En un acalorado debate entre diez aspirantes demócratas que buscan la nominación de su partido para las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos, la senadora de California, Kamala Harris, fue este jueves la mejor posicionada, mientras un tema unió a los candidatos: su desprecio por el presidente Donald Trump.
A diferencia del debate realizado este miércoles en la noche, el de este jueves tuvo más réplicas de los candidatos y fue posible ver las cartas de aspirantes como el exvicepresidente Joe Biden; el senador por Vermont, Bernie Sanders; y el alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg.
Biden, quien se encuentra en el primer lugar de las encuestas, tuvo un enfrentamiento con el congresista de California, Eric Swalwell de 38 años, quien le pidió que pasara la antorcha a una nueva generación, al recordar las palabras que Biden dijo hace tres décadas.
El exvicepresidente, de 76 años, replicó rápidamente: «Todavía estoy aferrado a esa antorcha».
Si Biden o Sanders, de 77 años, son elegidos presidente, serían los altos ejecutivos con más edad en la historia de Estados Unidos. Ambos son líderes en las encuestas.
Uno de los momentos más incomodos de la noche fue el enfrentamiento entre Biden y Harris sobre el tema de segregación racial.
Harris le recordó a Biden que ella fue «esa pequeña niña» negra que sufrió por la segregación en las escuelas públicas y que aunque no creía que él fuera racista, le dolió su apoyo a senadores de esa época que apoyaban la división racial.
«Yo era un defensor público. No me convertí en un fiscal», respondió Biden, al hacer una fuerte referencia a la carrera de Harris.
«Dejé un buen bufete de abogados para convertirme en un defensor público cuando, de hecho, mi ciudad estaba en llamas por el asesinato del Dr. [Martin Luther] King [Jr.]«.
Como en el primer debate, el tema de la migración estuvo en el centro de la discusión. Harris defendió a los «DACA» (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), Buttigieg recordó que los indocumentados también pagan impuestos y Biden hizo énfasis en que los inmigrantes hacen mejor el país.
También coincidieron en que hay que trabajar por un camino a la ciudadanía para los millones de personas sin papeles en EE. UU., pero ninguno ahondó en el cómo se haría.
El ex gobernador de Colorado John Hickenlooper, que es moderado, levantó la alarma sobre algunos de los candidatos más izquierdistas, y dijo que se arriesgan a perder un posible enfrentamiento con el presidente.
«Si nos dirigimos hacia el socialismo, corremos el riesgo de reelegir al peor presidente en la historia de los EE. UU.», dijo.
Sanders, la vanguardia progresista, defendió sus posibilidades de un juicio político a Trump si era nominado, y dijo que las encuestas recientes lo muestran como líder «porque el pueblo estadounidense entiende que Trump es un farsante, que Trump es un mentiroso patológico y racista, y que mintió al pueblo estadounidense durante su campaña«.
«Dijo que iba a defender a las familias trabajadoras. Bueno, presidente Trump, no está defendiendo a las familias trabajadoras cuando intenta expulsar a 32 millones de personas de la atención médica que tienen, y que el 83% de sus beneficios fiscales van al 1% de la sociedad. Así es como le ganaremos a Trump: lo exponemos por el fraude que es», dijo.
Si nos dirigimos hacia el socialismo, corremos el riesgo de reelegir al peor presidente en la historia de los EE. UU.
Por primera vez en la historia, seis mujeres son candidatas presidenciales lo que deja una alta probabilidad de que EE. UU. pueda ser gobernado por una de ellas desde 2020.
Después del debate, Trump tuiteó desde Japón -donde se encuentra en la Cumbre del G20- que los demócratas pensaron más en los migrantes que en los ciudadanos estadounidenses.
«Todos los demócratas acaban de levantar sus manos para dar a millones de extranjeros ilegales asistencia médica ilimitada. ¿Qué hay de cuidar a los ciudadanos estadounidenses primero? Ese es el fin de esta carrera!«.
Anadolu