La «nueva arma» que explotó el pasado jueves en una base de pruebas de misiles en el Gran norte de Rusia era probablemente un nuevo tipo de misil a propulsión nuclear, cuya factibilidad y utilidad son puestas en tela de juicio por varios expertos.
Estas son las claves para entender los motivos y afán de Rusia en el desarrollo de nuevas armas nucleares.
¿Cuál es el interés de propulsar un misil con energía nuclear?
«Se trata de poder disponer de misiles con un alcance mucho mayor», explicó Corentin Brustlein, director del centro de estudios de seguridad del Instituto francés de relaciones internacionales (IFRI).
«En teoría, permite liberarse de la restricción que significa la cantidad de combustible que puedes transportar», destaca.
Además del mayor alcance «es posible hacer grandes cambios de rumbo para alcanzar al adversario en zonas expuestas, utilizar trayectorias no vigiladas, con el fin de esquivar y sorprender a los radares estadounidenses y su defensa antimisiles», añade.
«Los rusos tienen una obsesión con respecto a la defensa antimisiles estadounidense y la amenaza que puede representar para sus fuerzas de disuasión, o sea, temen que EE. UU. tenga algún día la capacidad de neutralizar su arsenal utilizando medios ofensivos y defensivos», continúa.
Para el funcionamiento de todo lo nuclear es necesario un entorno de seguridad indispensable
«Esto se remonta a la Guerra Fría y a la Guerra de las galaxias de el expresidente Ronald Reagan. Los rusos multiplican sus opciones para estar seguros de poder penetrar las defensas antimisiles estadounidenses», señala.
¿Cuáles son los desafíos técnicos?
Son enormes: primero que todo, deben lograr miniaturizar un reactor nuclear al punto de poder integrarlo en un misil, luego garantizar la seguridad de los investigadores durante las etapas de prueba, y después la de los operadores.
«Para el funcionamiento de todo lo nuclear es necesario un entorno de seguridad indispensable, algo que es muy difícil de concretar. «La manipulación y la seguridad nuclear, son inconvenientes enormes», señaló el exjefe de un servicio de inteligencia francés, quien pidió permanecer en el anonimato.
«Los rusos, herederos de los soviéticos, tienen la tendencia a meter la energía nuclear en todas partes. Incluso, no respetan sus propias consignas de seguridad, puesto que las consideran demasiado pesadas», añade.
«La cantidad de desafíos técnicos que implica miniaturizar un reactor nuclear hasta esas dimensiones (necesarias), y los inconvenientes que surgen en las pruebas, son enormes», confirmó Brustlein.
Los rusos tienen una obsesión con respecto a la defensa antimisiles estadounidense
Además, para el experto militar ruso Alexander Golts, el sistema de misiles de crucero «Burevestnik» (que según expertos estadounidenses fue el que explotó el pasado jueves) «es completamente inútil, superfluo».
«Si los científicos rusos hubieran inventado un nuevo tipo de misil con un motor de alcance ilimitado, esto sería más que suficiente para brindarle a
Rusia una superioridad sobre EE. UU.», afirmó.
¿Existe una dimensión política en esta voluntad de dotarse de misiles a propulsión nuclear?
A comienzos de este año, el presidente ruso Vladimir Putin anunció con gran pompa que su país había desarrollado nuevas armas «invencibles», con alcance gigantesco, imposibles de interceptar. Los misiles a propulsión nuclear son parte de este arsenal, según los expertos, que aseguran que no han sido desarrollados nunca ni tampoco podrán serlo.
Los rusos siempre han vinculado el poder político con la potencia militar
«Hay una dimensión política importante par Putin: quiere demostrar que Rusia continúa siendo una gran potencia militar», señaló el mismo exjefe de un servicio de inteligencia.
«Los rusos siempre han vinculado el poder político con la potencia militar», agrega. «Se trata de una dimensión de exhibición, nacionalista, extremadamente importante», añadió Corentin Brustlein.
«Putin quiere demostrar que Rusia desarrolla sistemas que EE. UU. no tiene, que estimula la competición tecnológica», apostilló.
AFP