La conservadora Ursula von der Leyen buscará este martes la aprobación por la Eurocámara de su inesperada designación por los mandatarios como líder del bloque hasta 2024, en una votación que pone a prueba la unidad de las fuerzas proeuropeas.
La candidata dijo este lunes que propondrá un salario mínimo garantizado para todos los trabajadores de la UE y un régimen de prestaciones por desempleo.
En un intento de persuadir a los parlamentarios socialistas y liberales reacios un día antes de que voten su candidatura, Von der Leyen dijo en una carta que también apoyará la reducción de las emisiones de dióxido carbono de la UE en hasta un 55 por ciento para 2030.
La alemana se comprometió a introducir un «impuesto fronterizo sobre el dióxido carbono» y a ampliar el programa de intercambio de derechos de emisión del bloque. También prometió reformas en la manera en que la UE supervisa el respeto del Estado de Derecho en sus países miembro y propuso una revisión de las políticas de migración y asuntos exteriores.
Los eurodiputados decidirán si la ministra de Defensa alemana, de 60 años, es la persona idónea para gestionar el divorcio con Reino Unido y las relaciones con Estados Unidos al frente de la Comisión Europea.
Aunque Von der Leyen logró el pasado 2 de julio el apoyo mayoritario del Consejo Europeo, que reúne a los mandatarios del bloque, tras una cumbre de tres días, el necesario visto bueno de la Eurocámara no lo tiene todavía asegurado.
«No contará con el apoyo de los cuatro grupos proeuropeos», avanza Eric Maurice, analista de la Fundación Schuman, para quien «sea cual sea el resultado, será una presidenta de la Comisión que (…) puede tener un problema de legitimidad».
Los comicios europeos de mayo, planteados como una lucha entre proeuropeos y ultraderechistas euroescépticos, dejaron un parlamento fragmentado, que requiere el concurso de al menos tres grupos para lograr la mayoría de 374 escaños.
«No contará con el apoyo de los cuatro grupos proeuropeos (…) sea cual sea el resultado, será una presidenta de la Comisión que (…) puede tener un problema de legitimidad.
Von der Leyen busca unir los votos de su Partido Popular Europeo (PPE, derecha, 182 escaños) a los de los socialdemócratas (154) y los liberales de Renovar Europa (108) para alcanzar la mayoría de 374, mediante una coalición proeuropea.
Pero socialdemócratas y liberales esperan un claro compromiso suyo en la defensa del Estado de derecho en la Unión Europea, con la situación de Polonia o Hungría en el punto de mira, antes de tomar una decisión, entre otras demandas.
«No aceptaremos ningún paso atrás respecto», dijo el viernes el vocero socialdemócrata, Tim Allan, en referencia a los procedimientos sancionadores lanzados contra los gobiernos nacionalistas en Varsovia y Budapest, en un contexto de dudas.
Los dirigentes de ambos países allanaron de hecho el camino a su designación tras bloquear a Frans Timmermans, el candidato socialdemócrata conocido por liderar la batalla de Bruselas contra la controvertida reforma judicial en Polonia.
El otro grupo proeuropeo, los Verdes (74 escaños), ya anunció su voto en contra, al igual que la izquierda radical (41), criticando además la designación de alguien que no lideró a su familia política en los comicios, como hizo Timmermans.
Socialdemócratas y liberales tomarán su decisión tras estudiar la respuesta a las cartas enviadas el jueves a la candidata y el debate en la sede de la Eurocámara en Estrasburgo (noreste de Francia) el martes. Aunque su posición final sea apoyarla, el hecho de que el voto es secreto aumenta la incertidumbre sobre de dónde obtendrá sus votos para convertirse en la primera mujer en presidir la Comisión y la segunda alemana.
Los socialdemócratas alemanes del SPD (16 escaños) han reiterado su oposición a la ministra, que, de no lograr la mayoría, podría sumir en una crisis a la coalición gobernante en Alemania entre el PPE y ellos.
Ante eventuales fugas de votos entre las fuerzas proeuropeas, Von der Leyen podría mirar hacia los euroescépticos Conservadores y Reformistas Europeos (CRE, 62) o hacia los ultraderechistas de Identidad y Democracia (73).
«El PPE no quiere ningún voto de la ultraderecha, pero ¿qué quieren que hagamos, que cortemos las manos a los diputados de Identidad y Democracia para que no se acerquen a las urnas?», aseguró el viernes su portavoz, Pedro López.
Los ultraderechistas y los euroescépticos del CRE, en cuyas filas están los nacionalistas polacos, ya advirtieron contra un compromiso firme de Von der Leyen respecto a las demandas sobre el Estado de derecho, si quiere sus votos.
El CRE reclama además la elección el lunes de la exprimera ministra polaca Beata Sdzylo como presidenta de la comisión de Empleo en la Eurocámara, que el «cordón sanitario» impuesto por los proeuropeos impidió el pasado miércoles.
Si la Eurocámara rechaza a Von der Leyen se abriría una inédita crisis institucional con el Consejo de mandatarios, quienes tendrían un mes para designar a un nuevo aspirante a presidir la Comisión.
Bruselas, AFP, Reuters