El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el sábado que ha retrasado dos semanas una operación contra migrantes indocumentados prevista para este domingo para que republicanos y demócratas encuentren una solución política a este tema.
Para este domingo estaba prevista en 10 ciudades la búsqueda de 2.000 familias que recibieron la orden de deportación o que no asistieron a su citación judicial: «A petición de los demócratas, he postergado el Proceso de Traslado de Inmigración Ilegal dos semanas para ver si demócratas y republicanos pueden reunirse y encontrar una solución» a los problemas de asilo y en la frontera sur.
Más temprano el sábado, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, la principal demócrata en el Congreso, había instado a los líderes religiosos a presionar a Trump para que cancelara las redadas que el domingo iban a afectar a estas familias.
Pelosi dijo en un comunicado que las redadas esperadas «inyectarían terror en nuestras comunidades» y desgarrarían a las familias, instando a los líderes religiosos y otros a transmitir a Trump el valor de los programas de reasentamiento de refugiados del país.
Trump dijo a los reporteros el sábado antes de dirigirse al retiro presidencial de Camp David que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla original) estaba enfocado en expulsar a las pandillas la Mara Salvatrucha, o MS13.
Cuando más tarde anunció un retraso en las redadas, dijo que si no se llegaba a un acuerdo con los demócratas, dijo que si no se llegaba a un acuerdo con los demócratas, «¡comienzan las deportaciones!»
Muchos solicitantes de asilo de Guatemala, Honduras y El Salvador aducen la violencia de pandillas como la Mara Salvatrucha como la razón por la que buscan refugio en Estados Unidos. Mark Morgan, director interino del ICE dijo esta semana que la agencia apuntará a familias que hayan recibido una orden de expulsión de un tribunal de inmigración de Estados Unidos.
La operación de redadas empezaba el domingo, con un alcance previsto de 2.000 familias en hasta 10 ciudades de Estados Unidos, incluidas Houston, Chicago, Miami y Los Angeles, informó el viernes el Washington Post.
AFP