El presidente de España, Pedro Sánchez, no logró en el Congreso la mayoría simple durante su segundo intento para continuar como jefe de gobierno. El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) obtuvo 124 votos a favor, 155 en contra y 67 abstenciones.
La causa de la segunda derrota en una semana fue la imposibilidad de llevar a buen término las negociaciones con Unidas Podemos, partido de extrema izquierda.
A lo largo de varios días, representantes de esta agrupación política y del PSOE trataron de alcanzar un acuerdo que permitiera la continuidad de Sánchez en la presidencia.
Sánchez necesitaba el apoyo de los 42 diputados de Unidas Podemos para alcanzar la mayoría simple en la votación parlamentaria.
No obtuvo el respaldo porque el presidente en funciones se negó a las pretensiones de ese partido. Pedía una vicepresidencia, junto a varios cargos ministeriales estratégicos. El PSOE encontró inaceptables las exigencias al considerar que no respondían a la proporcionalidad electoral y que se formaría un gobierno dentro del gobierno.
A última hora, Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, trató de salvar la situación y ofreció el apoyo de su partido a cambio de asumir las competencias activas en materia laboral.
El chasco no se hizo esperar. La portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, le informó que eso era imposible porque tales competencias están en manos de las autonomías (gobiernos regionales).
La diputada respondió a la petición con dureza extrema: “¿Quiere usted conducir un coche sin saber siquiera dónde está el volante?”, le dijo.
Iglesias no tuvo más remedio que callar. La misma diputada le reprochó que su posición en las negociaciones había sido inadecuada.
«Un partido minoritario no puede pretender quedarse con más de medio gobierno y administrar más de la mitad de los presupuestos del Estado», agregó.
Durante la votación, Unidas Podemos optó por la abstención, junto a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), partido separatista catalán.
El mensaje se entendió como la posibilidad de volver a negociar en las próximas semanas.
A Sánchez le queda una única oportunidad: intentar una última investidura en septiembre, de acuerdo con el reglamento del Congreso y el beneplácito del rey Felipe VI.
¿Quiere usted conducir un coche sin saber siquiera dónde está el volante?
Si de nuevo no logra la mayoría simple, habrá disolución del Parlamento y nueva convocatoria a elecciones presidenciales el 10 de noviembre.
Sería la segunda vez que ocurre en un año y le costaría al Estado español cerca de 140 millones de euros.
JUANITA SAMPER OSPINA
*Corresponsal de EL TIEMPO
Madrid