Un alto funcionario de Irán dijo este miércoles que Teherán estaba preparado para todos los escenarios, desde «la confrontación a la diplomacia», pero que Estados Unidos no puede permitirse otra guerra en Oriente Próximo. Cualquier conflicto en la región tendrá «consecuencias inimaginables», dijo el funcionario a Reuters.
Dos días antes, el presidente Donald Trump había advertido a Irán contra cualquier provocación militar y dijo que el país «sufrirá mucho» si estallan las hostilidades con
Estados Unidos. «Veremos que pasa con Irán. Si hacen algo, será un error muy grave», aseguró el mandatario. Pero, ¿por qué suben las tensiones entre estos dos países y aparecen involucrados muchos más actores en ese conflicto?
¿Desde cuándo subió la tensión entre Estados Unidos e Irán?
El 9 de mayo de 2018, la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirarse del acuerdo del 2015 –logrado de la mano con Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia y China– poniendo fin temporal a las ambiciones nucleares de Irán a cambio del levantamiento de sanciones, causó desazón a nivel mundial por sus peligrosas implicaciones.
Trump, quien habló desde la Casa Blanca, anunció de paso el restablecimiento del régimen de sanciones económicas que EE. UU. había suspendido desde que se firmó el pacto.
La semana pasada, exactamente un año después del anuncio de Trump, el gobierno de Irán anunció que detendría la aplicación de «algunos» de sus compromisos del pacto internacional sobre su programa nuclear de 2015, como reacción a la decisión unilateral de Estados Unidos de retirarse de ese acuerdo y restablecer sanciones. Desde ahí las tensiones aumentaron en el golfo Pérsico al punto de que países como Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, entre otros, terminaron involucrados.
¿Qué ha pasado desde entonces?
La tensión en esa zona del mundo aumentó desde que Washington anunció en abril pasado el fin de las exenciones que había concedido a ocho naciones o territorios para que siguieran comprando petróleo a Irán pese a la retirada de EE. UU. del pacto nuclear con ese país.
Como consecuencia, las autoridades iraníes amenazaron con bloquear el estratégico estrecho de Ormuz, por el que cruza una gran parte del crudo mundial, si las sanciones impiden sus exportaciones de petróleo, vitales para la economía del país persa.
Washington respondió con el despliegue de su portaaviones USS «Abraham Lincoln» y de otro buque en aguas del golfo Pérsico y con el envío de una flota de bombarderos B-52 a la base estadounidenses de Al Udeid, en Catar.
Iranian nation’s definite option is resistance against U.S. and in this confrontation, U.S. will have to withdraw. This is not a military confrontation because no war is to happen. We don’t seek a war nor do they. They know a war wouldn’t be beneficial for them. pic.twitter.com/LVwlidej0X
— Khamenei.ir (@khamenei_ir) 14 de mayo de 2019
Por su parte, la Autoridad Marítima de Estados Unidos también advirtió sobre posibles actos de sabotaje de «Irán o sus intermediarios locales» contra naves comerciales en el golfo Pérsico.
Este lunes, el diario ‘The New York Times’ aseguró que Estados Unidos está evaluando la posibilidad de enviar a 120.000 militares a la región para hacer frente a Irán, una información que negó el presidente, Donald Trump, al asegurar que no piensa enviar ese número de hombres, aunque afirmó que estaría dispuesto a enviar a «muchísimos» más soldados.
¿Cuál ha sido el papel de la comunidad internacional?
El Gobierno iraní advirtió «los complots para perturbar la seguridad regional», después que Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos denunciaron que cuatro buques petroleros fueron objeto de un «sabotaje» en un puerto emiratí, elevando la tensión en la zona.
La ONU expresó este martes su preocupación por la tensión en el golfo Pérsico y pidió «contención» a todas las partes tras el sabotaje a cuatro petroleros en un puerto emiratí.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó este miércoles que a Irán no le conviene salir del pacto nuclear suscrito en 2015. Al mismo tiempo, Putin subrayó que «Rusia no es un equipo de bomberos para salvar todo el tiempo a todos, incluido lo que no depende totalmente de nosotros».
El presidente ruso lamentó que «se esté destruyendo» el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, en sus siglas en inglés), nombre oficial del acuerdo nuclear con Irán.
Estados Unidos ordenó este miércoles el retiro de todo su personal diplomático no imprescindible de la embajada en Bagdad (Irak) y del consulado en Erbil, tras informes concretos sobre un posible ataque iraní en el vecino país.
Lo mismo hizo el Gobierno alemán al suspender la instrucción de las fuerzas armadas en Irak en línea con la coalición que combate al grupo terrorista Estado Islámico. Holanda también suspendió de forma temporal la misión de entrenamiento de las fuerzas kurdas por parte de unos 50 soldados holandeses en Erbil.
El primer ministro iraquí, Adel Abdelmahdi, aseguró que ni Estados Unidos ni
Irán quieren entrar en una guerra en un momento de repunte de tensión entre ambos países y de roces con sus vecinos en el golfo Pérsico.
¿Qué tipo de acciones podría emprender Irán?
«Entre las acciones que podría emprender Irán figura colocar minas en el estrecho de Ormuz (minas de fabricación rusa, china y norcoreana, pero también de fabricación iraní), hostigar a unidades navales estadounidenses con lanchas rápidas (armadas con lanzacohetes y misiles de corto alcance) y usar misiles antiaéreos tierra-mar», explica Mongrenier.
En otras palabras, amenazar con medios de combate de bajo costo, pero que causarían daños a equipos estadounidenses caros. El estrecho de Ormuz, con su compleja geografía, jugaría también un rol preponderante.
Las fuerzas iraníes «concentrarían su potencia de fuego asimética en el punto más estrecho de Ormuz, en donde apuntar al enemigo es fácil y huir difícil», estima Holmes. «Así que no cometan el error de comparar ambas fuerzas y concluir que la Navy estadounidense destrozaría a las fuerzas iraníes gracias a sus aviones y armas», advierte este experto.
¿Todas estas tensiones afectan la producción y precios del petróleo?
El mundo necesitará muy poco crudo extra de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) este año, ya que el auge de la producción de esquisto en Estados
Unidos contrarrestará el declive del suministro de Irán y Venezuela, afirmó la Agencia Internacional de Energía (AIE).
La AIE, que coordina las políticas energéticas de las naciones industriales, dijo que la decisión de Washington de poner fin a las exenciones a las sanciones, que permitieron que algunos importadores siguieran comprando crudo iraní, se sumaron al «confuso panorama de suministro».
«No obstante, bajo el punto de vista de la AIE, ha habido señales claras y muy bienvenidas de otros productores de que actuarán para sustituir los barriles de Irán, aunque sea una respuesta gradual a las solicitudes de los consumidores», dijo en su reporte mensual el organismo, con sede en París.
Este miércoles, los precios del crudo cayeron tras conocerse los datos del AIE y por las amenazas a la demanda generada por la guerra comercial entre Washington y Pekín, aunque la tensión en Oriente Próximo limitó las pérdidas.
¿Qué opinan los expertos de la actual situación?
La analista Karen Young, del American Enterprise Institute, instó a la prudencia ante la «espiral de provocaciones», acompañada de posibles «interpretaciones erróneas».
Por su parte, Neil Partrick, un experto sobre el Golfo, dijo: «si realmente hubo un intento deliberado de dañar a estos petroleros, entonces podría ser una advertencia de
Irán sobre las consecuencias de cualquier acción militar contra sus objetivos en la región».
Un eventual conflicto entre ambos países, tras un aumento de tensiones en el Golfo en los últimos días, no desembocaría «en una guerra naval en el sentido estricto de la palabra. «No habría una confrontación en pleno mar entre fuerzas equivalentes», explica James Holmes, del Naval war college, en Estados Unidos, en la revista National Interest.
Sería más bien «un tipo de guerrilla naval», señala Jean-Sylvestre Mongrenier, del instituto franco-belga Thomas More, quien destaca que «los recursos militares iraníes no pueden medirse a los estadounidenses».
Para Irán, «el objetivo no sería infligir una derrota naval a Estados Unidos, porque no está a su alcance, pero propinar golpes militares, materiales y psicológicos en su acción en el Golfo», movilizando sobre todo recursos poco costosos para amenazar a los muy costosos equipos estadounidenses, añade.
AFP, Efe y Reuters