Después de más de dos años de reveses judiciales e internacionales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se apuntó esta semana dos importantes victorias que le permiten afianzar –por el momento– dos pilares de su política migratoria: el muro fronterizo y la restricción de visados.
El primero de estos triunfos se produjo en un escenario que, hasta la fecha, le ha sido adverso a la Casa Blanca: los tribunales.
En una ajustada votación, los cinco magistrados conservadores de la Corte Suprema se impusieron el viernes a los cuatro progresistas y dieron el visto bueno al Gobierno para la utilización de US$ 2.500 millones procedentes de las arcas del Pentágono para la renovación del muro fronterizo con México.
Esta partida estaba inicialmente destinada a la lucha contra el narcotráfico y forma parte de los 6.600 millones de dólares que Trump desvió para la construcción del muro bajo la emergencia nacional que declaró en febrero en la frontera sur.
Tras conocer el fallo, Trump tuiteó: “Gran victoria en el muro. El Tribunal Supremo de EE. UU. anula las órdenes de tribunales inferiores, permite que proceda el muro en la frontera sur. ¡Gran victoria para la seguridad fronteriza y el Estado de derecho!”.
Wow! Big VICTORY on the Wall. The United States Supreme Court overturns lower court injunction, allows Southern Border Wall to proceed. Big WIN for Border Security and the Rule of Law!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) July 26, 2019
No obstante, esta decisión apenas permite al Gobierno proseguir con la construcción mientras los tribunales dictaminan si la maniobra de la Casa Blanca para desviar fondos del Pentágono para la construcción del muro mediante una declaración de emergencia nacional es legal o no.
Como señaló en un comunicado Dror Ladin, abogado de la Asociación Estadounidense de Libertades Civiles, una de las organizaciones que inició este proceso judicial contra la Administración: “Esto no se ha acabado. Pediremos al Tribunal Federal de Apelaciones que acelere el proceso para evitar los daños inminentes e irreversibles del muro fronterizo de Trump”.
En cualquier caso, a falta de una sentencia en firme, la decisión del Supremo se produjo en un momento delicado después de que en los últimos días diversos medios, algunos de ellos teóricamente favorables al mandatario, hicieran eco de un comunicado oficial que reconoce que –tras más de dos años de mandato– aún no se ha construido ni un solo kilómetro nuevo de muro.
Esto no se ha acabado. Pediremos al Tribunal Federal de Apelaciones que acelere el proceso para evitar los daños inminentes
Hasta la fecha, según ha indicado el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), debido a la dificultad para obtener los permisos para edificar en tramos nuevos, el Gobierno se ha limitado a renovar unos 83 kilómetros de valla ya existente.
La segunda de sus victorias cosechadas, también el viernes, es la firma de un acuerdo con Guatemala, que obligará a la mayoría de los migrantes que atraviesan el país centroamericano a pedir asilo allí, en vez de solicitarlo en EE. UU.
Bajo este pacto –descrito por la Casa Blanca como “tercer país seguro” y que tendrá una vigencia de dos años y podrá renovarse antes de su vencimiento–, los solicitantes de asilo que lleguen a EE. UU. serán enviados de vuelta a Guatemala si, en su ruta hacia el norte, atraviesan el país centroamericano antes de llegar a territorio estadounidense.
Sin embargo, no está claro cómo se implementará el pacto dado que el pasado 14 de julio la Corte de Constitucionalidad otorgó un amparo provisional para que ese país no se convierta en un “tercer país seguro”, medida que fue recurrida por el Gobierno guatemalteco.
La reacción del inquilino de la Casa Blanca a la decisión de la Corte Constitucional fue amenazar a Guatemala con “vetos, aranceles e impuestos a las remesas”. Por este motivo, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, celebró que el acuerdo con Washington evitará que estos se hagan realidad.
Pero ayer distintos sectores guatemaltecos criticaron el acuerdo. Entre ellos, el defensor del pueblo de ese país, Jordán Rodas, que expresó su “preocupación”.
AFP