Colette Capriles, investigadora y docente de la Universidad Simón Bolivar de Venezuela, responde a seis preguntas en relación con la sublevación de este martes en Venezuela. En ese país, un grupo de militares venezolanos se rebeló contra el presidente Nicolás Maduro en apoyo al opositor Juan Guaidó, quien a su vez llamó a toda la Fuerza Armada a sumarse al movimiento que el régimen denunció como un golpe de Estado.
A manera de análisis, ¿qué significa para usted la jornada de protestas de este martes con Guaidó y Leopoldo López como protagonistas?
Es una jornada que no ha terminado, pues seguirá este miércoles con nuevas marchas. Nosotros en Venezuela estamos en un sistema de desinformación, todo depende de redes sociales, y ya sabemos cuál es la confiabilidad de eso. Pero básicamente todo esto es un aceleramiento del proceso político que se está gestando en Venezuela desde enero.
Lo de este martes apareció asociado a un alzamiento militar, pero vimos a sus líderes adelantando los movimientos que debían haberse producido este miércoles, y lógicamente eso dejó demasiada especulación del porqué se produjo un día antes.
Hay versiones muy serias de que hubo amenazas hacia los entornos de Guaidó y de López. Y por las declaraciones de miembros del gobierno de EE. UU., se puede ver que hubo acercamientos con diálogos, pero estos fallaron a último momento.
También, se puede atender como una maniobra del régimen para evitar mayor persecución. Es bastante complicado la interpretación de lo que está pasando.
¿Cómo se puede entender la actitud de atrincheramiento de Maduro? Este martes, por ejemplo, solo publicó un trino…
Eso, en realidad, es la consecuencia de lo que ha venido haciendo en las últimas semanas. Si bien publica trinos con frecuencia, su actitud demuestra que sigue sin encontrar un camino para avanzar sin tanto problema.
Lo de este martes los sorprendió, porque nadie esperaba eso.También estarán evaluando la lealtad de sus aliados. La encrucijada es grande. Y si los rumores, hasta de que se iba para Cuba, terminan siendo ciertos, eso lo explica todo.
Leopoldo López reaparece en las protestas tras su prisión domiciliaria y luego entra en calidad de huésped a las embajadas de Chile y España.
Lo interpreto como una medida defensiva. Ese aceleramiento en el proceso político del país tiene, a lo mejor, que ver con amenazas directas a él y su familia. También, quizá, buscará un mejor espacio para negociar con el régimen. Todo esto va muy rápido.
¿La respuesta de la comunidad internacional fue la esperada?
Justamente, por eso digo que el alzamiento de este martes no estaba organizado por nadie, fuera de los líderes opositores y los militares que participaron. Es claro que esto tomó por sorpresa a los aliados de Guaidó.
Yo creo que todos estaban esperando ver qué pasaba. Apenas en la tarde, se pronunció el Grupo de Lima respaldando de nuevo a Guaidó, el cese de la usurpación y la transición. También, hubo información de que 25 militares pidieron asilo en la embajada de Brasil, entonces, no sabemos muy bien si fue una intentona que no prosperó o es parte de la cadena de actos que busca sacar a Maduro.
Por la mañana se vio mucha represión en las calles, pero en la tarde se vio una tensa calma con manifestantes y sin autoridades presentes. ¿Eso qué demuestra?
Es una jornada de dos días. El régimen debía estar midiendo fuerzas, buscando otros contactos con países externos, pero es obvio que algo está pasando por debajo de la mesa. Esta jornada demuestra que hay negociaciones al más alto nivel.
¿Y cómo queda el estamento militar?
En definitiva, en lo de este martes no participaron brigadas con gran capacidad de fuego; se produjeron algunas escaramuzas, pero no hubo realmente un enfrentamiento como otras veces. Tampoco se vio a un Maduro perdiendo respaldo militar. Eso no está pasando para nada, pero, de todas maneras, cualquier acción de este tipo demuestra vulnerabilidad.
ANDRÉS RUIZ
REDACCIÓN INTERNACIONAL