La reciente crisis entre Estados Unidos y México comenzó con un intempestivo trino y terminó con otro. Este viernes, tras días de maratónicas negociaciones en Washington, el presidente estadounidense Donald Trump volvió a las redes sociales para anunciar un acuerdo migratorio que puso fin a la amenaza de imponer un arancel del 5 por ciento a todas las importaciones del vecino país a partir de este lunes.
El acuerdo prevé la creación de una nueva patrulla fronteriza que desplegará al menos 6.000 hombres de la recién creada Guardia Nacional mexicana para que patrullen la frontera con Guatemala e impidan el ingreso de inmigrantes centroamericanos.
Asimismo, se pactó la ampliación de un programa creado a comienzos de este año y bajo el cual México acepta recibir a los inmigrantes que lleguen a la frontera sur de EE. UU. mientras se tramitan sus solicitudes de asilo y se define si serán deportados a sus países de origen o podrán ingresar a territorio estadounidense.
“Tengo el placer de informarles que EE. UU. y México han llegado a un acuerdo firmado con México. Los aranceles que EE. UU. iba a aplicar desde ese lunes quedan suspendidos de manera indefinida a partir de este momento. A cambio, México ha aceptado tomar fuertes medidas para frenar la marea de inmigrantes que pasa por ese país y llega a nuestra frontera”, dijo el mandatario a través de su cuenta de Twitter.
Trump había desatado una tormenta cuando anunció, desde la misma plataforma, que impondría un arancel del 5 por ciento a partir del 10 de junio que seguiría subiendo mes a mes hasta llegar al 25 por ciento si México no frenaba la ola de inmigrantes que ya está llegando a niveles históricos.
Tan solo este mes, EE. UU. detuvo a 133.000 personas en la frontera, un 32 por ciento de incremento en relación con el año pasado y más del doble de los que arrestó en diciembre. A este paso, las autoridades calculan que el total de arrestos para el año 2019 superará el millón de personas.
I would like to thank the President of Mexico, Andres Manuel Lopez Obrador, and his foreign minister, Marcelo Ebrard, together with all of the many representatives of both the United States and Mexico, for working so long and hard to get our agreement on immigration completed!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 8 de junio de 2019
Aunque la situación es grave, desde el comienzo se vio en esta reciente crisis una jugada política de Trump para satisfacer a su base de votantes, que suele responder de manera positiva a la mano dura en los temas migratorios.
Y, en buena medida, salió airoso. Con solo lanzar la amenaza, el presidente logró extraer de México una serie de concesiones sin dar nada a cambio.
Pero a lo largo del proceso también quedó claro que su agresiva estrategia negociadora tiene límites. No logró, por ejemplo, la firma de un acuerdo bajo el cual México recibiría en asilo a todos los inmigrantes guatemaltecos que llegaran a EE. UU., que era una de sus prioridades.
La política de ‘Permanezcan en México’, también conocida como Protocolo de Protección de los Migrantes, se comenzó a aplicar este año y consiste en enviar al país vecino a todos los que llegan a la frontera y solicitan asilo (sin importar de dónde provengan) a esperar a que se resuelvan sus casos en EE. UU.
Pero más allá de esto, la decisión de Trump generó un profundo malestar entre los miembros de su propio partido republicano y la clase empresarial del país que desde el comienzo se opusieron a la imposición unilateral de aranceles.
Esta comunidad, que ya de por sí está en alarma por la guerra comercial con China, se paró en firme oposición a sus intenciones con México. Los republicanos en el Senado incluso amenazaron con aliarse con los demócratas para bloquear su decisión.
Así mismo, los pésimos números en el nuevo reporte de empleo para el mes de mayo –solo se sumaron 75.000 nuevos trabajos frente a los 224.000 de abril– fueron usados por economistas y opositores para mostrar que el uso de los aranceles para doblegar a otros países ya estaría causando un impacto en la salud de la economía estadounidense.
La economía mexicana recibió con el acuerdo un respiro, pues el 70 por ciento de sus exportaciones tienen como destino a su vecino del norte, que tan solo el año pasado le compró productos por un valor de 346.000 millones de dólares.
Tan solo el año pasado, EE.UU. le compró a México productos por un valor de 346.000 millones de dólares
Aunque su amenaza de aranceles puso en duda el futuro del T-MEC, firmado el año pasado tras una renegociación del acuerdo comercial TLCAN, pero pendiente de ratificación en los tres países de Norteamérica, Trump urgió este sábado al Congreso estadounidense a retomar el proceso para implementarlo.
“La nerviosa Nancy (Pelosi, presidenta de la Cámara Baja de EE. UU.) y la Cámara Baja demócrata no están haciendo nada. Quizá podrían abrir el camino con el T-MEC, el nuevo acuerdo comercial espectacular y muy popular que reemplaza al TLCAN, el peor acuerdo comercial en la historia de EE. UU.”, indicó en Twitter. “¡(El T-MEC sería) Muy bueno para nuestros agricultores, sector manufacturero y sindicatos!”, agregó.
Pelosi, por su parte, reaccionó al acuerdo con México en un comunicado, en el que lamentó que, para lograrlo, Trump amenazara con imponer aranceles “al amigo cercano y vecino del sur” de EE. UU., y se mostró preocupada por el cambio en el sistema de petición de asilo para los indocumentados que llegan al país, en su mayoría centroamericanos.
“Estamos profundamente decepcionados por la expansión del Gobierno de su fracasada política de ‘Permanezcan en México’, que viola los derechos de los solicitantes de asilo bajo la ley estadounidense y no hace frente a las causas de raíz de la inmigración desde Centroamérica”, recalcó la líder demócrata.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
*Con información de EFE