Las negociaciones entre el Gobierno y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, para solucionar la crisis de Nicaragua, avanzan ahora bajo la ‘hoja de ruta’ que debe permitir alcanzar acuerdos el 28 de marzo.
La ‘hoja de ruta’, establecida el martes en la quinta sesión de las negociaciones, establece las reglas para que las partes alcancen un acuerdo, en un intento por evitar que haya un rompimiento como el ocurrido en julio pasado, cuando el presidente Daniel Ortega abandonó de forma unilateral el diálogo para detener la crisis.
El principal acuerdo alcanzado en la ‘hoja de ruta’ es el de invitar como testigo y acompañante al cardenal Leopoldo Brenes, miembro de la Iglesia católica, única institución que goza de la aprobación de actores nacionales e internacionales para mediar.
Un representante de la Iglesia evangélica recibió la misma invitación que Brenes, pero aquella no goza del mismo prestigio que la católica, debido a que sus pastores demostraron indiferencia en la parte más sangrienta de la crisis, al contrario de los sacerdotes, que abrieron las puertas de las parroquias a los heridos y arriesgaron sus vidas para evitar muertes, entre abril y julio pasados.
Según la ‘hoja de ruta’, los representantes del Gobierno y de la Alianza se reunirán casi a diario en sesiones de 8 horas, y solo brindarán información a través de conferencias de prensa previamente convocadas, hasta llegar a un acuerdo a fines de mes.
Nicaragua vive una crisis que, desde abril pasado, ha dejado entre 325 y 561 muertos, de 340 a 777 detenidos, cientos de desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio, según organismos humanitarios.