“Es tiempo de transformación, es tiempo de mujeres”: Sheinbaum en su primer discurso como presidenta de México

Durante su primer discurso como presidenta de los mexicanos, Claudia Sheinbaum dejó claro no sólo que seguirá el legado de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, sino que exaltó la importancia de las mujeres a lo largo de la historia de su país y el gran significado que el poder sea asumido por una de ellas, por primera vez.

Sheinbaum, de 62 años y exalcaldesa de Ciudad de México, llegó al poder el pasado 2 de junio y dará continuidad al partido gobernante de centroizquierda, tras sacarle 30 puntos porcentuales a su oponente, la empresaria Xóchitl Gálvez.

“El 2 de junio de este año, el pueblo de México de forma democrática y pacífica dijo fuerte y claro, es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres. Hoy, primero de octubre del 2024 inicia la segunda etapa, el segundo piso de la cuarta transformación de la vida pública de México”, señaló la presidenta mexicana, refiriéndose al proyecto político y social iniciado por López Obrador en 2018.

“Después de al menos 503 años, por primera vez llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación. Y digo llegamos porque no llego sola, llegamos todas”, agregó la mandataria, quien recibió la banda presidencial de manos de la presidenta de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez, una histórica luchadora de la izquierda mexicana de 94 años, y bajo la atenta mirada de López Obrador, a quien dedicó la primera parte de su discurso.

Un discurso programático

La científica describió a su antecesor como “el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna, el presidente más querido, solo comparable con (el exmandatario) Lázaro Cárdenas” y le exaltó como “el mejor presidente de México. El que inició la devolución pacífica de la cuarta transformación de la vida pública” del país.

Sheinbaum no solo agradeció a AMLO -quien su popularidad favoreció enormemente a la nueva presidenta- por su gobierno, sino detalló su programa, el cual dará continuidad a varias iniciativas de su antecesor y que se basa en lo que denominan el «humanismo mexicano».

López Obrador es el primer presidente de izquierda elegido democráticamente en la historia de México, tras décadas de gobiernos de centro-derecha vinculados al sector privado. Generó una revolucionaria corriente política que mantiene ciertos principios recordados por la mandataria en su discurso: “Para que haya prosperidad, debe ser compartida… por el bien de todos, primero los pobres”, “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre” o “las mujeres tenemos derecho a la igualdad sustantiva”, entre otros.

Además, Sheinbaum resaltó que en su gobierno garantizará “todas las libertades: la de expresión, de prensa, de reunión, de movilización”.

En materia de política exterior, la mandataria resaltó las relaciones con Estados Unidos y Canadá: “Nos complementamos y, además, generamos las condiciones para una mayor consolidación de la economía de todo el continente”. Y resaltó la importancia de fortalecer la relación con los países de América Latina y el Caribe: “Nos une historia y nos une compromiso”.

En materia económica, dijo que mantendrá la autonomía del Banco de México y promoverá la inversión pública y privada. Enfatizó en que no incrementará el precio de los combustibles, el gas doméstico ni la electricidad “en términos reales”.

La mandataria también se refirió a la polémica reforma judicial, bajo la cual los jueces serán elegidos por voto popular y que ha generado manifestaciones en su país y el rechazo de los críticos, quienes afirman que los cambios constitucionales para reemplazar a 7.000 jueces de todo el país serán un duro golpe a la independencia del Poder Judicial.

“Significa más autonomía e independencia del Poder Judicial… Queremos que se termine la corrupción… ¿Cómo va a ser autoritaria una decisión que en esencia es democrática y permite que el pueblo decida?”, ajustó la mandataria, en una ceremonia celebrada en el Congreso de la Unión.

La nueva presidenta de México también hizo referencia a los programas del bienestar que mantendrá y otros que creará durante su gobierno, los proyectos de infraestructura, la inversión privada y los programas científicos y de innovación.

Anunció un “programa ambicioso de transición energética hacia fuentes renovables de energía que contribuya a disminuir los gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático” y dijo que continuará con su apoyo a las compañías paraestatales de energía y petróleo. También anunció reformas para garantizar el agua como recurso de la nación.

Uno de los temas que más preocupa a los mexicanos es la seguridad. Al respecto, señaló que garantizará “la disminución de los delitos alto impacto” y que se enfocará en las labores de inteligencia e investigación, y el fortalecimiento de la Guardia Nacional.

“Las mujeres podemos ser presidentas»

Una de las principales expectativas que se han generado en ciertos sectores en México es el hecho de que una mujer llegue a la presidencia, más de 70 años después de que pudieran votar por primera vez y en un país con altos índices de violencia de género.

Un tema que, aunque tocó en principio, tomó relevancia al final del discurso de la mandataria. Tras hacer un relato de cómo tiempo atrás las mujeres fueron anuladas y de cómo “el curso de la humanidad era protagonizado únicamente por hombre”, enfatizó en la transformación de esa visión.

“Sabemos que las mujeres podemos ser presidentas y con ello hago una respetuosa invitación a que nombremos presidenta con A al final, al igual que abogada, científica, soldada, bombera, doctora, maestra, ingeniera con A, porque como nos han enseñado, solo lo que se nombra existe”, señaló la mandataria, mientras sus seguidores le gritaban ‘presidenta, presidenta’.

Posteriormente, reconoció a la heroínas de su patria visibles e “invisibles”, a todas aquellas mujeres que lucharon por ver esa transformación y libertad femenina.

“Soy madre, abuela, científica y mujer de fe. Y, a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos”, sentenció Sheinbaum.

“Tengo la certeza de que consolidaremos juntas y juntos un México cada día más próspero, libre, democrático, soberano y justo, no les voy a defraudar”, concluyó la mandataria.

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