Pedro Sánchez no obtuvo la mayoría absoluta necesaria para ser elegido de nuevo como presidente de España, lo cual lo obliga a presentarse en la segunda votación del parlamento el jueves.
Si el martes necesitaba 176 votos, pasado mañana bastará con que tenga a su favor una mayoría simple (más síes que noes).
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) recibió 124 respaldos, 170 votos en contra y se presentaron 52 abstenciones.
La clave para convertirse de nuevo en presidente depende ahora del respaldo que consiga del partido Unidas Podemos, de extrema izquierda, que cuenta con 42 votos.
Es el único socio posible con el que obtendría la mayoría simple; el Partido Popular (PP) y Ciudadanos -ambos conservadores- han rechazado cualquier negociación.
Desde hace varias semanas el PSOE y Unidas Podemos han conversado para llegar a un acuerdo.
Sin embargo, en un principio, Sánchez se negó a incluir en cargos estratégicos figuras de esa agrupación política y manifestó que era impropio hablar de un gobierno de coalición.
De hecho, se opuso rotundamente al interés de Pablo Iglesias (líder de Unidas Podemos) de formar parte de la nueva administración.
Durante la primera votación del proceso de investidura, sin embargo, Unidas Podemos dio un paso adelante y en vez de votar contra Sánchez, optó por la abstención.
Esto significa no solo que continúan las conversaciones entre ambos partidos, sino que el actual presidente en funciones estaría dispuesto a contar con figuras relevantes de Unidas Podemos en el gobierno.
Los medios locales, entre ellos el diario El País, sostienen que Irene Montero, pareja de Iglesias y portavoz de Unidas Podemos, podría ocupar una vicepresidencia.
Entre los diputados que se abstuvieron no solo están los parlamentarios de Unidas Podemos, sino también los de Compromís, Partido Nacionalista Vasco y Bildu, el grupo separatista vasco de extrema izquierda.
Los independentistas catalanes votaron en su contra, pero se espera que el jueves se inclinen hacia la abstención. A cambio de ese gesto, que le facilitaría el camino a Sánchez, los secesionistas aguardarían un trato a su favor.
El giro de Unidas Podemos hacia la abstención, cuando en un principio se pensaba que iba a votar en contra por no haber llegado a ningún acuerdo, es consecuencia del cambio de actitud de Sánchez tras el duro discurso de Iglesias durante la primera parte del proceso de investidura.
Durante la primera votación del proceso de investidura, sin embargo, Unidas Podemos dio un paso adelante y en vez de votar contra Sánchez, optó por la abstención
El líder de extrema izquierda prácticamente arrinconó al presidente en funciones cuando le pidió que no humillara a su partido al ofrecerle cargos secundarios y no lo tratara como un mero decorado.
Es consciente de que su formación es la única que le abre la puerta a Sánchez para seguir en la presidencia. Las horas previas a la votación del jueves serán de negociación entre el PSOE y los partidos que pueden apoyarlo.
En cualquier caso, la última carta la tiene Unidas Podemos. Tan pronto terminó la sesión del martes, las cúpulas de las dos agrupaciones de izquierda continuaron las conversaciones.
Si todos los intentos fracasan y Sánchez no obtiene la mayoría simple, se verá obligado a convocar nuevas elecciones presidenciales, que tendrían lugar en noviembre de este año.
JUANITA SAMPER OSPINA
Corresponsal de EL TIEMPO
Madrid