El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, se unió este jueves a la concurrida contienda en las filas demócratas para «derrotar» al presidente de EE. UU., Donald Trump, en los comicios de 2020, para lo que blandió logros progresistas de su gestión local en favor
de la clase trabajadora y contra las élites.
De Blasio, que atraviesa a los 58 años su segundo mandato como primer edil
de la ciudad más grande del país, deja claro su espíritu progresista en los primeros segundos de su anuncio formal como candidato, colgado en YouTube: «Hay mucho dinero en este mundo, hay mucho dinero en este país, solo está en las manos equivocadas».
«Quiero devolver el dinero a las manos de la gente trabajadora», desgranó posteriormente el político en un popular programa televisivo, «Good Morning America», al que acudió junto a su esposa Chirlane McCray, madre de sus dos hijos e importante asesora y colaboradora durante su carrera en la alcaldía, desde hace seis años.
«Pretendo hacer historia y ganar», sentenció más tarde, en una primera rueda
de prensa, donde defendió que él y su esposa son la imagen del «cambio» en la contienda demócrata y dijo esperar que Estados Unidos quiera para sus vidas lo que hoy es Nueva York, con baja criminalidad, mucho trabajo y éxito educativo.
Cercano en ideas al representante del ala más izquierdista de su partido, el senador Bernie Sanders, a quien evitó apoyar cuando propuso su candidatura a la nominación demócrata para 2020, De Blasio enfatizó su currículo forjado en la Gran Manzana frente a las encuestas reticentes sobre su popularidad.
Entre sus logros «reales» para la clase trabajadora, la «columna vertebral» de su ciudad
de origen, están la subida del salario mínimo a 15 dólares la hora, la baja por enfermedad remunerada, la extensión de la cobertura médica a la salud mental o la ampliación de la educación preescolar pública.
Parte de su discurso de candidatura se centró en la diversidad social y en la política inmigratoria, a las que también hizo referencia este viernes en la inauguración del museo de la Estatua de la Libertad al destacar la ascendencia extranjera de su familia y abogar por tender puentes.
No es secreta la antipatía
del alcalde por el presidente,
a quien llamó este jueves
matón y timador
Asimismo, el ahora precandidato presidencial se mostró partidario del paquete de reformas medioambientales conocido como el Green New Deal y renegó de la salida
de EE. UU. del Acuerdo de París, una postura que este pasado lunes reiteró frente a un edificio de su oponente en la Casa Blanca y conciudadano neoyorquino, Donald Trump.
No es secreta la antipatía del alcalde por el presidente, a quien llamó este jueves «matón» y «timador», pero sí recíproca, como quedó patente en Twitter cuando Trump lo consideró «el peor alcalde de Estados Unidos» y aseguró que Nueva York lo odia.
«Voy a ser muy agresivo con este tipo porque esa es la única manera de enfrentarse a él», sostuvo el alcalde. Si bien es cierto que De Blasio cuenta con detractores
de su gestión, que no genera simpatía y según encuestas tres cuartas partes
de los neoyorquinos creen que no debería presentarse a las presidenciales, su trayectoria política no tiene mácula y presume de ello: «Nunca he perdido unas elecciones».
No obstante, la batalla para la nominación demócrata va a ser dura, ya que hasta el momento se han presentado otros 22 aspirantes a la Presidencia, el mayor número logrado por cualquier partido político en la historia de EE. UU.
Entre ellos, además, hay grandes figuras como el exvicepresidente Joe Biden, los senadores Bernie Sanders, Kamala Harris y Elizabeth Warren, el excongresista Beto O’Rourke o el alcalde de South Bend (Indiana), Pete Buttigieg.
Reelegido con facilidad para su segundo mandato en 2017, De Blasio esgrimió el «ya lo he logrado antes» y no se comparó con ningún adversario, pero la baza que lo hace «diferente» es su «habilidad para llegar a diferentes realidades» con ideas «unificadoras», apuntó.
Ahora prefiere centrarse en la campaña, que lo llevará este fin de semana por los estados de Iowa y Carolina del Sur para hablar «de la gente trabajadora» y demostrarles «lo que hemos hecho aquí y lo que podemos hacer en el país», dijo.
Sin antecedentes en la victoria de un alcalde en funciones ni en las primarias demócratas ni en la Presidencia, De Blasio acumula trabajo mientras algunos sopesan la posibilidad de que lo reemplace el recién estrenado defensor del pueblo, Jumaane Williams, si se ausenta más de nueve días.
Él mismo descartó esta tarde que eso vaya a pasar: «Tengo un equipo fuerte, vamos a estar encima de cada situación todo el tiempo. He viajado antes y he estado disponible. Estoy seguro de que podemos hacer funcionar esto».
Efe