Por meses ya, funcionarios de la administración de Donald Trump -incluido el propio presidente-, han venido insistiendo en que para el caso de Venezuela todas las opciones están sobre la mesa, incluida la militar. Pero de acuerdo con un artículo del ‘Washington Post’, al parecer, se trata de una amenaza que por ahora tiene pocos dientes.
Según el artículo, que está basado en fuentes anónimas de la propia administración, si bien Trump mismo fue de los primeros en plantear una intervención militar en Venezuela, ahora «no se está inclinando a ordenar ningún tipo de intervención, según dijeron dos funcionarios y un asesor externo», afirma el diario.
Al menos no una intervención militar clásica, como la que adelantaron en Panamá, que involucre tropas y/o bombardeos aéreos.
La nota, titulada ‘Un frustrado Trump hace preguntas sobre la estrategia frente a Venezuela’, sostiene que el presidente republicano cree que lo engañaron cuando le dijeron que remover a Nicolás Maduro sería una tarea fácil y cuando lo convencieron, la semana pasada, de que el régimen caería dado el supuesto acuerdo que se tenía entre la oposición y oficiales cercanos al mandatario venezolano.Trump, de hecho, estaría muy molesto con su Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, a quien atribuye buena parte del problema.
No se está inclinando a ordenar ningún tipo de intervención, según dijeron dos funcionarios y un asesor externo
«La insatisfacción del presidente se ha cristalizado en torno a Bolton y se queja de que se trata de una posición intervencionista que va en contra de su visión de que EE. UU. no debería meterse en líos en el extranjero», dice el medio.
Ya circulaba desde la semana pasada el rumor de que el mismo presidente le viene diciendo a sus asesores y amigos que «Bolton lo quiere meter en una guerra».
Algo que no le interesa no solo por principios -se viene retirando de las guerras Irak, Afganistán y Siria pese a las recomendaciones de sus propios militares que le han pedido permanecer- sino por un cálculo electoral: no le interesa entrar a la recta final de su campaña de reelección habiendo, él mismo, iniciado un conflicto que va en contravía de sus promesas electorales.
Trump, dice el ‘Post’, también cree que sus asesores «subestimaron» a Maduro, a quien considera «un hueso duro de roer» e incluso ha comenzado a expresar dudas sobre el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.
«El presidente, durante reuniones en la Oficina Oval y conversaciones telefónicas con asesores ha planteado dudas sobre el fuerte apoyo que su administración le ha dado a Guaidó. Aunque a Trump le gusta el carismático líder también ha dicho que no sabe si está listo para tomar el control y qué tanto verdaderamente saben sus asesores sobre él», afirma el diario.
Según el artículo del medio estadounidense, aunque el presidente de EE. UU. se siente cómodo con una posición beligerante en el caso de Irán -y estuvo de acuerdo con el reciente envío de una flotilla de la armada a las aguas del Golfo Pérsico, no siente lo mismo con la retórica de guerra para el caso de Venezuela, pues este no plantea una amenaza militar para Estados Unidos y tiene el riesgo de desatar una pelea indirecta con Rusia, que respalda a Maduro.
De acuerdo con el ‘Post’, los desarrollos del pasado 30 de abril «han archivado toda discusión seria sobre una fuerte respuesta militar de EE. UU. en este país».
Los militares, dice el diario, consideran que cualquier escenario que involucre el envío de tropas sería un «atolladero» y que el uso de misiles podría causar muchas bajas de civiles.
El Presidente, durante reuniones en la Oficina Oval y conversaciones telefónicas
con asesores ha planteado
dudas sobre el fuerte
apoyo que su administración
le ha dado a Guaidó
«La Casa Blanca ha estado pidiendo a sus militares alternativas distintas a una invasión como tal. Y en este momento esas opciones incluyen el envío de recursos militares a la región, elevar la ayuda a países vecinos como Colombia y más recursos para atender las necesidades de los migrantes que están llegando a países de la región. Como opciones más directas se consideraría el envío de barcos de la armada para mostrar poderío», dice el diario.
Líneas más adelante, el artículo dice que «los planes de continuar respaldando la causa de la oposición siguen firmes. De hecho, Trump mismo lo volvió a reiterar este miércoles y el presidente le ha ordenado a Bolton que le siga dando prioridad al tema venezolano.
Pero a la vez, los funcionarios parecen muy conscientes de que la resolución de la crisis está más a mediano y largo plazo.
Este jueves, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, negó que vaya a alcanzar un «trato» con Estados Unidos sobre Venezuela durante las consultas que mantendrá la próxima semana en Moscú con el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo. «Habitualmente los tratos son cosa del (presidente de EE. UU., Donald) Trump», comentó Lavrov a la agencia oficial Ria Nóvosti antes de asistir al desfile en la Plaza Roja por el Día de la Victoria.
La Cancillería rusa anunció este miércoles la primera visita de Pompeo a este país, lo que ha disparado los rumores sobre un posible acuerdo entre ambos países para el arreglo de la crisis en el país latinoamericano, donde Moscú y Washington apoyan a bandos diferentes.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
En Twitter: @sergom68