Unos 60 millones de barriles de crudo viajan diariamente por los mares de todo el mundo, según la agencia estadounidense de información sobre energía, la EIA.
Y un tercio de ese volumen pasa por el Estrecho de Ormuz, un paso clave para el tráfico mundial de petróleo que une el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán y donde ocurrieron los ataques contra buques petroleros de este jueves.
La mayor parte de las exportaciones petroleras de Arabia Saudí, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait e Irak pasan por esa ruta. También es la vía principal para el gas natural exportado por Catar.
Otros corredores estratégicos incluyen el Estrecho de Malaca entre Singapur e Indonesia, el Canal de Suez en Egipto y el estrecho Bab el Mandeb, que conecta el Mar Rojo con el Golfo de Adén.
«Bloquear un corredor, incluso temporalmente, puede llevar a aumentos importantes en los costos totales y los precios mundiales de la energía«, dijo la EIA en un informe en 2017.
Esos corredores también dejan a los buques petroleros «vulnerables al pillaje de piratas, ataques terroristas, problemas políticos (…) y accidentes marítimos que pueden llevar a derrames petroleros desastrosos».
Alexander Booth, analista de la firma Kpler, dijo que los petroleros están acostumbrados a la amenaza de piratas, sobre todo en áreas como el Estrecho de Malaca y el Golfo de Adén cerca de Somalia.
«Históricamente, la mayor amenaza militar o terrorista es la piratería«, dijo Booth. «Frente a la costa de Somalia, por ejemplo, cuando pasan por ciertas áreas con frecuencia anuncian que tienen guardias armados a bordo», subrayó el especialista.
Pero Booth subrayó que los ataques como los de este jueves, en el que dos buques petroleros se incendiaron por causas aún indeterminadas, son «muy infrecuentes».
Estos incidentes ocurren semanas después del ataque contra cuatro embarcaciones, incluyendo tres buques cisterna, anclados frente al puerto de Fuyaira en Emiratos Árabes Unidos.
Y «después de meses de una escalada de tensiones por el programa nuclear iraní, la guerra en Yemen y la carrera armamentística en la región», resaltó Anthony Cordesman, analista de seguridad en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington.
Como en esta ocasión, los incidentes de mayo aumentaron las tensiones entre EE. UU. e Irán.
Según Cordesman, se asoma «la amenaza de una guerra híbrida» en la que Irán, podría por ejemplo, sin lanzar oficialmente una ofensiva mayor, conducir «ataques esporádicos de poca envergadura» contra embarcaciones en el Golfo sin provocar necesariamente una reacción importante de EE. UU. o sus socios árabes.
Esa estrategia, para la que contaría con misiles, submarinos o pequeños botes teledirigidos cargados de explosivos o incluso bombas flotantes, podría provocar alzas en los precios petroleros y el «equivalente a una guerra de desgaste», escribió Cordesman en el sitio web de CSIS.
Además, con frecuencia los barcos fletados por Teherán apagan sus señales satelitales para evadir las sanciones estadounidenses al crudo iraní, dijo Matt Smith de ClipperData.
Sin estas señales, que sirven para indicar la posición de un barco a otras embarcaciones cercanas, estas últimas enfrentan un «riesgo creciente de colisiones», señaló Smith.
En enero de 2018, el barco iraní Sanchi, con 136.000 toneladas de crudo liviano, se incendió tras chocar con otro navío en las costas de China.
Las compañías navieras toman en cuenta esto y pueden en consecuencia modificar la ruta, según Booth, quien apuntó que las vías utilizadas pueden cambiarse no solo para acortar distancias sino también dependiendo de la actividad de las refinerías, las especificaciones del producto o factores macroeconómicos.
«Una carga puede dar la vuelta en medio del Atlántico media docena de veces antes de finalmente terminar en su destino», afirmó.
Se asoma la amenaza de una guerra híbrida en la que Irán, podría (…) conducir ataques esporádicos de poca
envergadura
En total, unos 94.000 cargueros navegan por el mundo, según la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo.
Si los barcos que transportan materias primas como carbón y granos representan, por tonelada, la mayor parte de la mercancía marítima mundial, con 42,5 por ciento, los que llevan petróleo crudo o refinado representan el 30 por ciento.
Otro 5,6 por ciento del tráfico marítimo está compuesto por buques con gas natural licuado y productos químicos.
AFP