Una nueva polémica por la atención a centenares de inmigrantes menores de edad en un centro en Texas rodeó este martes la dimisión del comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), John Sanders, en medio de lo que el Gobierno calificó como una crisis.
Sanders anunció su dimisión poco después de que un grupo de abogados denunció que los pequeños recluidos en el centro de Clint, cerca de la frontera texana con México, vivían en condiciones insalubres, lo que llevó al traslado de centenares de ellos a otras instalaciones.
La renuncia, que no se hará efectiva hasta el próximo 5 de julio, según una carta de Sanders a los empleados de la CBP dada a conocer por medios locales, se produjo tras los recientes cambios ensayados por la Administración de Donald Trump en el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), que tiene a su cargo la CBP.
En su mensaje a los empleados, Sanders explicó que presentó este lunes su dimisión al secretario interino del DHS, Kevin McAleenan, a quien reemplazó al frente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza tras ser designado el 15 de abril. En su carta, el funcionario no precisó con claridad sus razones para dar un paso al costado.
No obstante, la renuncia llegó en plena controversia por la situación en el centro de Clint, donde permanecían pequeños que fueron separados o bien de los adultos con los que cruzaron sin papeles la frontera o bien de madres adolescentes, según informó este lunes The New York Times.
Los menores llevaban semanas detenidos, pese a que el tiempo máximo de permanencia para ellos en las instalaciones de la Patrulla Fronteriza es de 72 horas.
Este martes se conoció, sin embargo, que más de 100 niños fueron devueltos a Clint, información que fue confirmada por un portavoz de CBP que no precisó cuándo se produjo el cambio de lugar ni desde dónde habían sido llevados los menores.
La versión de The New York Times detalló que cerca de 250 de los menores fueron trasladados al sistema de albergues del Departamento de Salud y Servicios Sociales tras la visita de los abogados.
Otros fueron llevados a una instalación con tiendas de campaña levantada recientemente para acoger a familias migrantes y ubicada en la ciudad texana de El Paso, cercana a Clint y en una de las áreas fronterizas más activas de la actual oleada migratoria.
Un portavoz de la CBP, citado por la cadena de televisión CNN, dijo que los niños «no deben estar bajo» la custodia de esa agencia, a la vez que rechazó las acusaciones de que los pequeños carezcan de jabón, pañales y otros productos sanitarios básicos.
El presidente Trump dijo estar «muy preocupado» por la situación en los centros de detención, pero defendió que están en mejores condiciones que durante el Gobierno de su antecesor, Barack Obama (2009-2017).
Se desmarcó además de la renuncia del comisionado interino, al aclarar que no ha hablado con él.
Al reaccionar a la anunciada dimisión, Sandra Cordero, directora de la coalición proinmigrante Families Belong Together, calificó de «cruel e inhumana» la separación de los niños de sus padres.
«El único propósito es crear caos en nuestro país y ganar puntos políticos con la base de Trump», advirtió Cordero, para quien «los niños no estarán seguros hasta que estos campos de internación cierren«.
Los niños no estarán seguros hasta que estos campos de internación cierren
Mientras, la excandidata presidencial Hillary Clinton anunció en Twitter que lograron recaudar más de 500.000 dólares en las últimas 48 horas para ayudar a los grupos dedicados a proteger a los niños en la frontera.
«La crueldad de la Administración Trump causó una crisis moral y humanitaria para todos los estadounidenses. Gracias por responder con compasión y acción», apuntó Clinton, quien fue derrotada por Trump en las elecciones de 2016.
El gobernante señaló que pide de forma «oficial» a los demócratas su apoyo para cambiar la ley de asilo, amparo al que recurren miles de inmigrantes que cruzan la frontera hacia EE. UU. desde México, y causa lo que Trump describe como una crisis humanitaria.
Efe