Natalia viajó desde el Valle del Cauca a España hace cinco años con la ilusión de empezar una nueva vida que le permitiera ayudar a sus dos hijos veinteañeros. Había estudiado Enfermería en el país y en su nuevo destino, Andalucía, encontró trabajo en servicios de aseo y cuidado de niños.
Vivía en Marbella, la zona costera del sur que prefieren los españoles con poder adquisitivo para pasar vacaciones. Y su viaje soñado terminó en la peor pesadilla el 8 de enero, cuando su expareja la asesinó.
El cuerpo de Natalia apareció en una playa, decapitado y sin manos (al parecer las encontraron luego). Tres días después su exnovio, Leonel, también colombiano, confesó el crimen. Ahora está en prisión.
Se habían conocido el verano pasado y ella había terminado la relación en noviembre. A él no le gustó la decisión y siguió acosándola. En diciembre le dio un cabezazo en la nariz, por lo que ella lo había denunciado.
Leonel quebrantó la orden de alejamiento que se le había impuesto como condición para suspender los seis meses de prisión de la condena inicial. Debía respetar la distancia obligada y no cometer ningún delito. Incumplió las dos condiciones.
(Lea también: España: buscan enmendar ley que permitió liberación de agresores sexuales)
Natalia es una de las seis mujeres asesinadas por violencia machista en lo que va de este año en España, según el Gobierno. Una cifra aún más escalofriante cuando se suma a las ocho que se produjeron solo en diciembre del año pasado. De acuerdo con el Ministerio de Igualdad, en 2022 fueron 49 las mujeres que murieron en España a manos de sus parejas o exparejas, una más que en 2021. En total, hay 1.188 víctimas mortales por violencia de género desde 2003, cuando se empezaron a llevar registros.
El panorama en Colombia no está mejor. Con el asesinato de la DJ Valentina Trespalacios van al menos nueve mujeres víctimas mortales de violencia de género en 2023 y el año pasado se presentaron 614 casos, según el Observatorio Colombiano de Feminicidios.
A pesar de todos los esfuerzos en España, no logran acabar con el flagelo de los asesinatos machistas. En septiembre del año pasado se alcanzaron a oír algunos aplausos, cuando las cifras mostraban un descenso importante, pero el repunte de diciembre los acalló.
Las mujeres continúan siendo víctimas, a pesar de las campañas, las medidas legales, los servicios oficiales de ayuda y las acciones de la policía.
(Le puede interesar: Joven en España apuñaló a su suegra porque su novia se lo pidió; es inimputable)
Información sobre antecedentes
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció una medida novedosa: avisar a las posibles víctimas sobre los antecedentes por violencia de género de sus parejas. La iniciativa no ha estado exenta de polémica porque podría vulnerar los derechos fundamentales relacionados con la intimidad del hombre.
El Ministerio del Interior consultó a la Fiscalía de Violencia contra la Mujer, que respondió con la advertencia de que no puede realizarse de manera sistemática y generalizada. Solo podría comunicarse en caso de que haya un riesgo elevado de agresión, lo que se valoraría cuando haya una condena penal previa.
Hay un riesgo mayor y objetivo de que la nueva violencia sea más grave y se materialice en menor espacio de tiempo
El ministro Grande-Marlaska aseguró que trabaja con la Abogacía del Estado en esa dirección y que preparará el protocolo de actuación, sobre todo en los casos persistentes: condenados con alta probabilidad de volver a agredir y de que lo hagan en un momento más temprano de la relación. «Hay un riesgo mayor y objetivo de que la nueva violencia sea más grave y se materialice en menor espacio de tiempo», señaló.
(Además: Marilyn Martínez, ‘la tiktoker’ que fue asesinada por su esposo)
La propuesta ha recibido apoyos. «¿Quién va a estar en contra de buscar una forma de avisar a una mujer de que aquel hombre que acaba de conocer puede acabar siendo la última persona que conozca?», preguntó la escritora Carmen Domingo en un artículo de El País.
Independientemente de la posibilidad de informar sobre antecedentes de agresores, el ministro Grande-Marlaska también se reunió con los responsables contra la violencia de género de las fuerzas de seguridad para analizar la acumulación reciente de casos.
Celeridad en la justicia
Jordi Nieva-Fenoll, catedrático de la Universidad de Barcelona, considera que se necesitan medidas en el ámbito de la justicia.
En particular se refiere a la creación de juzgados que actúen con rapidez ante las agresiones. «Nos hemos acostumbrado ya a que se presentan denuncias, querellas y demandas, y casi siempre se pasan varios meses cogiendo polvo en algún juzgado o fiscalía hasta que por fin sus responsables tienen posibilidad material de atenderlas, debido a la inmensa acumulación de asuntos», señala.
Y, aunque entiende que en ocasiones la demora está justificada, no es el caso de los delitos de violencia de género, cuando las diligencias son escasas.
La solución radica en reducir la fase de instrucción y en especializar algunos jueces, que no sean los de instrucción, que recogen vestigios y protegen a las víctimas, pero no juzgan.
Medidas contra el machismo
España no se ha quedado de brazos cruzados ante la violencia machista. El país puede presentar polarización política y diversas posiciones en torno a los diferentes aspectos sociales, pero se muestra unido contra ella.
En 2017 los Grupos Parlamentarios, las Comunidades Autónomas y la Federación Española de Municipios y Provincias ratificaron el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, un eje central que une instituciones, organizaciones y expertos, con el objetivo de combatir el flagelo.
El Ministerio de Igualdad, mediante la Delegación del Gobierno contra la violencia de Género, ofrece un paquete de ayudas y medidas de protección para las mujeres en peligro, que van desde contribuciones económicas y colaboración para cambios de residencias hasta concesiones de autorización de trabajo para extranjeras.
(Siga leyendo: El feminicidio de Angie Díaz: la latina asesinada por su novio estadounidense)
No acabaremos con la violencia machista si no acabamos con el machismo
También existe el teléfono 016, que recibe llamadas relacionadas con la violencia de género, desde el que se ofrece información, asesoramiento jurídico y atención sicológica y social.
Por otra parte, el Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer, órgano interministerial, asesora, evalúa y elabora informes y propuestas de actuación para erradicar los feminicidios.
Y existen otras medidas prácticas, como los dispositivos de control telemático, que, cuando hay órdenes de alejamiento, avisan en caso de que el inculpado no respete la distancia establecida. O la aplicación Alertcops, que envía una señal a las fuerzas de seguridad con geolocalización.
A pesar de todos los esfuerzos, sin embargo, los feminicidios en España continúan.
Autoridades y expertos coinciden en que, aparte de las medidas, campañas y ayudas independientes en diversos aspectos, la fórmula es la educación y la consolidación de una consciencia social del problema.
La psicóloga especializada en violencia machista Marisol Rojas piensa que todos debemos estar preparados para ayudar, así como socorremos en los accidentes de tráfico. «La violencia machista se produce en la intimidad del hogar, por lo que, como sociedad, tenemos que permanecer pendientes», señala. «Y si sabemos que una mujer puede ser víctima de violencia machista, atenderla y ayudar».
La ministra de Igualdad, Irene Montero, lo resumió así en un trino que emitió ante los asesinatos del inicio del año: «Revisar cada posibilidad de mejora y de coordinación hasta evitarlos todos. Pero no acabaremos con la violencia machista si no acabamos con el machismo: educación, prevención y feminismo hasta que no haya ni una menos».
Son llamados a una sociedad que se levanta en concentraciones y reclamos ante los asesinatos por violencia de género, pero que no gana aún la lucha contra ellos.
JUANITA SAMPER OSPINA
PARA EL TIEMPO
MADRID