Un crucero estadounidense y un destructor ruso se acercaron peligrosamente este viernes en el mar de China, según informaron los ejércitos de ambos países, que se culparon mutuamente del incidente.
«En el sureste del mar de China oriental (…), el crucero USS Chancellorsville cambió de repente de rumbo e interceptó el camino del destructor ruso Almirante Vinogradov a solo 50 metros del navío», indicó la Flota rusa del Pacífico.
«Para evitar la colisión, la tripulación del Almirante Vinogradov tuvo que hacer una maniobra de urgencia». Se emitió un mensaje de protesta respecto al crucero estadounidense destacando «el carácter inadmisible de estas acciones», precisó el ejército ruso.
En un comunicado, la Séptima Flota de EE. UU. respondió acusando al navío ruso de realizar una «maniobra peligrosa» y «no profesional». «El Chancellorsville recuperaba su helicóptero en ruta y velocidad estable cuando el navío ruso maniobró» y se acercó demasiado al crucero estadounidense.
«Esta acción peligrosa obligó al Chancellorsville a hacer marcha atrás y a maniobrar», mencionó el comunicado.
Este incidente se produjo en un momento de creciente tensión entre Washington y Moscú, que se refleja en una serie de roces entre las Fuerzas Armadas de ambos países en los últimos meses.
El pasado mayo, por ejemplo, el Pentágono interceptó varias aeronaves militares rusas que sobrevolaron la costa de Alaska, al sobrepasar la zona de identificación para la defensa aérea (ADIZ, por sus siglas en inglés).
La agencia rusa RIA-Novosti, no obstante, dio una versión diferente de lo ocurrido este viernes y afirmó que cuando ambos buques navegaban en cursos paralelos, el USS Chancellorsville «repentinamente cambió de dirección» y se situó a 50 metros del destructor Admiral Vinogradov.
Además, mientras que la versión estadounidense ubicó el incidente en el Mar de las Filipinas, el informe ruso señaló que ocurrió en el mar de China Meridional.
Desde el año pasado, el Pentágono incrementó sus operaciones en esta región ante las aspiraciones soberanistas de China, país que a su vez aumentó su presencia militar en aguas del mar de China Meridional.
Pekín, uno de los grandes aliados del Kremlin, reivindica su soberanía sobre la mayor parte del mar de China Meridional, donde Brunei, China, Filipinas, Malasia, Taiwán y Vietnam reclaman total o parcialmente las Spratly, un archipiélago de unos 100 arrecifes e islotes, la mayoría despoblados pero ricos en gas, petróleo y caladeros de pesca.
AFP y EFE