La ola de violencia que vive México no ha sido un hecho aislado para las comunidades indígenas que en el país habitan y que han tenido que padecer los horrores y la crudeza de los enfrentamientos entre carteles del narcotráfico, la desprotección por parte del Estado y la indiferencia de una comunidad que ha olvidado sus raíces. Por ello, han tomado la decisión de conformar gobiernos semiautónomos que les permitan proteger sus derechos, asegurar su pervivencia y, sobre todo, preservar sus tradiciones ancestrales.
Michoacán es el estado donde los pueblos indígenas han iniciado estos movimientos que propenden por la autonomía del sistema de partidos políticos que domina la política mexicana.
La decisión se tomó en gran medida, luego de la ola de violencia que envolvió al país centroamericano en 2006, bajo la presidencia de Felipe Calderón, quien emprendió una guerra contra las drogas que dejó vulnerables a cientos de comunidades que se encontraban casi que en el centro del conflicto.Lea también: ¿Qué hay detrás de la violencia por motivos religiosos?
Así, una de las personas en empezar a documentar este surgimiento de Gobiernos semiautónomos ha sido en fotógrafo británico Scott Brennan, quien desde 2014 ha convivido con dos de estas comunidades y creó proyecto ‘Autonomía indígena y resistencia en México’, en el cuál describe a profundidad el funcionamiento de estos asentamientos, sus costumbres y sus luchas.
«Estos movimientos, aunque en muchos aspectos están inspirados en el movimiento zapatista de Chiapas, son distintos, ya que son una respuesta directa a la situación de seguridad desde la escalada de violencia e inseguridad en 2006″, dijo Brennan al Washington Post.
Cabe recordad que estos Gobiernos semiautónomos se sustentan en la misma constitución mexicana cuyo artículo 2 habla del derecho a la libre autodeterminación de los pueblos indígenas. Así, las comunidades han decidido expulsar al sistema de partidos políticos, establecer sus propias fuerzas de seguridad e instituir políticas que aborden directamente las necesidades locales.
Proteger sus tradiciones
Dos de estas comunidades que el fotógrafo Brenan ha retratado en los últimos seis años, son la de Santa María de Óstula y la de San Lorenzo de Azqueltán. Ambas tomaron la decisión de crear gobiernos semiautónomos también con el fin de preservar sus tradiciones ancestrales que estaban perdiéndose con el mestizaje de occidente y el impacto de las herramientas tecnológicas.
El campo, por ejemplo, ha sido uno de los grandes beneficiados, pues varios de los territorios que las comunidades ocupan están pasando por un proceso de reforestación y de recuperación de las plantas con características magicoreligiosas que han acompañado a estas culturas por cientos de años.
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De igual forma sucede con las formas tradicionales de colectar alimentos, muchos se han volcado a la pesca tradicional y a cultivar las tierras y convertirlas en lugares mucho más fértiles.
Por último, también se han podido recuperar diferentes rasgos culturales de cada comunidad, como su etnoeducación, sus bailes y sus rituales.
Movimientos organizados y protegidos
Una de las características de estos gobiernos es la de la protección de su territorio con fuerzas de seguridad locales que custodian las fronteras y tienen estricto control de quienes ingresan a sus territorios.
Lo anterior les ha permitido también mantenerse al margen de los conflictos que en otros estados y regiones de México se vienen librando, especialmente aquellos relacionados con la guerra contra las drogas.
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La reciente posesión en la cabeza de mando de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha representado una esperanza para los indígenas, dado que el mandatario ha colocado como una de las banderas de su Gobierno, la lucha por los derechos de las comunidades ancestrales.
Inclusive, el presidente presentó a los mexicanos el Programa Nacional de los Pueblos Indígenas, con el cual busca destinar apoyo a las comunidades y priorizar sus necesidades en varios aspectos que, según ellos, han estado relegados del resto de la sociedad.
Redacción APP