La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró este miércoles la epidemia de ébola «emergencia de salud pública de interés internacional», tres días después de la aparición de un primer caso en una ciudad fronteriza del este de la República Democrática del Congo (RDC).
Sin embargo, esta no es la primera vez que el ébola brota en ese país africano. De hecho, según información de la OMS la actual crisis corresponde a la décima registrada desde 1976. ¿Por qué la RDC está expuesta de forma constante a crisis sanitarias como las del ébola?
La República Democrática del Congo es un país africano, el segundo más grande del continente después de Argelia. Su historia reciente se remonta al dominio colonial belga entre 1908 y 1960, cuando alcanzó la independencia.
Durante el período colonial hubo una fuerte represión de la población, debido a los minerales (caucho, diamantes y otras piedras preciosas) que posee el territorio congoleño.
De acuerdo con Adam Hochschild, autor del libro El fantasma del rey Leopoldo, el régimen de ese monarca belga fue responsable de la muerte de millones de personas y diversas atrocidades como resultado de la constante búsqueda de exportación de caucho.
La cifra exacta sobre el número de muertos durante el reinado de Leopoldo II en Congo son a la fecha objeto de controversia. Sin embargo, algunas estimaciones indican que podría situarse entre uno a cinco millones de personas.
La independencia del país, que se dio el 30 de junio de 1960, no cambió de forma trascendental su situación económica, política o social.
Algunos investigadores como María Álvarez Acosta consideran que la causa de ello estuvo en «la influencia que siguió ejerciendo Bélgica par el proceso de construcción de Estado congoleño».
Según la experta, Patrice Lumumba, un importante activista y político congoleño que «mantuvo un enfoque unitario, en un territorio con una gran variedad etnolingüística y con una fuerte posición anticolonialista» no fue de agrado para los «excolonos» y por esa razón «no fue apoyado por los belgas».
Como resultado, apareció otro movimiento independentista en la provincia de Katanga, que es considerada una de las más ricas en minerales de ese país africano. «En aquellos momentos, de ella se obtenía el 66% del ingreso anual del congo, afirma Álvarez.
El agitamiento en Katanga fue, de acuerdo con Álvarez, respaldado por la colonia belga y durante los primeros meses posteriores a la proclamación de independencia se registró una fuerte crisis que causó, entre otras cosas, el asesinato de Lumumba.
«Desde ese momento y hasta noviembre de 1965, cuando Mobutu Sese Seko ejecutó un segundo golpe de Estado, la situación se caracterizó por las pugnas entre distintos líderes por controlar el poder», agrega Álvarez.
El régimen de Mobutu, que se extendió hasta 1997, se caracterizó por la demagogia social y política y la represión a opositores. La corrupción política de ese período fue heredada por los siguientes gobernantes Laurent Desire-Kabila (1997-2001) y Joseph Kabila (2001-2019).
Sumado a la corrupción política, de acuerdo con Jared Diamond, la RDC padece lo que se denomina la «maldición de los recursos naturales», una paradoja que trata de explicar por qué países que tienen abundante materia prima padecen pobreza.
Según Diamond, «los recursos naturales suelen ser una maldición en vez de una suerte, porque al no estar distribuidos de manera uniforme dentro de los países, sino que se concentran en ciertas zonas, incentiva el estallido de guerras civiles y la aparición de movimientos secesionistas».
En sus casi 60 años de historia, la RDC ha estado casi que constantemente en conflicto, lo que ha generado un masivo desplazamiento de personas y alto número de refugiados.
Datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) muestran que tan solo desde 2017 ha habido más de 4,5 millones de desplazados en el país y más de 856.000 han tenido que refugiarse en países vecinos.
Los recursos naturales suelen ser una maldición en vez de una suerte al no estar distribuidos de manera uniforme dentro de los países
Tras la anterior epidemia de ébola que afectó a gran parte de África occidental entre 2014 y 2016 la RDC volvió este año a ser epicentro de un nuevo brote de este virus.
La mayoría de los brotes de ese país se propagan rápidamente porque ocurren en zonas relativamente remotas, lo que dificulta la atención inmediata de los infectados.
Precisamente, los primeros casos de ébola conocidos en el mundo ocurrieron en la RDC en 1976 (cuando el país tenía como nombre Zaire) y acabó con la vida de 280 personas de las 318 reportadas como contagiadas.
Los expertos que tratan esa enfermedad tienen varias hipótesis de por qué la RDC sigue siendo tan vulnerable.
La mayoría de las teorías involucran las grandes áreas boscosas del país, y la posibilidad de que los murciélagos serían quienes transmiten la enfermedad a través de frutas que ellos infectan.
REDACCIÓN INTERNACIONAL