Israelíes y Hamás tienen claro que el alto el fuego logrado el domingo no es el fin de la violencia. Ya dejaron de contar cuántas han sido las escaladas, y la pregunta que aún no se responden es cuándo se desmoronará el nuevo pacto no firmado, logrado con mediación de Egipto y de Catar.
Una señal clara, en lenguaje escueto y sencillo, de esa sensación del lado israelí la dio en Facebook el Consejo Regional Eshkol, adyacente a la Franja de Gaza y blanco de los cohetes de Hamás: una foto en la que se ve una estructura blindada que sirve de refugio, en la que alguien colgó un papel con las palabras: ‘Enseguida volvemos’.
Esto, tras la escalada desatada el sábado, cuando comenzó el disparo de cohetes hacia las comunidades civiles en el sur de Israel.
En unas 40 horas, Hamás y Yihad Islámica lanzaron 700 cohetes hacia Israel, matando a 4 civiles y dejando a más de 200 heridos. Israel respondió atacando 330 posiciones, que dejaron 25 palestinos muertos. Según fuentes palestinas, hubo más de 150 heridos. La gran mayoría de los muertos eran de los brazos armados de ambas organizaciones, pero según fuentes en Gaza había civiles y niños entre ellos.
Más allá de las mutuas acusaciones, la pregunta es si el alto el fuego cambia algo de fondo en la situación. “Gaza está bloqueada desde el 2007 y eso ha bajado el nivel de vida y aumentado la pobreza y el desempleo”, dicen fuentes en el portal Palestine Live, identificado con Hamás. Para los israelíes, el tema es la postura de fondo de Hamás y el hecho de que no dedica sus recursos al bien de la población sino a su infraestructura armada.
En opinión del General (retirado) Giora Eiland, ex asesor de Seguridad Nacional en Israel, para cambiar de fondo la situación es imperioso tomar una decisión política que hoy parecería que Israel o al menos el primer Ministro Benjamin Netanyahu, no desea tomar. «Por más que no tengamos obligación de hacerlo ya que nos retiramos de Gaza hace 14 años, debemos tratar de mejorar considerablemente la situación en en dicha zona, para que la gente tenga lo que perder», declaró este lunes . «Y para poder desarrollar proyectos importantes de infraestructura , es necesario hablar con quienes son gobierno en Gaza: Hamás».
Pero Israel no quiere hablar con Hamás, una organización terrorista que no reconoce su derecho a existir a la que no quiere fortalecer, pero por otro lado parece renuente a intentar derribar.
El hecho es que el Israel oficial ni siquiera comunicó nada formalmente sobre el alto el fuego, al parecer para evitar decir explícitamente que pactó con Hamás, aunque sea vía Egipto.
Más allá de la sensación de la población del sur, que vuelve a sentir que se aceptó alto el fuego prematuramente antes de asestar un golpe verdaderamente duro a Hamas, expertos en seguridad opinan que esta vez sí ha habido logros concretos.
Uno de ellos es el analista Ron ben Yshai del portal Ynet, quien considera que «Israel se mantuvo firme frente a la presión de Hamas y resistió un alto el fuego en condiciones adversas.». Lo central, según él, es que esa es «una lección que Hamas recordará antes de renovar el fuego la próxima vez que sus demandas no se cumplan de inmediato».
Pero ahora, si son ciertos todos los informes de fuentes palestinas, las demandas de Hamas son varias e Israel habría accedido a no pocas. Cabe esperar y ver si estas tranquilizan realmente la situación y ello es usado para mejorar la situación interna en la Franja , o si son desviadas hacia la infraestructura militar de Hamas.
Jana Beris
Para EL TIEMPO
Jerusalén