Al inicio de la guerra en Ucrania, el Gobierno ucraniano necesitaba armas rápidamente. Así que su Ministerio de Defensa hizo una llamada desesperada y poco probable.
Del otro extremo de la línea estaba Serhiy Pashinsky, un exlegislador, fumador empedernido que había supervisado el gasto militar durante años. Había pasado gran parte de ese tiempo bajo investigación por sospecha de corrupción. Ahora, vivía virtualmente en el exilio político en su propiedad, marginado por el Presidente Volodymyr Zelensky y su promesa de erradicar la corrupción.
Pero Pashinsky tenía vínculos con el negocio de las armas y sabía cómo operar entre el desorden. En el Gobierno, eso lo había convertido en fuente de escándalo. En la guerra, lo hacía invaluable.
Contestó la llamada.
Dieciocho meses después, halló una investigación del New York Times, una empresa vinculada a Pashinsky se ha convertido en el mayor proveedor privado de armas en Ucrania. Compra y vende granadas, proyectiles de artillería y cohetes a través de intermediarios europeos. La compañía, Ukranian Armored Technology, reportó su mejor año el año pasado, con ventas por un total de más de 350 millones de dólares, contra 2.8 millones de dólares del año anterior a la guerra.
Y Pashinsky está nuevamente bajo investigación, con las autoridades ucranianas examinando los precios de Ukranian Armored Technology y sus relaciones financieras con funcionarios de adquisiciones y empresas en el extranjero, dijeron dos funcionarios enterados.
La mayoría de quienes hablaron sobre la investigación lo hicieron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar sobre la indagatoria en curso.
En la prisa por obtener armas, los líderes han resucitado figuras del pasado revoltoso de Ucrania y han deshecho, por ahora, años de políticas anticorrupción. Los funcionarios del Gobierno dejaron de poner en la lista negra a proveedores que habían timado a los militares y abandonaron muchas reglas de divulgación pública destinadas a revelar tratos autobenéficos.
La Administración Zelensky hizo todo esto mientras prometía continuar luchando contra la corrupción. Eso ha llevado a contradicciones incómodas —como que el Gobierno recurra a la ayuda de alguien a quien había etiquetado como criminal, comprando armas con gratitud y también investigándolo.
El riesgo a largo plazo es que estos cambios se arraiguen y que Pashinsky y otros salgan de la guerra con más dinero e influencia que nunca.
Los líderes ucranianos entienden este riesgo. “No somos muy idealistas en este sentido”, dijo Volodymyr Havrylov, el Viceministro de Defensa, en una entrevista. Cuando estalló la guerra, dijo, “queríamos cantidades masivas, y de inmediato”.
Una investigación del Times en toda Europa muestra cómo sucedió eso y cómo las políticas de Ucrania, nacidas de la desesperación, mandaron los precios al alza y agregaron capa tras capa de obtención de ganancias.
La red de Pashinsky compra armas, las vende, luego las vuelve a comprar y las vende una vez más, revelan contratos clasificados y documentos gubernamentales obtenidos por The Times, junto con más de dos docenas de entrevistas.
Los precios aumentan con cada transacción, hasta que el comprador final, el Ejército de Ucrania, paga más. El uso de múltiples corredores puede ser legal, pero es una forma de inflar las ganancias.
Gran parte del dinero que alimenta este sistema proviene de la ayuda europea, afirma un funcionario con conocimiento del financiamiento de Ucrania en guerra. Pero los funcionarios europeos y estadounidenses están reacios a hablar sobre Pashinsky, por temor a caer en la narrativa de Rusia de que el Gobierno de Ucrania es corrupto y debe ser reemplazado.
Sin embargo, en privado, dicen que el resurgimiento de figuras como Pashinsky es una de las razones por las que los gobiernos estadounidense y británico están comprando municiones para Ucrania en lugar de entregar dinero.
Pashinsky niega tener algún interés financiero en el negocio de las armas. En papel, tiene razón. Pero en Ucrania, los documentos no siempre reflejan la realidad. Los funcionarios dicen que cuando el Gobierno compra de Ukranian Armored Technology, negocia con Pashinsky. “Él siempre se ha ocupado de cómo está organizada esa empresa”, dijo Havrylov.
Pashinsky se ha autodenominado “un ciudadano responsable de mi país” que “nunca lo traicionaría”. En cuanto a los comentarios anteriores de Zelensky, el presidente “cometió un error”, dijo.
Los grupos de buen gobierno lamentan su resurgimiento. Pero incluso ellos dicen que el entorno actual de armas a como dé lugar es perfecto para Pashinsky.
Y él está cumpliendo.
Michael Schwirtz, Anatol Magdziarz y Daria Mitiuk contribuyeron con reportes.
Por: JUSTIN SCHECK y THOMAS GIBBONS-NEFF
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The New York Times Company
