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En general, dice Rich Hanley, experto en medios y cultura popular en la Universidad de Quinnipiac, la fecha funciona como una especie de «alto el fuego» nacional. «Es un día en que la gente pone de lado sus diferencias (…) y enarbola la bandera sin entrar en discusiones políticas», dijo. «Luego, el 5, vuelve a lo de siempre».