Con dura represión a migrantes, se inicia acuerdo México-EE. UU.

Con el envío este domingo de 103 policías a la frontera entre México y Guatemala, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador empezó a cumplir con el acuerdo migratorio que pactó con el presidente estadounidense, Donald Trump, el viernes pasado, el cual evitó la imposición de aranceles a todos los productos exportados a EE. UU. a cambio de evitar que migrantes centroamericanos crucen ilegalmente las fronteras.

En los últimos días, los retenes policiales y militares fueron reforzados en esta región de Chiapas, al sur de México, principal puerta de entrada de los migrantes centroamericanos. Guardias fronterizos revisan minibuses y taxis y verifican la identidad de los pasajeros bajo la mirada de policías federales.

Así mismo, se espera que este lunes se haga efectivo el despliegue de 6.000 miembros de la recién creada Guardia Nacional en la frontera. Si bien algunos comerciantes se congratulan por el aumento de la seguridad, la medida generó miedo entre los migrantes y cólera en los activistas. Desde enero, la cantidad de arrestos de migrantes clandestinos en México se ha triplicado, al pasar de 8.248 a 23.679 en mayo. Las expulsiones también aumentaron y llegaron el mes pasado a 16.507.

“Utilizan a los migrantes como pretexto”, dice Ernesto Castanedo, activista del refugio Buen Pastor en Tapachula. “Esto va a hacer desaparecer las grandes caravanas, pero la migración seguirá”, añade.

Su refugio acoge a unos 600 migrantes, mayoritariamente hondureños, que esperan poder seguir su periplo hacia el norte. “Me da miedo por los policías que golpean”, dice Alexi, de 21 años y expulsado en mayo de Estados Unidos, a donde espera volver en otra caravana.

Nuevas presiones

Ante las amenazas de aplicar aranceles del 5 por ciento a los productos mexicanos, López Obrador no tuvo más remedio que dejar algo de terreno en las negociaciones, pues las sanciones habrían ocasionado una devastación económica en México, cuyo PIB se contrajo el 0,2 por ciento en el primer trimestre.

“Antes, México no estaba cooperando en la frontera, y ahora tengo una confianza completa, especialmente después de hablar ayer con su presidente, en que cooperarán mucho y en que quieren hacer bien el trabajo”, escribió Trump este domingo en Twitter. “Sin embargo, si por alguna razón desconocida no hay (cooperación por parte de México), siempre podemos volver a nuestra posición anterior, y muy lucrativa, de (amenazar con) aranceles; pero no creo que eso vaya a ser necesario”, añadió.

Y aunque las concesiones aplacaron la ira de Trump, son muchos los líderes que critican las presiones de la Casa Blanca con su vecino del sur y creen que el presidente estadounidense volverá con nuevas amenazas para obtener mayores concesiones.

Esos temores se agudizan porque Trump ha utilizado el ataque a México para reavivar su base electoral en repetidas ocasiones desde que inició su primera campaña para la Casa Blanca en 2015. Y todo indica que tiene la intención de mantener su estrategia en asuntos de migración en su segunda campaña, que se inicia oficialmente el 18 de junio. El expresidente conservador Vicente Fox, un férreo crítico de López Obrador, dijo que al permitir que Estados Unidos dicte cómo México utiliza sus fuerzas de seguridad, el Gobierno ya ha cedido parte de su soberanía.

migrantes en México

Miembros del Instituto Nacional de Migración (INM) realizan revisiones este domingo en las cercanías de la estación migratoria de la ciudad de Tapachula, estado de Chiapas (México).

Por su parte, Carlos Pascual, exembajador de Estados Unidos en México, dijo que el acuerdo es preferible a una guerra comercial, pero reconoció que dejó a México abierto a una mayor presión. “México es débil económicamente y siempre será vulnerable si Estados Unidos está dispuesto a usar la política económica para hacer cumplir la política de seguridad nacional”, dijo. “No hay duda de que esto deja una espada de Damocles sobre la cabeza de López Obrador”.

AFP y Reuters

Entradas relacionadas

Deja tu comentario