paso, quedó demostrado esta misma semana cuando el Senado de mayoría republicana, en contra de los deseos de Trump, aprobó otra resolución que pide poner el fin al apoyo militar que da EE.UU. a Arabia Saudita en el contexto de la guerra civil en Yemen.

Casi al mismo tiempo la Cámara de Representantes, de manera bipartidista (420 votos a favor y 0 en contra), pasó una declaración en la que exigen que el reporte que elabora el Fiscal Especial Robert Mueller sobre el rol de Rusia en la campaña del 2016 y sus posibles nexos con el presidente, se entregado al
Congreso y presentado al público en general.

Algo con lo que la administración no se ha comprometido.

SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington

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