El japonés Yukiya Amano, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), falleció a los 72 años de edad, según informó este lunes la organización. La muerte de Amano se da en medio de tensiones entre las potencias occidentales e Irán y Corea del Norte por el desarrollo de arsenal nuclear.
El secretariado del OIEA expresó su «mayor tristeza» al comunicar la muerte del diplomático nipón, quien ocupaba el cargo desde 2009.
La secretaría del organismo no precisó la fecha exacta, ni el lugar ni las causas del fallecimiento, sino que se limitó a «compartir una reciente reflexión» que Amano planeaba incluir en una carta a la Junta de Gobernadores del OIEA en la que iba a presentar su dimisión para marzo de 2020.
«Durante la última década, el organismo logró resultados concretos para conseguir los objetivos de ‘Átomos para la Paz y el Desarrollo’, gracias al apoyo de los Estados miembros y la dedicación del personal» del OIEA, habría resaltado Amano en el mensaje, en el que expresaba su orgullo y agradecimiento.
Por su parte, el Gobierno de Japón expresó su pesar por la muerte de Amano, y destacó de él su «activo trabajo» frente a los programas nucleares de Corea del Norte y de Irán, así como para evitar la proliferación de armas nucleares en el mundo.
Amano nació el 9 de mayo de 1947 en la ciudad japonesa de Yugawara. Contaba con una larga trayectoria y gran experiencia en el campo de la no proliferación nuclear y el desarme cuando el 1 de diciembre de 2009 asumió el máximo cargo del OIEA, en el que se mantuvo hasta su fallecimiento.
Como director general del organismo, el cauteloso diplomático, graduado en 1972 en Derecho por la Universidad de Tokio, tuvo que trabajar desde un principio con el conflictivo programa atómico iraní y resolver los graves problemas del OIEA.
El organismo, si bien es esencialmente técnico, desempeña un importante papel en las negociaciones que llevaron a poner fin a años de conflicto entre Irán y la comunidad internacional desatado por el temor de ésta última a que la República Islámica desarrolle secretamente armas atómicas.
El acuerdo resultante, firmado en 2015 en Viena bajo el nombre de «Plan de acción conjunto» (JCPOA, por sus siglas en inglés) -y firmado por Irán con EE. UU., China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania- entró en vigor en enero de 2016 y es función del OIEA verificar su cumplimiento.
Amano nunca ocultó su gran preocupación por la incertidumbre creada tras la salida del pacto, en 2018, de EE. UU. y la imposición de nuevas sanciones a Irán.
«Me preocupa el aumento de las tensiones sobre el problema nuclear iraní. Como he enfatizado constantemente, los compromisos relacionados con la energía nuclear asumidos por Irán bajo el JCPOA representan una ganancia significativa para la verificación nuclear», indicó Amano en el discurso ante la Junta de Gobernadores del OIEA de junio pasado, la última en la que participó.
Antes de dirigir este organismo con sede en Viena, donde sustituyó al premio nobel egipcio Mohamed El Baradei, Amano tuvo una importante carrera en el Ministerio de Exteriores japonés.
Llegó a representar a su país en plazas tan relevantes como Washington, Bruselas y la Conferencia de Desarme en Ginebra.
Además, ocupó los cargos de director de la Sección Científica y la Sección de Energía Nuclear del Ministerio de Exteriores, y encabezado las oficinas de Control de Armas y Asuntos Científicos y del Departamento de Desarme, No Proliferación y Ciencia de Japón.
Durante la última década, el organismo logró resultados concretos para conseguir los objetivos de ‘Átomos para la Paz y el Desarrollo’
Así, al llegar al OIEA, ya era un hombre de amplia experiencia en el campo del desarme y la no proliferación nuclear.
Durante los años más complicados en la crisis nuclear con Irán, Amano mantuvo innumerables reuniones, tanto en Viena como en Teherán, con los negociadores iraníes y consiguió finalmente un acuerdo aceptable para la comunidad internacional que diera visto bueno a la puesta en vigor del JCPOA.
Sus detractores y críticos, por ejemplo, los más duros en EE. UU., Israel o Arabia Saudí, siempre le echaron en cara que no fue muy firme y contundente con los iraníes.
Me preocupa el aumento de las tensiones sobre el problema nuclear iraní
Ahora será responsabilidad de su sucesor lidiar con las consecuencias de la salida de EE. UU. del JCPOA y los más recientes anuncios de Irán de haber violados algunas partes clave del acuerdo, como la cantidad y la pureza del uranio enriquecido.
Entre los posibles y potenciales sucesores de Amano, destaca el argentino Rafael Grossi, quien fue entre 2009 y 2013 jefe de gabinete del japonés y director general adjunto del organismo para asuntos políticos.
El OIEA es una entidad técnica autónoma de la ONU, con más de 2.000 empleados, que vela por la seguridad nuclear en el mundo y se encarga además de verificar el cumplimiento del Tratado de No Proliferación (TNP) de armas nucleares.
Efe