Cabe recordar que durante su primer mandato, Trump reforzó la llamada Operación Segunda Mirada, una iniciativa que fue inicialmente lanzada por Barack Obama y está orientada a identificar personas que obtuvieron la ciudadanía estadounidense a pesar de tener órdenes de deportación o cargos criminales.
No solo eso, Trump también intensificó los esfuerzos de desnaturalización brindando más presupuesto a Seguridad Nacional, de manera que pudieran llevar a cabo más investigaciones.
Por lo anterior, durante el primer mandato de Trump los casos de desnaturalización se duplicaron e, incluso, se creó una sección dedicada a este tema dentro de la Oficina de litigios de inmigración del Departamento de Justicia para la cual se contrató a nuevos abogados para acelerar los procesos.
El medio CNN calculó que se presentaron un total de 228 casos para eliminar la ciudadanía estadounidense entre 2008 y 2020. De ellos, 94 se procesaron durante los primeros años de la Administración Trump.
Con base en las cifras anteriores, se prevé que la gran mayoría de las personas que han obtenido su ciudadanía por naturalización podrán estar tranquilas ya que las leyes no permitirían que su estatus fueran eliminado sin razón.
De hecho, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración, (Uscis, por sus siglas en inglés), explicó que para llevar a cabo un proceso de desnaturalización se requiere que un tribunal federal cuente con sólidas pruebas en contra de una persona.
La pérdida de ciudadanía estadounidense, una amenaza de Trump, no es un tema nuevo
Aunque habrá que esperar para conocer si efectivamente Donald Trump y su equipo llevan a cabo mayores esfuerzos para retirar la ciudadanía estadounidense a ciertos migrantes, es importante señalar que no se trata de una política instaurada por el republicano, existe desde 1906.
La invalidación de la naturalización se ha puesto en marcha en diversos periodos, por ejemplo, durante las guerras mundiales cuando se generaron flujos migratorios masivos, según recopiló Telemundo.
Actualmente, básicamente se utiliza para personas acusadas de terrorismo, criminales de guerra y violadores de los derechos humanos que ocultan sus antecedentes.
Asimismo, la pérdida de la ciudadanía por naturalización también puede aplicarse a personas que obtuvieron su residencia de manera ilegal, e incluso, a hijos de alguien que hizo lo anterior. También a quienes mintieron deliberadamente en su solicitud o a los que obtuvieron su naturalización a través del servicio militar pero fueron dados de baja deshonrosamente.