Miami, EEUU —
El continente americano ha sido una de las regiones más afectadas por el coronavirus, no solo por el impacto que tuvo la crisis sanitaria como tal, sino también por la falta de preparación y recursos de algunos países, según ha explicado el director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa, durante una conferencia de prensa celebrada este jueves.
“El 26 de febrero del 2020, se confirmó el primer caso de COVID-19 de América Latina en Brasil”, recordaba el máximo responsable del organismo sanitario encargado de velar por las políticas en esa materia en toda la región. Según datos oficiales, “la región de las Américas tuvo más de 190 millones de casos, que corresponde a un 25 % del total mundial de casos, y más de 2,9 millones de muertes, casi el 43% del total mundial”.
En ese sentido, el director de la OPS ha recalcado que las consecuencias negativas tuvieron un impacto “no solo en la salud”, sino también “en las economías y las personas” provocando un “incremento de la pobreza”.
“Fue un período muy difícil para nuestra región. La pandemia también ha dejado en claro que ningún país u organización del mundo estaba totalmente preparado para el impacto de este nuevo virus”, ha agregado al respecto.
La desigualdad, uno de los grandes problemas
Uno de los factores que han contribuido a que algunas zonas de las Américas tuvieran serias dificultades para reponerse de los efectos de la pandemia es que esta “es una región marcada por tantas inequidades”, a pesar de que ahora, a su juicio, “nos encontramos en una situación mucho mejor”.
“Hoy la incidencia de COVID-19 es entre 20 y 30 veces inferior a la de hace un año”, ha asegurado. En esa línea, ha celebrado que “la OPS desempeñó un papel clave para ayudar a los países a mitigar los impactos de la pandemia, proporcionando orientación técnica, vacunas, pruebas diagnósticas, oxígeno, tratamientos y otros recursos que salvan vidas”.
Esos recursos proporcionados por el organismo sanitario regional “fueron muy importantes para nuestros países durante las fases más agudas de la pandemia” para afrontar mejor las consecuencias de la pandemia, ha explicado Barbosa.
Los proyectos de la OPS
“Creamos la Red Regional de Vigilancia Genómica de COVID-19, aumentando la capacidad en al menos seis países para hacer una secuenciación genética. Esto facilitó la carga de más de 580.000 secuencias de América Latina y el Caribe en la base de datos mundiales”, ha dicho el responsable de la OPS convencido de que “esta red es un activo que permite a los países monitorear el virus que causa la COVID-19, pero también otros patógenos con potencial pandémico, incluido la influenza aviar”.
Todos esos esfuerzos, en su opinión, han permitido “fortalecer la capacidad de la región de detectar una nueva variante de una manera rápida y también de monitorear las otras amenazas que tenemos en el sector salud”.
Otro de los proyectos más ambiciosos que ha desarrollado la OPS durante la crisis sanitaria ha sido el Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19, conocido como COVAX, que ha permitido “distribuir más de 160 millones de dosis de vacunas”, además de agilizar los procesos para “administrar más de 1.300 millones de dosis en menos de dos años”.
Una región con altas tasas de vacunación
Gracias a eso, “América Latina es ahora la región con el segundo nivel más alto de cobertura de vacunación en el mundo, con el 71 % de cobertura de vacunación contra la COVID-19”.
Pese a eso, Barbosa ha enviado un mensaje de concientización ya que, según avisa, “la pandemia no ha terminado”.
“La COVID-19 sigue entre nosotros y el virus aún tiene que asentarse en un padrón predecible”, avisa Barbosa.
Las autoridades sanitarias siguen muy pendientes de la evolución de la pandemia ya que, a pesar de que el coronavirus ha rebajado su nivel de emergencia, en el último mes se han registrado 1,5 millones de nuevos casos en el continente americano y más de 17.000 muertes.
“A pesar de que las pruebas de detección han bajado, debemos mantener el monitoreo y reportar esta información a la OPS y al mecanismo global”, ha dicho al respecto.
Cooperación en las Américas
Con todo también ha aprovechado para hacer un llamado a todos los gobiernos locales para seguir sumando esfuerzos con el objetivo de implementar programas de vacunación contra la COVID-19, “llegando al 30 % que aún no han recibido su primera dosis”.
“Desafortunadamente, tenemos a muchos millones de personas que aún no han tenido acceso a las primeras dosis de la vacuna contra la COVID-19 en nuestra región”, ha declarado Barbosa consciente de que “es un desafío”, pero que la OPS seguirá con su compromiso para apoyar estas iniciativas de cooperación.
Además, ha advertido que la tasa de vacunación con las dosis de refuerzo también ha descendido, algo que considera importante destacar ya que, en su opinión, es importante que la población siga con las pautas de inoculación “para prepararnos para cualquier nueva ola de infección o nueva variante de la enfermedad”.
“Las vacunas están disponibles, así que debemos ser determinados y vigilantes para alcanzar a cada persona. Es muy importante en este sentido que los países desarrollen e implementen estrategias para ofrecer información más clara y transparente a las familias y comunidades”, ha asegurado el responsable de OPS.
Sobre eso, ha insistido en que el papel de los sanitarios es muy importante que se sigan involucrando para aumentar la tasa de vacunación y reducir las muertes. “Necesitamos usar las vacunas que ya están disponibles para proteger a más personas en nuestra región, para salvar más vidas, para evitar estas muertes que aún están sucediendo. Especialmente, enfocarse en las personas que no están vacunadas o que no tienen las vacunas de refuerzo”, ha concluido.
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