El presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió este jueves por primera vez con el líder norcoreano Kim Jong-un, al que apoyó en su tenso pulso con Estados Unidos para la desnuclearización de la península coreana.
“Ellos solo necesitan garantías de seguridad. Eso es todo”, dijo Putin tras reunirse con Kim en Vladivostok, histórica ciudad-puerto bañada por el océano Pacífico.
Dos meses después del fracaso en Hanói de la segunda cumbre entre Kim y Donald Trump, Putin aprovechó la oportunidad para defender la soberanía de Pionyang, aunque insistió en que el Kremlin también aboga por el desarme nuclear del régimen.
A propósito de la cumbre de Hanói, Kim consideró que “la situación de la península de Corea y su región está estancada y en un punto crítico” y advirtió que la situación “podría volver a su estado original ya que Estados Unidos adoptó una postura unilateral de mala fe en esa cumbre”.
Los comentarios críticos con la actitud estadounidense llegan una semana después de que Pionyang pidiera que el secretario de Estado, Mike Pompeo sea retirado de las conversaciones nucleares con Washington, acusándolo de hacer descarrilar el proceso.
Putin consideró “posible” la desnuclearización de la península coreana, más aún cuando le dio la “impresión” de que Kim apoya la no proliferación de armas de destrucción masiva, aunque a cambio dé “garantías de seguridad y de defensa de su soberanía”.
Putin aseguró que los Kim (Kim Il-sung, Kim Jong-il y Kim Jong-un, abuelo, padre e hijo) concluyeron que las armas nucleares eran la mejor garantía de supervivencia ante un intento de un violento cambio de régimen.
La situación de la península de Corea y su región está estancada y en un punto crítico. Podría volver a su estado original ya que EE. UU. adoptó una postura unilateral de mala fe en esa cumbre
Por ello insistió en la necesidad de poner en marcha medidas de confianza y de renunciar a “la ley del más fuerte” a la hora de resolver crisis internacionales como la coreana, que tiene al mundo en vilo desde el fin de la Guerra Fría.
En cuanto a la reanudación de las negociaciones nucleares a seis bandas –China, ambas Coreas, Japón, EE. UU. y Rusia–, consideró que dicho formato será necesario en caso de que Pionyang exija “garantías internacionales”.
Por su parte, Kim aseguró que fue a Vladivostok a tratar “las vías para el arreglo pacífico” del conflicto nuclear, que, en su opinión, despierta un “interés prioritario” en el mundo. “Espero que nuestras negociaciones sigan de manera útil y constructiva”, afirmó Kim, quien invitó a Putin a su país, propuesta que fue aceptada por el presidente ruso.
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