Política migratoria de Trump: una estrategia para separar familias

El miércoles pasado, en las escuelas del distrito de Jackson, Misisipi, se vivía una escena devastadora. Cientos de niños se veían confundidos y preocupados a la salida de clase pues sus padres nunca llegaron a recogerlos.

Decenas de ellos tuvieron que ser acogidos en gimnasios o por vecinos mientras esperaban noticias de sus familias.

La razón de este aparente abandono se produjo tan solo unas horas antes, cuando miembros de la policía migratoria estadounidense (ICE, por su sigla en inglés) llevaron a cabo la redada más grande en una década en siete plantas de procesamiento de alimentos. 680 trabajadores, en su mayoría latinos (122 mexicanos y 179 guatemaltecos, según las cancillerías), fueron arrestados bajo la sospecha de que estaban indocumentados.

Fotos y videos de medios locales mostraron niños llorando, tapándose la cara, consolándose entre ellos, sentados en el suelo. “Gobierno, por favor, muestra que tienes corazón”, dijo a las cámaras de la cadena WJTV Magdalena Gómez, de 11 años, con la voz cortada por el llanto. “Necesito a mi papá y mi mamá, mi papá no hizo nada, no es un criminal”, agregó.

Las reacciones en la opinión pública no se hicieron esperar.
“Estas redadas de ICE están diseñadas para separar a las familias, difundir miedo y aterrorizar a las comunidades”, escribió poco después la precandidata demócrata Kamala Harris, cuarta en los sondeos.

Tienen que respetar nuestras leyes, tienen que venir aquí legalmente o no venir para nada”, advirtió por su parte Mike Hurst, fiscal del distrito sur de Misisipi.

Aunque las autoridades informaron este viernes que 300 de los detenidos fueron liberados con tobilleras electrónicas y órdenes de acudir a un tribunal de migración para que un juez decida si procede la deportación, la amenaza de nuevas redadas generó un gran miedo entre las familias.

Un día después del operativo, los directores de las escuelas de Lake County y de Scott County estimaron que más de 200 estudiantes de origen latino dejaron de asistir a clases, ante el temor de que ICE los tomara bajo custodia y los enviara a centros de detención en la frontera, famosos por el hacinamiento y los malos tratos a los que someten a los recluidos.

Su miedo no es en vano. Hace tres meses, la administración reconoció que desde el 2017 había separado a más de 2.000 niños, a veces bebés, de sus padres o familiares adultos. Y aunque el gobierno se retractó de la medida, varias ONG de derechos humanos, entre ellas Aclu, denunciaron que este año 900 menores siguen recluidos en centros de retención bajo condiciones precarias.

Migrantes centroamericanos

Protestas por los operativos de la policía migratoria de Estados Unidos contra migrantes, en su mayoría centroamericanos.

Foto:

Reuters

Los operativos del ICE no son nuevos y hacen parte de las medidas del presidente Donald Trump contra la migración ilegal, su principal bandera de campaña.

Tras recibir duras críticas, el presidente defendió su posición y la operación de ICE. “Quiero que la gente sepa que si vienen a Estados Unidos ilegalmente, se van a ir. (…) Y esto sirve como un buen disuasivo”, dijo el viernes a periodistas. “Cuando la gente vea lo que vio (el miércoles), sabrán que no se van a quedar aquí”, prosiguió en declaraciones en la Casa Blanca.

Pero las de este miércoles ocurrieron en una semana sensible para la comunidad latina en EE. UU. Ese mismo día, Trump visitó El Paso (Texas), donde un pistolero mató a 22 personas el sábado tras publicar en línea un “manifiesto” racista en el que hablaba de combatir la “invasión” de hispanos en el país.

Esta comunidad ha sido especialmente afectada por la retórica y la ‘mano dura’ del presidente. Abogados y activistas coinciden en que la comunidad debe conocer sus derechos, organizar sus documentos, prever quién se quedará con la custodia de los hijos en caso de detención y, ante todo, no abrir la puerta a un oficial que no muestre una orden de arresto.

Tienen que respetar nuestras leyes, tienen que venir aquí legalmente o no venir para nada

Bajo el gobierno Trump se han incrementado las detenciones de inmigrantes en sus lugares de trabajo: en el año fiscal 2018, el ICE inició 6.848 investigaciones sobre ese tema, lo que supone un incremento de más del 300 por ciento con respecto al periodo anterior, cuando hubo 1.691 investigaciones.

* Con información de AFP y Efe

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