Autoridades de la ciudad de Council Bluffs, en el estado de Iowa (EE. UU.) reportaron el hallazgo del cadáver de un joven hondureño que había desaparecido hace 10 años.
El descubriendo se hizo en los congeladores de un supermercado. Lo curioso es que el establecimiento llevaba dos años cerrado (2016) y recién a comienzos de este año habían comenzado a desmontarlo.
La víctima fue identificada como Larry Ely Murillo-Moncada.
La autopsia practicada al cuerpo permitió aseverar que la muerte fue accidental.
Su desaparición
El 28 de noviembre del 2009, en medio de la noche y bajo una tormenta de nieve, Murillo-Moncada dejó su casa y jamás volvió.
El joven, quien en ese momento tenía 25 años, tuvo una discusión con sus padres y salió de su hogar sin siquiera ponerse unos zapatos.
“Sus padres no lo vieron más y debieron denunciar su desaparición a las autoridades locales, que durante todos estos años mantuvieron la búsqueda, sin mayores esperanzas”, informó la agencia de noticias Efe.
El pasado lunes, el caso tuvo un desenlace impensado: mientras trabajaban en el desmonte de los congeladores del supermercado ‘No Frills’ el cuerpo de Murillo-Moncada fue encontrado en una separación de 45 centímetros entre la pared y los refrigeradores.
“El joven trabajaba en el establecimiento, ubicado a menos de un kilómetro de distancia de su casa”, agregó la cadena CNN.
Según información de la familia, Murillo-Moncada tomaba antidepresivos, tenía alucinaciones y escuchaba voces.
El hallazgo
El cadáver estaba en avanzado estado de descomposición, pero su identificación fue posible gracias a la ropa que tenía: coincidía con el atuendo descrito por los padres del joven.
“La identificación final fue realizada por la División de Investigación Criminal de Iowa, que utilizó ADN de los padres para compararlos con los restos hallados”, aseguró Efe.
La autopsia practicada al cuerpo permitió aseverar que la muerte fue accidental.
Las autoridades, tras indagar a exempleados del supermercado, dijeron que lo que pudo suceder fue que el joven subió a la parte más alta de los refrigeradores y cayó a un hueco desde unos 12 pies de altura, donde quedó atrapado y sin lograr ser auxiliado.
Tras el hallazgo, trascendió, según información de la familia, que Murillo-Moncada tomaba antidepresivos, tenía alucinaciones y escuchaba voces.
Redacción APP
*Con información de Efe