Levantar la economía y cautivar electores, reto de Mauricio Macri

El presidente argentino, Mauricio Macri, castigado en las urnas el domingo por el candidato Alberto Fernández en las primarias presidenciales, también lo fue ayer por los mercados, y plantean una perspectiva negativa en su deseo de lograr la reelección en octubre.

Sin embargo, ese factor esconde unos elementos estructurales de una economía en recesión, que el mandatario no ha podido enderezar, a pesar de la ayuda que el país ha recibido del Fondo Monetario Internacional y que se ha materializado en recursos por 57.000 millones de dólares.

Una caída de la economía del 2,5 por ciento en el 2018, alto desempleo que golpea al 10,1 por ciento de la fuerza laboral, una pobreza que afecta al 34 por ciento de la población y un galopante incremento del dólar y la deuda interna y externa hacen parte de los obstáculos que enfrenta ese país.

Muchos esperaban que Macri anunciara este lunes mismo un timonazo para darle credibilidad a su intención de mejorar la economía del país para volver a atraer a los millones de votantes que necesita el 27 de octubre.

Pero el mandatario solo prometió tomar medidas ante la fuerte devaluación del peso registrada este lunes.

Luego de reunirse con su gabinete de ministros, culpó además al kirchnerismo, que venció en estas primarias, por la reacción adversa en los mercados al sostener que “no tienen credibilidad en el mundo”. “Hoy (lunes) es un día muy malo. Hoy estamos más pobres que antes de las primarias”, sostuvo el mandatario.

Macri admitió que los votos que no lo “acompañaron” representan una “bronca acumulada” por el “duro proceso” económico recorrido tras la “difícil herencia” recibida de los 12 años de kirchnerismo en el poder previos a su llegada a la Casa Rosada, a finales de 2015. Hay que recordar que Alberto Fernández fue jefe de gabinete del expresidente Néstor Kirchner entre 2003 y 2007 y durante el primer año de la gestión de su sucesora y viuda, Cristina Fernández de Kirchner, por lo que los inversores lo relacionan con las políticas intervencionistas que llevó adelante el peronismo entonces.

Si bien durante los años de Fernández en el poder la economía creció y se registraron superávits fiscal y comercial, en la última gestión de Fernández de Kirchner –de 2011 a 2015– el país cayó en déficit y se aplicaron restricciones al comercio y un control de cambios que alejaron las inversiones.

Macri observó que de la “euforia” que había el viernes en los mercados internacionales a partir de encuestas “equivocadas” que vaticinaban un buen resultado para el oficialismo, se pasó a un día “muy malo”, con el dólar en alza.

Según el mandatario, el mundo económico no confía en lo que el kirchnerismo “pretende hacer otra vez” con Argentina.

Hoy es un día muy malo. Hoy estamos más pobres que antes de las primarias

El presidente argentino señaló que las medidas que tomará serán para “que este proceso electoral no castigue aún más a los argentinos”, pero evitó dar detalles de las acciones bajo estudio. Su compañero de fórmula, el senador peronista Miguel Ángel Pichetto, quien lo acompañó en la rueda de prensa, dijo sin embargo que las medidas buscarán “atender las demandas de los sectores medios, de los trabajadores y de las pymes”.

Lo malo para Argentina y para Macri es que unas medidas económicas convincentes y que beneficien a la población tardan en dar resultados, y tiempo es lo que no hay.

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