Lina y Juan se conocieron hace once años por internet cuando él vivía en Estados Unidos y ella en Medellín. Pocos meses después él viajó a Colombia y desde ahí empezó una relación llena de amor que enfrentaría, como reza la biblia: la prosperidad y la adversidad, la salud y la enfermedad.
Desde pequeño, Juan, quien nació en Ituango (Antioquia), ha sido un guerrero. A sus 10 meses de nacido, su padre falleció por cuenta de una enfermedad cardíaca, tal vez la primera señal de lo que tendría que enfrentar más adelante en la vida.
Pese a ello, Juan creció en una familia llena de amor y además numerosa, de la que él es el menor de seis hermanos. Solo hasta que cumplió los 18 fue que los médicos notaron una condición en él con la cual nacen muy pocas personas en el mundo: dextrocardia, significa que su corazón no está en el lado correcto del tórax, sino en el lado derecho. Sin embargo, por unos años el diagnóstico de esta afección no le representó complicación alguna.
Juan creció con el sueño de vivir en Estados Unidos y en mayo de 1987 finalmente pudo viajar y emplearse en el país norteamericano como carpintero. Allá trabajó durante algunos años y fue cuando conoció a Lina Zuleta. Su relación se fue fortaleciendo con los viajes de Juan a Medellín.
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Fue hasta el año 2010 cuando le tuvo que ser implantado un primer marcapasos porque empezó a presentar fallas cardíacas.
«En ese momento, por ser tan joven (45 años), le negaron el ser deshabilitado laboralmente tres veces. Pero, después de apelar e ir a la corte lo logró, pues los médicos evaluaron su caso y decidieron que efectivamente no podría trabajar más», dijo a EL TIEMPO Lina, esposa de Juan.
Durante ese tiempo de ‘estabilidad’ fue que planearon tener a su hija Alice. Y acordaron que cuando la niña tuviera tres años él la pediría para casarse en Estados Unidos y hacer por fin vida en familia.
Así se mantuvo Juan varios años hasta que, a principios de 2015, le cambiaron el primer marcapasos y le implantaron uno con desfibrilador. Hicieron el cambio porque el tiempo de durabilidad del que tenía estaba al límite y su corazón necesitaba ayuda extra para funcionar.
«Durante esa transición fue la primera vez que escuchamos que en un futuro era muy posible que fuera a necesitar un trasplante de corazón», explica Lina, quien para ese entonces trabajaba como coordinadora de una sucursal de una empresa de apuestas y giros nacionales en Medellín.
Sin embargo, con el tiempo el corazón de Juan se fue debilitando cada vez más y los médicos aseguraron que no soportaría un tercer marcapasos. Sumado a ello, ya estaba pasando por otro tipo de complicaciones como diabetes, gota, glaucoma, hipertensión arterial e hipertensión pulmonar, entre otras más, por lo que estaba tomando un sinnúmero de medicamentos para el manejo de estas fallas, su corazón y demás órganos de su cuerpo que cada vez respondían menos a las medicaciones.
Así mismo, Juan empezó a retener líquidos, a perder peso por estar inapetente y su hígado se inflamaba muchísimo.
«Se fue quedando sin energía para hacer actividades cotidianas y el exceso de líquidos en su cuerpo le causaba una tos seca terrible en las noches, pues se le iba a los pulmones. Los médicos permanentemente estuvieron ajustando y cambiando sus medicamentos para mantenerlo estable y fuerte para soportar el cada vez más inminente trasplante», continúa Lina.
Toda esta situación fue lo que hizo que Lina y su hija tuvieran que finalmente viajar a Estados Unidos hace tres años a acompañar a Juan. Pero la vida allá no ha sido fácil para ambas, que han pasado más tiempo en hospitales que disfrutando su vida de familia.
«Al principio estaba en el hospital de Cape Coral y la niña podía visitarlo de vez en cuando. Pero en enero de este año lo trasladaron a la clínica Mayo de Jacksonville, que queda a seis horas y media de distancia. Desde ese entonces me la he pasado viajando y dejando a la niña con su abuela que tuvo que viajar con mucho esfuerzo desde Colombia para ayudarnos mientras yo acompaño y cuido a Juan», añade.
Un triple trasplante
Así, a la familia le avisaron finalmente hace año y medio que debían trasplantarle a Juan el corazón, pero además los pulmones, que también se encontraban fuertemente afectados.
«Del trasplante nos explicaron que sería una operación sumamente complicada dada la dextrocardia de Juan. Él tenía transposición de los grandes vasos sanguíneos, (estos estaban conectados al revés y funcionaban al revés), causándole una gravísima hipertensión pulmonar y reduciendo así las opciones de procedimientos».
Los médicos estaban en una encrucijada pues, de trasplantarle solo el corazón, ¿cómo lo conectarían si todo estaba al revés y funcionaba diferente?. No sabían si los pulmones y el corazón podrían sincronizarse adecuadamente. Por eso se tomó la decisión de buscar donante para los tres órganos.
Durante estos tres años en Estados Unidos, Lina se empleó en un supermercado en Cape Coral, en un trabajo que apenas le daba lo del pan de cada día para ella y su hija. Pero tuvo que dejar su trabajo tirado luego de que le informaran que habían encontrado un donante de órganos para Juan.
Así, el 17 de marzo pasado, en una operación que duró casi diez horas, a Juan le pusieron un corazón y dos pulmones nuevos. «Cuando salió de la operación, lo primero que le dije, aunque seguía dormido, fue: «Mi vida lo lograste, gracias a Dios todo salió muy bien. Pero estaba tan lleno de aparatos que me daba hasta temor tocarlo».
«Si bien Juan salió bien de la operación, ha tenido varias recaídas y los médicos aseguran que el primer año es crucial para que el cuerpo se adapte y no rechace los órganos nuevos. Ha bajado mucho de peso y en algún momento su estómago estuvo paralizado y no quería funcionar. Ha sido todo un calvario».
Según Lina, esta es la segunda vez en la historia del hospital Mayo de Jacksonville que se realiza una operación de ese tipo, que es algo muy raro.
Si bien Juan es ciudadano estadounidense y cuenta con algún apoyo del Gobierno, Lina explica que la salud en el país norteamericano es cada vez más y más cara. A su hija, por ejemplo, al momento de registrar que ella se encontraba trabajando en el supermercado, le quitaron el seguro médico con el que contaba. Lina ni siquiera ha tenido uno y su esposo cada día requiere de más cuidados y medicamentos.
Actualmente, Juan y Lina se encuentran en una casa de rehabilitación a la que no puede ingresar la pequeña Alice, quien viajó en algunas ocasiones para ver a su padre. Pero en este momento Juan debe evitar contacto directo con personas, algunos objetos y animales.
«Esta es la hora que ni siquiera sé en cuánto va la cuenta del hospital. No me han dicho, pero lo que sí sé es que va a ser carísima y no sé cómo voy a pagarla», añade Lina.
Por ello, la familia espera que quienes quieran apoyarlos puedan hacerlo por medio de donaciones voluntarias, especialmente para solventar este primer año en el que Juan deberá salir de la fase más crítica tras los trasplantes y mantenerse medicado y en constante observación.
Además, Lina quiere regresar a trabajar en cuanto su esposo se encuentre mejor de salud y empezar a recuperar su vida en familia que, finalmente, ha sido el sueño de ambos.
¿Cómo ayudar a Juan y su familia?
Para poder apoyar en los gastos médicos que esta familia tiene en Estados Unidos puede ingresar a la campaña de apoyo que se encuentra en la plataforma Gofundme aquí: Apoya a Juan y Lina
Además, también puede ayudar a la familia con donaciones voluntarias a la siguiente cuenta en Colombia:
Número de cuenta: 31429803147
Banco: Bancolombia
Cuenta de ahorros
A nombre de: Lina Maria Zuleta Restrepo
Para quienes se encuentren en Estados Unidos y quieran apoyar pueden hacerlo también a la siguiente cuenta:
Número de cuenta: 8981 0513 5105
Bank of America
Checking account
A nombre de: Lina M Villegas
Por: María del Mar Quintana Cataño
Redactora APP El Tiempo
@Miradelmar