El Consejo Permanente de la organización de Estados Americanos, OEA, aprobó este martes una resolución en la que reconoce al enviado de la Asamblea Nacional venezolana y del presidente Juan Guaidó como el «representante permanente» ante este órgano.
Aunque la resolución inicial que se consideró en el Consejo era más contundente, pues reconocía a Tarre expresamente como el representante de la «República Bolivariana», a última hora, Jamaica propuso una enmienda que aguó el lenguaje.
Eso llevó a que algunos países preguntaran si se estaba reconociendo a Tarre como el representante de un poder del Estado (la Asamblea Nacional) mientras seguían reconociendo a los nombrados por el actual Ejecutivo. Varios embajadores recalcaron que en la misma resolución se recordaba que la OEA solo reconoce a la Asamblea Nacional como único órgano legítimo en Venezuela.
«Aceptar el nombramiento del señor Gustavo Tarre como representante permanente de la Asamblea Nacional, hasta que se celebren nuevas elecciones y el nombramiento de un gobierno democráticamente electo», dice el texto de la resolución.
La medida fue votada favorablemente por 18 países que representan la mayoría simple en este entidad compuesta por 34 miembros durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente en Washington.
De acuerdo con el embajador de EE.UU. ante la OEA, Carlos Trujillo, Tarre ocupará de ahora en adelante el asiento que antes ocupaban los enviados de Nicolás Maduro, que ahora deberán abandonar el país.
En conversación con EL TIEMPO, Tarre se mostró complacido con el desarrollo y anunció que presentará sus credenciales este miércoles al secretario general Luis Almagro. «Hoy logramos el cese de la usurpación de nuestra silla en el consejo permanente de la OEA un paso importante para lograr los objetivos planteados por el presidente Guaidó», celebró Tarre en Twitter.
«Lo fundamental acá es que se reconoció a Tarre como el representante legítimo del estado venezolano. No es como lo hay querido vender otros por que el único órgano legítimo que hay en Venezuela es la Asamblea Nacional», dijo el embajador colombiano Alejandro Ordóñez.
El embajador aseguró, además, que Tarre estará sentado en la silla de Venezuela cuando vuelva a reunirse el Consejo y que serán los porteros de la OEA los que se encargarán de impedir que ingresen los delegados de Maduro.
Lo fundamental acá es que se reconoció a Tarre como el representante legítimo del estado venezolano: Ordóñez
El Consejo Permanente de la OEA se convierte así en el primer órgano político de alcance regional que reconoce al gobierno de Guaidó (el primero en hacerlo fue el Banco Interamericano de Desarrollo).
Así mismo, constituye otro golpe contra Maduro en el pulso que libra contra el gobierno interino de Guaidó por obtener el reconocimiento internacional.
Pero quizá lo más importante es que Venezuela ya no saldría de la OEA como pretendía Maduro, que hace dos años denunció la convención interamericana para iniciar ese proceso.
La fecha oficial de la salida era este 27 de abril. Pero al reconocer a Guaidó como el representante legítimo de Venezuela, el Consejo tiene ahora que acoger la carta que envió la Asamblea Nacional el 22 de enero en la que expresan su deseo de permanecer.
La decisión, en todo caso, fue duramente cuestionada por algunos países, entre ellos México y Uruguay. Para estos, una decisión semejante solo podía ser adoptada por una mayoría calificada de las dos terceras partes (24 votos) y durante una Asamblea General o Extraordinaria, que es el órgano supremo de la organización donde participan los cancilleres de la región. Así mismo, que no le correspondía al Consejo reconocer a un gobierno o desconocer a otro.
«Lo que está en juego es la institucionalidad de la OEA. Estamos sentando un precedente sin fundamento jurídico que va a impactar el futuro de la organización. Se trata de un tema muy delicado que no se puede resolver por una simple superioridad numérica», dijo el embajador de México Jorge Lomonaco.
Lo que está en juego es la institucionalidad de la OEA. Estamos sentando un precedente sin fundamento jurídico que va a impactar el futuro de la organización: México
Asbina Marín, hasta ahora la representante de Maduro calificó la movida como un golpe de estado no solo contra Venezuela sino contra la misma OEA.
«La OEA no tiene autoridad para reconocer o desconocer. Acá lo que estamos viendo es la ley del más fuerte. Esta es una decisión sin antecedentes en la historia de este organismo que van en contra de sus principios más básicos», sostuvo Marín que tendrá que desalojar el asiento en el Consejo tan pronto el secretario Luis Almagro acepte las credenciales de Tarre y evacuar la sede física de la embajada pues ya no es reconocida ni por la OEA ni por EE.UU.
Para los defensores de la medida lo que se está haciendo es tomar una postura dentro de las facultades del Consejo y muy similar a la que asumió el BID cuando el directorio votó a favor de reconocer a Ricardo Hausmann, el nominado por Guaidó como su representante ante el Banco.
La medida, en todo caso, es de momento transitoria y no otorga un reconocimiento pleno.
La OEA no tiene autoridad para reconocer o desconocer. Acá lo que estamos viendo es la ley del más fuerte: Representante de Maduro
En otras palabras, de ahora en adelante Tarre será el representante legal de Venezuela ante el Consejo Permanente y otros mecanismos subsidiarios de este pero no en otros como el Consejo Interamericano de Desarrollo (CIDI), un organismo de la OEA que tiene el mismo rango que el Consejo Permanente y por lo tanto no lo amarran sus resoluciones.
Para que el reconocimiento sea pleno, el tema tendría que ser aprobado por la Asamblea General cuando se reúnan en Medellín en junio.
Pero aún existe un fuerte debate sobre si solo serán necesarios los mismos 18 votos que servirían de base para reconocer a Tarre en el Consejo de este a martes, o tendrán que obtener una mayoría calificada de 24 votos (dos tercios de los países).
Sus proponentes afirman que con 18 es suficiente pues están solo ratificando lo que ya hizo el Consejo.
Dicho eso, algunos de los estados miembros que respaldaron la resolución confiesan en privado que la movida de este martes fue producto de la enorme presión que ejercieron algunas naciones, especialmente EE.UU. y supone una nueva interpretación del reglamento de la OEA.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington