La decisión de Ecuador de acabar este jueves con siete años de asilo de Julian Assange en su embajada de Londres fue producto de un largo deterioro de las relaciones y es considerada como la ruptura definitiva entre el actual presidente Lenin Moreno y el legado del expresidente Rafael Correa, quien fue su padrino y aliado político.
Tras conocer la noticia de la revocación del asilo y la nacionalidad ecuatoriana a Assange, el expresidente Correa, actualmente exiliado en Bruselas, tildó a Moreno de ser el «traidor más grande de la historia» latinoamericana y de cometer un «crimen» por entregar al fundador de WikiLeaks, pues fue bajo el gobierno de Correa en 2012 en el que Ecuador otorgó la protección a Assange por considerarlo «un héroe de la libertad de expresión», ya que filtró cientos de miles de documentos secretos en los que se revelaban crímenes de varios gobiernos, especialmente Estados Unidos.
«Moreno es un corrupto, pero lo que ha hecho es un crimen que la humanidad jamás olvidará», tuiteó Correa, residente en Bélgica, después que la policía británica detuviese a Assange al retirarle Quito el asilo diplomático (…) Me disculpo en nombre del pueblo ecuatoriano. Un gobierno así, un presidente tan traicionero y traidor, no nos representa», dijo Correa sobre la decisión de Lenin Moreno.
El traidor más grande de la historia ecuatoriana y latinoamericana, Lenín Moreno, permitió que la policía británica entre a nuestra embajada en Londres para arrestar a Assange.
Moreno es un corrupto, pero lo que ha hecho es un crimen que la humanidad jamás olvidará. https://t.co/GwZ4OLreuo— Rafael Correa (@MashiRafael) 11 de abril de 2019
En contraste, Moreno, quien tenía una opinión menos favorable de Assange cuando asumió el cargo en 2017, dijo que con la expulsión de Assange, a quien llamó «malcriado», Ecuador se había «quitado una piedra del zapato».
«No puedes tu llegar a una casa que te acoge con afecto, que te da de comer, que te cuida y empezar a denunciar al dueno de casa. Su conducta ha sido irrespetuosa», dijo
el presidente sobre su decisión.
Moreno había ordenado al hacker australiano que redujera sus comentarios políticos, dejara de montar su patineta en los pasillos de la embajada y limpiara los desechos de James, el gato que adoptó como mascota.
La gota que rebalsó el vaso parece haber sido la aparición de un sitio web anónimo que acusó a la familia de Moreno de crear compañías offshore y de usarlas para vivir un estilo de vida lujoso en Europa mientras se desempeñaba como delegado especial de la ONU para discapacidades, acusaciones que el presidente ha negado.
Los materiales filtrados, apodados los «INApapers», contenían fotografías privadas de Moreno y su familia. Después de que se difundieran, Moreno dijo que Assange no tenía derecho a «hackear cuentas privadas y teléfonos» sin acusarlo directamente.
WikiLeaks twitteó sobre los informes pero, en mensajes y declaraciones a Reuters, negó rotundamente que Assange fuera responsable de las filtraciones o tuviera algo que ver con su publicación inicial.
En concreto, Assange de conspirar contra el gobierno de EE. UU. por filtrar 750.000 documentos con secretos militares; de violar los términos de su libertad condicional en Londres, por lo que fue arrestado; y, aunque el caso prescribió, fue acusado de abuso sexual por dos mujeres en Suecia.
* Con información de AFP y Reuters