Si bien todavía queda mucho camino por recorrer, las nuevas estadísticas de Estados Unidos sobre los cultivos ilícitos en Colombia sin duda han alejado el fantasma de una posible descertificación por incumplimiento en la lucha contra las drogas.
Este miércoles, la Oficina Nacional para las Políticas sobre el Control de Drogas (ONDCP, por su sigla en inglés) anunció que tanto las hectáreas sembradas como la producción de cocaína pura se redujeron levemente durante el 2018, al pasar de las 209.000 hectáreas que los estadounidenses habían contabilizado en el 2017 a las 208.000 que se midieron para fines del año pasado.
Las cifras en cuanto a producción de coca, que es el cálculo que se hace para determinar cuántos kilos pueden salir de esas hectáreas sembradas, también bajaron: de 900 toneladas métricas en el 2017 a 887 en el 2018.
De 209.000 hectáreas en 2017 pasó a 208.000 para el 2018
EE. UU., al anunciar la noticia, la mostró como una “estabilización” de los cultivos ilícitos en el país tras cinco años de crecimiento consecutivo, que comenzaron a detectarse a partir del 2013. Como se recuerda, el presidente Donald Trump había amenazado con descertificar al país si la tendencia al alza no cambiaba pronto de dirección.
A comienzos de este año, incluso, acusó al gobierno del presidente Iván Duque de “no hacer nada por EE. UU.” en este frente y antes dijo que el tráfico de drogas rumbo a su país había aumentado con la llegada del mandatario colombiano a la Casa de Nariño.
Por eso se especulaba que Trump podía a llegar a descertificar a Colombia en septiembre de este año, que es cuando el presidente usualmente anuncia el resultado de la evaluación que hace Washington sobre el compromiso de otros países en el combate contra el tráfico de estupefacientes.
Aunque parecía inverosímil que se castigara con sanciones a un país que es considerado el mejor aliado de EE. UU. en este y otros frentes, la mayoría apuntó al carácter impredecible de Trump y al hecho de que se encuentra en plena campaña de reelección como posibles motivadores de esa decisión.
De allí la importancia, casi trascendental, que se les había puesto a los resultados de las mediciones del 2018.
Si estas confirmaban un nuevo incremento, la descertificación era casi un hecho, a pesar de que el gobierno Duque insistía en que solo habían tenido menos de cinco meses (de agosto a diciembre) para enfrentar la catástrofe que, según ellos, le dejó
el gobierno anterior.
Pero la noticia de que el crecimiento de los cultivos se ha detenido precisamente como consecuencia de las acciones emprendidas por Duque probablemente desactivan esta inminente crisis en las relaciones bilaterales.
La agencia de Control de Drogas de EE.UU. @ONDCP destaca que es la primera vez en 7 años que no se registra un aumento en los cultivos de coca en Colombia. Esto demuestra que sí es posible tener resultados positivos, cuando se enfrenta con decisión el fenómeno de las drogas.
— Iván Duque (@IvanDuque) 26 de junio de 2019
De hecho, en sus declaraciones al respecto, el zar antidrogas de EE. UU., Jim Carroll, hizo énfasis en el trabajo que viene realizando el gobierno del presidente colombiano para combatir el problema.
“Al trabajar de manera estrecha con el presidente Duque estamos viendo que Colombia está progresando en la meta conjunta que tenemos de reducir los cultivos
y la producción. La sociedad entre nuestros dos países debe permanecer fuerte mientras luchamos por alcanzar nuestros objetivos, atacamos a quienes se benefician del narcotráfico y detenemos el flujo de drogas mortíferas que llegan a EE. UU.”
dijo Carroll.
Así mismo, la estabilización de los cultivos encaja en la narrativa de que el crecimiento exponencial que se presentó en el pasado se le debe atribuir al gobierno anterior de Juan Manuel Santos y que con Duque las cosas son a otro precio. Algo que reconoce el propio Carroll en su pronunciamiento de este miércoles.
“Desde que asumió el poder en agosto del 2018, el presidente Duque ha incrementado los esfuerzos antinarcóticos, atacando laboratorios y narcotraficantes, y cuadruplicando el número de equipos que erradican y que han logrado (eliminar)
un 56 por ciento más de coca al mes comparado con el gobierno anterior”,
sostiene Carroll.
Los niveles actuales siguen siendo de los más altos en la historia y están lejos de los del 2012 y 2013, cuando se redujeron los cultivos a 78.000 hectáreas
En su comunicado, la ONDCP (que hace parte de la Casa Blanca) deja claro que los niveles actuales siguen siendo de los más altos en toda la historia y todavía muy lejos de los del 2012 y 2013, cuando se logró reducir los cultivos a solo 78.000 hectáreas. En otras palabras, todavía queda mucho camino por recorrer.
Algo que reconoce el embajador en Washington Francisco Santos, pero no sin antes añadir algunos matices. Para Santos, la noticia es muy importante porque rompe la tendencia al alza y porque además se logró en tiempo récord.
“Cuando arrancó el Plan Colombia pasaron unos tres años antes de que se llegara al punto de quiebre en los cultivos ilícitos y se frenara su expansión. Ahora lo estamos haciendo en menos de cinco meses”, sostuvo el embajador colombiano durante una entrevista con EL TIEMPO.
De acuerdo con Santos, los buenos resultados son el producto de una combinación de factores, entre ellos el aumento de los equipos de erradicación y la nueva dinámica que se les ha dado a los programas de sustitución de cultivos.
“La tarea no está cumplida. Falta mucho, y eso lo tenemos claro todos. Tenemos que eliminar los obstáculos legales que existen, atacar la resistencia que ponen los narcos y recuperar el consenso frente a la lucha contra las drogas que se rompió en Colombia con el presidente Juan Manuel Santos”, dijo el embajador tras indicar que el regreso de la fumigación aérea es un componente esencial en esta lucha y que podría arrojar incluso mejores resultados una vez se comience a implementar.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
En Twitter: @sergom68