Sir Jonathan Faull trabajó durante cuatro décadas en la Comisión Europea, donde llegó a ser el británico con más influencia y poder y dirigió departamentos clave como el de Mercado Interior o el de Justicia e Interior.
Nacido en la ciudad inglesa de Kent en 1954, Faull se jubiló poco después de que sus compatriotas decidieran en referéndum, el 23 de junio de 2016, sacar a su país de la Unión Europea (‘brexit‘).
Jurista de formación, Faull se formó en Sussex y en el Colegio de Europa de Brujas (Bélgica), cantera de muchos funcionarios europeos. En su vida académica ha pasado por Sciences Po de París, el King’s College de Londres, la Universidad de Cambridge o la Universidad Libre de Bruselas. Faull dialogó con EL TIEMPO unos días antes de que la UE concediera otra prórroga al Reino Unido.
¿Cree que es posible un pacto entre laboristas y conservadores para aprobar el acuerdo de salida de la UE?
No creo que se pueda alcanzar un pacto completo porque ambos partidos tienen gente que no lo aceptará y tampoco será fácil para los dos líderes, Theresa May y Jeremy Corbyn. Pero por lo menos han empezado a hablar, casi tres años después del referéndum, así que hay alguna posibilidad de alcanzar un compromiso sobre la relación de futuro con la UE y eso podría facilitar el acuerdo.
¿Una prórroga larga pone el ‘brexit’ en una situación de bloqueo?
Una prórroga larga hará que veamos otros asuntos subiendo en la agenda. Llegan las elecciones, en verano empezarán los nombramientos de los nuevos altos cargos (el bloque debe renovar antes de finales de año a los dirigentes de sus instituciones). Hay problemas apremiantes, como las relaciones comerciales con Estados Unidos, las relaciones en general con China y Rusia o la reforma de la Eurozona. Así que el debate sobre el ‘brexit’ se calmará en Bruselas y el Reino Unido podrá tener su debate nacional.
Casi tres años después del referéndum parece claro que la campaña de los ‘brexiters’ estuvo plagada de mentiras. Llegados a este punto, ¿un segundo referéndum sería una buena opción?
Es cierto que la complejidad de salir de la UE fue subestimada, por decirlo de forma educada. ¿Un segundo referéndum cambiará eso? No estoy seguro. El país está dividido, geográficamente, generacionalmente, entre campo y ciudades. Los partidos políticos están divididos, así como el Parlamento. No es ninguna sorpresa porque el sistema político británico no tiene mecanismos para alcanzar consensos nacionales y no hay tradición de esos consensos salvo en la situación extraordinaria de la Segunda Guerra Mundial. Un segundo referéndum podría cambiar eso si diera un resultado aplastante para una de las opciones, pero lo más probable es que el resultado sea muy ajustado.
La UE será más pequeña sin el Reino Unido, ¿pero será más débil o puede ser más fuerte por ser más coherente?
Es posible. Los británicos tienen mucha influencia en la UE y su salida cambiará eso. Cambiará las relaciones de poder entre países grandes y pequeños, entre el sur y el norte. Europa será diferente, parecerá más débil al principio, sí, pero puede ser más coherente en algunas políticas.
¿Anular el ‘brexit’ sería bueno para la UE o sería mantener en el bloque a un socio incómodo y molesto?
El Reino Unido siempre tuvo un papel particular en la UE. No participa en el euro ni en el espacio de libre circulación Schengen. Siempre fue el diferente, pero en general la UE se ha beneficiado de la membresía británica. La mayoría de la gente sentiría alivio si el Reino Unido siguiera en el bloque. Pero no creo que se vaya a anular.
Idafe Martín Pérez
Para EL TIEMPO
Bruselas