Rodeado de misterio, el incendio de un submarino militar ruso este lunes provocó la muerte de catorce marinos. El accidente no fue detallado por el Kremlin sino hasta este jueves, cuando el ministerio de Defensa declaró que el fuego se originó en el compartimento de baterías, sin afectar a su reactor nuclear.
El hecho levantó resquemores, pues no es la primera vez que Rusia registra un incidente de este tipo. En las últimas dos décadas otros tres navíos nucleares dejaron víctimas mortales en el país, entre ellos el «Kursk» que conmocionó al mundo luego de la explosión de uno de sus torpedos.
Estas son sus historias:
El del incendio de un posible Locharik
Tres días después del incendio en el submarino que dejó 14 tripulantes muertos por intoxicación, el gobierno ruso dio nuevos datos sobre el accidente en el mar de Barents (océano Ártico), luego de rehusarse a exponer información por asegurar que se trataba de un «secreto de Estado».
«Se averiguó la causa principal. Se trata de un incendio en el compartimento de baterías, que se propagó a continuación», declaró el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, en un informe transmitido al presidente Vladimir Putin. Según el Kremlin, el fuego no afectó de ningún modo su reactor nuclear. «El reactor nuclear del aparato está completamente aislado y compartimentado. La tripulación puso en marcha todas las medidas necesarias para proteger la instalación, que está operativa», agregó.
Es la primera vez, desde el accidente, que las autoridades rusas reconocen que el sumergible funcionaba con energía nuclear. Shoigu afirmó que espera que se pueda reparar el submarino en «un plazo bastante corto». Aunque su tipo no fue detallado por Rusia, medios locales afirman que se trataba de un AS-12.
La explosión en el Nerpa
En febrero de 2008 más de 20 personas murieron y otras 21 resultaron heridas en el accidente a bordo de este submarino nuclear ruso en el océano Pacífico. De acuerdo con la Armada del país, el motivo de las muertes fue la asfixia tras haber inhalado gas freón, que se desprendió del sistema anti-incendios activado por error.
El Nerpa se encontraba en medio de aguas japonesas, donde el gobierno lo estaba probando antes de alquilárselo a India. Días después se dio a conocer que más de 200 personas se encontraban a bordo en una superficie que estaba prevista para 80, y que entre las víctimas, 17 eran civiles que trabajaban para la firma de construcción de embarcaciones responsable del submarino.
Según la Armada, la tragedia no provocó ninguna alteración en el reactor ni el los niveles de radiación.
El hundimiento del K-159
En agosto de 2003 uno de los submarinos K-159 de Rusia -de uso frecuente durante la Segunda Guerra Mundial- se hundió en el mar de Barents con diez tripulantes a bordo, dos de ellos fallecieron.
Según la información oficial, el navío nuclear que se encontraba en una misión «sencilla» de transporte sufrió daños en su cubierta luego de una tormenta en la que se filtró agua en su interior. Por suerte, el reactor nuclear tampoco sufrió problemas porque se encontraba apagado al momento del accidente.
La tragedia del Kursk
El 12 de agosto de 2000, el Kursk, un submarino a propulsión nuclear ruso de la flota del mar Norte, naufragó tras la explosión de un torpedo, también en el mar de Barents. A pesar de las maniobras de la tripulación, los 118 marinos que iban a bordo del submarino murieron.
El entonces presidente, Vladimir Putin, recibió cientos de críticas por continuar sus vacaciones a orillas del mar Negro, mientras el resto del mundo seguía el suceso en directo. Apenas ocho días después del accidente, el Kremlin comenzó una operación internacional de rescate, retrasada por la resistencia a aceptar ayuda de occidente.
Hasta el día 21 de búsqueda los buzos noruegos lograron al fin ingresar al navío, sin embargo, ya era muy tarde para rescatar con vida a los 23 marinos que habían sobrevivido a la explosión.
Redacción internacional
*Con información de agencias