Hong Kong fue testigo este domingo de la mayor manifestación desde que dejó de ser colonia británica, en 1997, cuando más de un millón de personas, según los organizadores, protestaron contra el plan de permitir las extradiciones a China continental.
No se recordaba una manifestación similar desde la que congregó a 1,5 millones de personas aún bajo el gobierno colonial, en 1989, en apoyo a los manifestantes de la plaza de Tiananmén.
“Hay 1’030.000 personas en la manifestación de hoy (este domingo)”, dijo un organizador, mientras que la policía calculó que el número de asistentes fue de 240.000. La protesta de este domingo fue muy similar a una de 2003, cuando el Gobierno se vio obligado a dejar de lado una ley de seguridad nacional.
Una vez concluida la marcha, estallaron pequeños incidentes entre manifestantes que querían permanecer frente a la Asamblea local y la policía que los desalojó con gas pimienta.
Este proyecto de las autoridades de Hong Kong dejará a la población a merced de un sistema judicial chino opaco y politizado, argumentan sus detractores, pero si el Gobierno ignora las protestas, podría ocurrir una situación similar a la de los disturbios de 2014, cuando manifestantes ocuparon por dos meses puntos claves de la ciudad.
Los organizadores advirtieron que “incrementarán” sus acciones si el Gobierno no da marcha atrás. Tal cosa podría enfurecer a Pekín, ya que la ley tiene el apoyo de varios altos dirigentes del Partido Comunista.
Las autoridades intentan hacer votar en el Consejo Legislativo este texto, que autorizaría las extradiciones de opositores hacia países como China continental, con los que no existe un acuerdo en este tema.
Según el Ejecutivo de la región semiautónoma, esta ley llenaría un vacío jurídico y es necesaria, pues permitiría la extradición a Taiwán de un hongkonés acusado de asesinato, alegan.
AFP