La filtración de documentos de WikiLeaks con información confidencial incomodó a personalidades y gobiernos de todo el mundo. Su fundador Julian Assange, capturado por las autoridades británicas y quien estuvo asilado durante casi 7 años en la embajada de Ecuador en Londres, dijo él defiende la idea de circulación libre de información, en especial de comportamientos no éticos. Y Colombia tuvo, en su momento, su capítulo de filtración de documentos en esa plataforma.
Corría el año 2010. El auge de las filtraciones de WikiLeaks estaba en su momento cumbre. Al menos 91.000 documentos militares sobre operaciones en la guerra de Afganistán habían salido a la luz pública y gobiernos calificaban la filtración como “un asunto realmente serio”.
El 1 de diciembre de 2010, EL TIEMPO publicó un artículo titulado: ‘Colombia, ‘foco de inestabilidad’: cable filtrado por WikiLeaks’. En ese entonces, este medio constató que en la base de datos de la plataforma de Assange había información relacionada sobre una conversación entre una funcionaria estadounidense con el entonces ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, relacionada con la utilización de bases colombianas por parte de militares de EE. UU.
En el cable de Wikileaks, el brasileño “prácticamente reconoció la presencia de las Farc en Venezuela”. Además, señala el informe que Colombia fue tema habitual de las conversaciones de alto nivel entre la embajada de Estados Unidos en Brasilia y el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, para el que nuestro país fue, en algún punto, “centro de inestabilidad en la región”.
Luego de ese episodio, El País de España tuvo acceso a otros documentos de WikiLeaks e informó que el expresidente Álvaro Uribe tuvo un tercer intento de diálogo directo con la guerrilla de las Farc al final de su mandato presidencial. El cable describe que Frank Pearl le dijo a William Brownfield –exembajador de EE. UU. en Colombia- “que había desarrollado canales de comunicación con las Farc”.
Ese mismo medio español, a principios del 2011, reveló otro cable diplomático de Estados Unidos en el que se habla del objetivo de ese gobierno por la depuración del extinto DAS. Para ello, el entonces embajador de ese país, William Brownfield se reunió el 15 de septiembre de 2009, «amenazó al entonces vicepresidente Francisco Santos con endurecer las relaciones de su país con los servicios secretos colombianos», señala El País.
A esto, Santos habría respondido que Uribe «no comprendía a fondo» la gravedad del escándalo de las interceptaciones ilegales, por lo que le pidió tener un encuentro directo con Uribe para explicarle la necesidad de «tomar medidas de fondo en el DAS».
Por otro lado, sobre la tensión entre Hugo Chávez y Álvaro Uribe, otra filtración de una reunión en el 2007 entre senadores de Estados Unidos, miembros de la embajada y el expresidente, se conoció que Uribe les dijo que “el proyecto revolucionario liderado por Chávez es una amenaza comparable a la de Hitler en Europa”.
REDACCIÓN APP