El presidente de Bolivia, Evo Morales, estaba anoche muy cerca de ser reelegido por cuarta ocasión, en medio de unas cuestionadas elecciones y señalamientos de presunto fraude, lo que aumentó este jueves la tensión entre los seguidores oficialistas y los del opositor, Carlos Mesa.
Las dudas sobre el proceso se generaron desde el domingo en la noche, cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspendió de manera intempestiva el conteo preliminar, en el cual Morales aparecía con el 45,28 por ciento de los votos y su rival con el 38,16 por ciento, sumado el 84 por ciento de las actas.
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Sin embargo, en la tarde de este lunes, también de manera sorpresiva, el organismo electoral reactivó el proceso y rápidamente mostró a Morales con el 46,87 por ciento de los votos y a Mesa con el 36,73 por ciento, contabilizado el 95,3 por ciento de los votos, con lo que el mandatario estaría logrando la ventaja necesaria para garantizar su reelección por cuarta vez consecutiva.
Necesita al menos el 40 por ciento de los votos y una diferencia de 10 puntos sobre su competidor para evitar una segunda vuelta. Aunque estos resultados apenas son producto de un conteo rápido, sí muestran una tendencia que se podría confirmar durante los escrutinios oficiales.
Partidarios del presidente de Bolivia, Evo Morales, protestan bajo el resguardo policial, a la espera de los resultados de las elecciones presidenciales, en La Paz.
Ante estos nuevos resultados, según el diario La Razón de La Paz, militantes de Comunidad Ciudadana (CC), que avala a Mesa, gritaban: “¡Fraude! ¡Fraude!”, en tanto que los del oficialismo les respondían: “¡Asesinos! ¡Asesinos!”.
Fuera del hotel donde se contabilizaban los votos, partidarios de Mesa y Morales se apostaron y, posteriormente, se registraron enfrentamientos que llevaron a que la Policía interviniera. Y el diario El Deber reseñó en la noche de este lunes protestas contra los resultados en varias ciudades.
La noche de este lunes, Mesa, quien gobernó a Bolivia entre 2003 y 2005, denunció “un fraude escandaloso” y dijo que “la ciudadanía no va a aceptar este resultado amañado”. En la mañana, ante la posibilidad de que se cocinara el fraude, el candidato opositor había llamado a los militantes y a la población a movilizarse para que sea respetada la voluntad popular.
Waldo Albarracín, líder de la organización civil de derecha Conade, alertó que el oficialismo genera un clima de inestabilidad y afirmó que “si en este país se suscita una guerra civil, es responsabilidad de este gobierno”.
“No le vamos a permitir una nueva actuación fraudulenta porque el pueblo boliviano está cansado de que se actué de manera delictiva desde instancias del poder”, advirtió.
Las sospechas de la oposición se dieron debido a que en las tres reelecciones anteriores Morales había ganado en la primera vuelta con más del 60 por ciento de los sufragios y en el proceso del domingo pasado se vio cómo su fuerza política se debilitaba.
Además, se reportaron algunos hechos que podrían justificar las preocupaciones de la oposición, como el descubrimiento de material electoral en casas particulares en algunas regiones.
Seguidores del candidato opositor Carlos Mesa gritan consignas durante una protesta en La Paz (Bolivia).
Ante estos hechos, el subsecretario interino de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Michael Kozak, en un tuit llamó a restablecer “ya” la “credibilidad y la transparencia” del proceso electoral. A su pedido se unieron los gobiernos de Argentina, Brasil y Colombia.
Y la Misión de Observación de la OEA anunció que acompañará de forma permanente el reconteo de votos.
“Muchas gracias al pueblo movilizado, a nuestros candidatos y candidatas, a los dirigentes, militantes y simpatizantes, por este nuevo triunfo histórico”, escribió anoche en su cuenta de Twitter el presidente Evo Morales, quien el domingo en la noche había celebrado la victoria.
El mandatario también celebró que su movimiento político, MAS, obtuvo la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y de senadores.
Funcionarios bolivianos realizan el recuento de votos este lunes en el centro de computo del Tribunal Electoral Departamental de La Paz.
De confirmarse la reelección, Morales, de 59 años y quien está en el poder desde 2006, podrá asumir el próximo 22 de enero.
Morales se vio favorecido por un fallo del Tribunal Constitucional que lo habilitó en 2017 para una reelección indefinida, alegando que postularse es su derecho humano, un año después de perder un referendo que consultaba a la población sobre el tema.
Es por eso que un segmento de la población cuestionó la postulación de Morales para estas presidenciales, pues cree que el país iba camino hacia una autocracia.
AGENCIAS AFP Y EFE
