El fracaso para lograr un acuerdo con el partido de izquierda Unidas Podemos le impidió al gobernante del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez, ganar la votación de su investidura, que fue rechazada en el Parlamento por segunda vez.
Con 124 votos a favor, 155 en contra y 67 abstenciones, ahora España inicia una espera de dos meses en los que podrían seguir las negociaciones entre los partidos de izquierda para impedir nuevas elecciones; de no lograrse, el Rey tendrá que disolver las Cortes y se convocará una nueva votación general para noviembre.
La votación tuvo lugar tras un corto debate protagonizado por un duro intercambio de reproches entre los dirigentes socialistas y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, quienes se acusaron mutuamente por el fracaso de las negociaciones para un Gobierno de coalición.
Sánchez constató que «el acuerdo no ha sido posible» y lamentó la pérdida de una «histórica oportunidad» para formar un Ejecutivo de izquierdas.
Sánchez aseguró que deseaba formar una coalición con UP, pero «no a cualquier precio», y reprochó al líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, que quería entrar en el Gobierno español «para controlarlo».
En la misma línea, la portavoz parlamentaria del Partido Socialista (PSOE), Adriana Lastra, aseguró que «nosotros queremos negociar de buena fe, pero no vamos a aceptar chantajes» y recordó a Iglesias que «no ganó las elecciones».
La abstención de Podemos constituye una «histórica oportunidad que se desvanece», afirmó Sánchez, quien desveló ante la cámara las diversas oportunidades de coalición de gobierno que el Partido Socialista (PSOE) ofreció a UP y que este partido rechazó.
Sánchez aseguró que deseaba formar una coalición con UP, pero «no a cualquier precio», y reprochó al líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, que quería entrar en el Gobierno español «para controlarlo», ya que con el 25 % de los diputados quería gestionar el 80 % del gasto social.
El gobernante ofreció el miércoles a Podemos una vicepresidencia y tres ministerios. El objetivo de la formación morada era controlar los ministerios sociales para que estuviesen tutelados bajo una vicepresidencia social, una exigencia que fue excluida de la propuesta del PSOE.
El jefe del Ejecutivo en funciones insistió, en una intervención dirigida especialmente contra Iglesias, que el país debe tener «un gobierno coherente y cohesionado», no dos ejecutivos en uno.
Efe