En un duro editorial que publica en su edición de viernes, el diario estadounidense ‘The New York Times’ sostiene que la paz en Colombia se estaría «desintegrando» y critica acciones que ha tomado el gobierno del presidente Iván Duque en contra de los acuerdos que se firmaron con las Farc en el 2016.
«Hoy, casi tres años después, y con la nación liderada por oponentes de los acuerdos, la paz se estaría desintegrando, lo cual sería un desastre para el país, para la región y para la causa de la democracia», dice el editorial.
El texto, que fue titulado ‘La paz de Colombia es muy preciosa como para abandonarla’, arranca planteando que la firma del acuerdo de paz llegó casi como «un milagro» para un país que llevaba más de 50 años de conflicto.
Pero luego sostiene que, incluso antes de que se firmara, ya tenía muchos enemigos pues algunos no aceptaban la idea de que guerrilleros y soldados evitarían un castigo o dudaban que el gobierno cumpliría con las promesas de llevar desarrollo al campo.
«Aunque las Farc se ha desarmado y muchos de sus soldados han regresado a la vida civil, el gobierno ha ignorado en gran parte su promesas que eran vitales para el acuerdo como llevar ayuda y desarrollo a las zonas rurales», dice en uno de su apartes.
Sostiene que al menos 3.000 guerrilleros han retomado las armas y que el Ejército ha incrementado sus ataques contra guerrilleros y supuestos criminales desatando el temor «entre algunos oficiales de que tales tácticas puedan conducir a la muerte de civiles». Paralelamente, dice el medio, grupos paramilitares han asesinado a por lo menos 5.000 activistas y líderes comunitarios, y más de 210.000 personas han sido desplazadas.
Aunque las Farc se ha desarmado y muchos de sus soldados han regresado a la vida civil, el gobierno ha ignorado en gran parte su promesas que eran vitales para el acuerdo
Y luego, en una de sus líneas más fuertes, sostiene que «el gobierno de Duque y sus aliados de derecha han saboteado un progreso pacífico bajo el acuerdo en el que los guerrilleros debían trabajar con el gobierno en la sustitución de cultivos de coca».
Según ‘The New York Times’, el gobierno recortó el presupuesto para tales programas, mientras los cultivos de coca siguen creciendo y los paramilitares y grupos criminales han entrado a controlar las zonas que antes dominaba las Farc.
El diario también afirma que Duque ha estado empujando por una reforma de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) para que se castigue con más dureza a los guerrilleros.
«Eso, por sí solo, podría acabar con los acuerdos», dice el ‘Times’ tras recordar que uno de los puntos más cruciales y controvertidos del pacto fue la creación de una sistema de justicia transicional en el que guerrilleros y soldados confesarían crímenes a cambio de cierta amnistía. Y recuerda, acto seguido, que solo esta semana el líder de las Farc Iván Márquez dijo que había sido un error entregar las armas.
El editorial luego se enfoca en la política de EE. UU. hacia el país y sugiere que, luego de invertir más de 10.000 millones de dólares en Colombia a lo largo de casi 20 años, debería estar empeñado en mantener los acuerdos de paz vivos.
Sin embargo, afirma el medio, la administración de Donald Trump no parece muy interesada y antes ha intentado recortar la ayuda para el país y amenaza con descertificarlo por no cumplir con sus compromisos en la lucha contra las drogas.
«Un momento riesgos como este podría ser el ideal para un enfoque empresarial como el que Trump por lo general favorece. Trabajando de la mano con países de la región para asegurarse que Duque se adhiera a los acuerdo, incluyendo la justicia transicional, podría motiva la inversión extranjera en el abandonado campo colombiano. Un tipo de desarrollo que es vital para cualquier esperanza de una paz duradera», dice el ‘New York Times’.
El editorial termina con una cita del exenviado especial de EE. UU. al proceso de paz, Bernie Aronson, en la que dice que Washington se estaría dando «un disparo en la cabeza» si decide darle la espalda al país en este momento.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
WASHINGTON
En Twitter: @sergom68