El cruce de palabras entre Washington e Irán subió este sábado de tono con amenazas de parte y parte.
El régimen de Hasán Rohaní advirtió a EE. UU. que un ataque contra su territorio tendría “consecuencias devastadoras” para la región, después de que el presidente de EE. UU., Donald Trump, afirmó el viernes haber cancelado en el último minuto una operación militar contra el país islámico por haber derribado un dron espía estadounidense en el golfo de Omán.
Poco después de recibir la amenaza de Irán, Trump dijo que impondrá nuevas sanciones al gobierno de Rohaní, sobre el que ya pesan varias restricciones de carácter económico. Este anuncio se dio solo dos horas después de haber declarado a la prensa que EE. UU. sería “el mejor amigo de Irán” si este país renunciaba a las armas nucleares.
“Vamos a poner sanciones adicionales importantes sobre Irán el lunes”, escribió Trump en Twitter, y agregó: “Espero el día en que las sanciones sobre Irán se levanten, y se vuelvan una nación próspera otra vez. ¡Cuanto antes mejor!”
….Sanctions come off Iran, and they become a productive and prosperous nation again – The sooner the better!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 22 de junio de 2019
Irán aseguró disponer de “pruebas irrefutables” según las cuales el artefacto abatido el jueves ingresó en su espacio aéreo, y denunció ante el Consejo de Seguridad de la ONU lo que consideró una acción “provocadora” y “muy peligrosa” del Pentágono.
La Casa Blanca desmintió estas declaraciones al afirmar que el dron fue derribado en espacio aéreo internacional, además de pedir que el lunes se realice una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU.
“Disparar una bala contra Irán prenderá fuego a los intereses estadounidenses y de sus aliados. (…) Esta es nuestra respuesta a una violación del espacio iraní, y si se repite la violación, entonces nuestra respuesta se repetirá”, dijo el general Abolfazl Shekarchi, portavoz de las fuerzas armadas iraníes.
Sumado a esto, el Ministerio de Defensa iraní confirmó ayer la ejecución de Jalal Haji Zavar, un contratista de esta cartera acusado de trabajar como espía para la central de inteligencia de Estados Unidos (CIA).
Disparar una bala contra Irán prenderá fuego a los intereses estadounidenses y de sus aliados.
En el último mes, la tensión entre ambos países creció debido a un ataque a dos buques petroleros en el golfo de Omán, del que Washington culpa a Teherán.
Trump afirmó que no deseaba la guerra con Irán, pero que si llegara a ocurrir, provocaría “una destrucción como nunca antes se ha visto”.
AFP