Redadas antimigrantes, tras primeros 2.000 ‘sin papeles’ en EE. UU.

El inicio de las redadas para deportar a miles de indocumentados en Estados Unidos provocó este domingo incertidumbre en la comunidad de inmigrantes del país, incluso entre quienes residen legalmente.

Desde el viernes pasado, el presidente Donald Trump anunció que las operaciones empezarían ayer y estarían enfocadas en San Francisco, Los Ángeles, Houston, Denver, Miami, Nueva York, Baltimore, Chicago y Atlanta.

Pero en la noche del domingo no había reportes específicos de las redadas de la agencia para el Control de la Inmigración y Aduanas (ICE por su sigla en inglés), encargada de realizar los operativos.

Se espera, en todo caso, que las redadas se extiendan por lo menos hasta el viernes. El objetivo inicial, según la administración republicana, es remover del país unas 2.000 personas a las que ya se les haya ordenado abandonar el país y no cuenten con más recursos judiciales para evitarlo.

Aun si la estrategia también era arrestar y posiblemente deportar a cualquier persona sin papeles que caiga en las redadas así no esté en la ‘lista’ de objetivos del ICE.

La posibilidad de arrestos masivos generó caos en ciertos sectores, en especial entre restaurantes que reportaron la ausencia de miles de trabajadores que no se presentaron a sus empleos por temor a caer en una de estas operaciones.

Así mismo, cientos de organizaciones se movilizaron para protestar por la medida y brindarles asesoría legal a los inmigrantes en caso de terminar siendo blanco de las redadas.

De hecho, la Unión para las Libertades Civiles Americanas (Aclu), impuso una demanda para detener redadas y deportaciones, alegando que muchas veces los inmigrantes ni siquiera estaban al tanto de órdenes de deportación en su contra por errores burocráticos.

No obstante tener los papeles en regla, muchos también temen terminar siendo víctimas de una redada del ICE y siendo deportados por error.

“He escuchado casos de personas que fueron detenidas por el acento, y como no tenían sus papeles en el momento, terminaron encarcelados y hasta deportados. Por eso, yo ahora cargo con mi pasaporte a cada momento”, le dijo a este diario un periodista extranjero que trabaja en Washington para un medio en Latinoamérica.
Una situación que se está viendo replicada en otras ciudades del país.

Ya sabemos que este presidente no quiere ‘volver a América grande otra vez’ (su slogan de campaña), sino volver a América blanca otra vez”. Nuestra fortaleza está en la diversidad.

Trump había ordenado las redadas hace dos semanas, mientas el Congreso debatía un paquete migratorio en el que se esperaba fueran incluidas medidas para corregir lo que el presidente llama “huecos” en la leyes migratorias del país.

Entre ellos, que se libere a todos los que llegan a la frontera pidiendo asilo mientras las cortes deciden su caso. Según Trump, una vez entran al país, nunca regresan a sus citaciones judiciales, pues, desde el comienzo, la intención no era el asilo sino meterse al país de cualquier manera.

Dura negociación

Ante la falta de un acuerdo entre demócratas y republicanos, el presidente dio la luz verde para iniciar las operaciones este fin de semana.

Pero su decisión ha generado críticas. Sus detractores piensan que conducirá nuevamente a la separación de familias y un incremento de hacinamiento en los centros de detención para inmigrantes.

El viernes pasado, el vicepresidente Mike Pence catalogó como inaceptable las condiciones en las que están detenidos los inmigrantes en ciertos puestos fronterizos.
Pence responsabilizó a los demócratas por no aprobar la ley que quiere Trump y en la que se incluyen miles de millones de dólares para mejorar esa situación.

Como si fuera poco, la intensa polémica que ya existe por el tema migratorio en EE. UU. alcanzó nuevos decibeles este fin de semana, luego que Trump se fue lanza en ristre contra un grupo de legisladoras demócratas de origen extranjero.

Con un trino que hizo recordar cuando llamó a ciertas naciones de África y el Caribe como “países de mierda”, el presidente le sugirió a un grupo de congresistas de familias inmigrantes que en lugar de criticar a EE. UU., más bien por qué no se regresaban a sus países de origen. Según Trump, países “fracasados e infestados de crimen”.

Aunque no dio el nombre de las congresistas, se estaba refiriendo a un grupo de legisladoras de corte “progresista” que fueron electas en los comicios de noviembre de 2018. Entre ellas, Ilhan Omar, de Minnesota, Rashida Tlaib, de Michigan y Alexandria Ocasio-Cortez, de Nueva York.

Ilhan es hija de palestinos pero nacida en EE. UU.; Tlaib llegó de Somalia cuando era una niña y ya es ciudadana, mientras que Ocasio-Cortez nació en el Bronx de padres puertorriqueños.

Nancy Pelosi, líder de los demócratas en la Cámara, le reviró a Trump llamándolo racista. “Ya sabemos que este presidente no quiere ‘volver a América grande otra vez’ (su slogan de campaña), sino volver a América blanca otra vez”. Nuestra fortaleza está en la diversidad”, contestó Pelosi a través de su cuenta en Twitter.

SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
En Twitter @sergom68

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