El hombre asesinado a golpes por sentarse a comer ‘donde no debía’

Una irremediable cólera invade a la comunidad de los Dalit, antes conocidos como ‘intocables’, en la remota aldea de Kot, en el norte de la India.

Según aseguran, el mes pasado un grupo de hombres de casta superior propinó una paliza a un miembro de los Dalit de 21 años de edad, llamado Jitendra.

El chico quedó tan gravemente herido que, nueve días después, murió.

¿Su presunto delito? Sentarse en una silla y comer delante de ellos en una boda.

Ninguno de los cientos de invitados que asistieron a la celebración de la boda, en la que el novio también era Dalit, se atreve a hablar de lo que le sucedió a Jitendra el 26 de abril.

Temerosos de posibles represalias violentas, solo admiten su presencia en un gran terreno donde se celebraba el banquete de la boda.

Sólo la policía habló públicamente de lo sucedido.

La comida de la boda la habían preparado miembros de la casta superior. Eso se debe a que muchas personas en regiones remotas de la India no tocan ningún alimento que hayan preparado los Dalit, que son el último escalón de la rígida jerarquía de castas hindú.

«La pelea empezó mientras se servía la comida. Se creó polémica sobre quién estaba sentado en la silla«, dijo el oficial de policía Ashok Kumar.

La policía registró el incidente bajo la ley de Prevención de Atrocidades contra Castas y Tribus, destinada a proteger a las comunidades históricamente oprimidas.

Durante generaciones, los hindúes de casta superior avergonzaron públicamente a los Dalit.

Los Dalit siguen siendo víctimas de atrocidades generalizadas en todo el país, y cualquiera de sus intentos para ascender en la jerarquía social es violentamente reprimido.

Por ejemplo, en mayo, cuatro desfiles de bodas de ‘intocables’ sufrieron ataques en el estado occidental de Gujarat.

Y todavía son comunes las informaciones sobre intocables amenazados, golpeados y asesinados por razones aparentemente mundanas.

La cultura que impregna a la comunidad es visible en todas partes, también en Kot, en el estado septentrional de Uttarakhand.

Los miembros locales de la comunidad de los Dalit aseguran que a Jitendra lo golpearon y lo humillaron en la boda.

Afirman que se fue de la celebración llorando, pero que poco después fue víctima de una emboscada y lo atacaron de nuevo, esta vez con más brutalidad.

La madre de Jitendra, Geeta Devi, se lo encontró herido afuera de su casa, que está en ruinas, a la mañana siguiente.

«Tal vez había estado tirado allí toda la noche», dijo, señalando el sitio dónde lo encontró. «Tenía moretones y marcas de lesiones por todo el cuerpo. Intentó hablar pero no pudo«.

La mujer no sabe quién dejó a su hijo fuera de su casa. Jitendra murió nueve días después en el hospital.

La muerte del chico es una doble tragedia para la madre: hace casi cinco años, su marido también murió.

Esto significa que Jitendra, que era carpintero, se convirtió en el único sostén de la familia y tuvo que abandonar la escuela para ponerse a trabajar.

La familia y los amigos lo describen como un chico discreto que hablaba muy poco.

Sus seres queridos exigieron justicia por su muerte, pero encontraron poco apoyo entre la comunidad.

«Hay miedo. La familia vive en un área remota. No tienen tierra y son económicamente vulnerables», dijo Jabar Singh Verma, un activista Dalit.

De las 50 familias que viven en el pueblo de Jitendra, solo unas 12 o 13 son Dalit.

«En los pueblos de los alrededores también hay más familias de castas altas que Dalit», añade el activista.

Los Dalit constituyen casi el 19 % de la población de la región de Uttarakhand, que cuenta con un largo historial de atrocidades contra ellos.

La policía arrestó a siete hombres en relación con la muerte de Jitendra, pero todos niegan cualquier participación con el asunto.

«Se trata de una conspiración contra nuestra familia», dijo una mujer cuyos padres, tíos y hermanos están entre los acusados. «¿Por qué tendría que pelearse mi padre por motivos de casta en el matrimonio de un Dalit?»

«Debió de sentirse avergonzado por haber sido golpeado y tomó docenas de píldoras que lo llevaron a la muerte», dijo otra persona local de casta superior.

Pero los ‘intocables’ de la aldea, furiosos por la muerte de Jitendra, niegan categóricamente estas afirmaciones.

Dicen que Jitendra sufría de epilepsia, pero insisten en que no hay ninguna posibilidad de que tomase una sobredosis de su medicamento.

Aparte de estas declaraciones, las familias Dalit locales permanecieron, mayoritariamente, en silencio.

«Esto se debe a que dependen económicamente de las familias de las castas más altas», dijo el activista Daulat Kunwar.

«La mayoría de los Dalit no tienen tierras. Trabajan en los campos de sus vecinos ricos, de casta superior. Saben las consecuencias que tendría hablar», añade.

La familia de Jitendra ya experimentó algunas de estas consecuencias: la madre asegura que sufren presiones para que dejen de buscar la verdad.

«Unos hombres se acercaron a nuestra casa y trataron de asustarnos», dice la mujer. «Nadie nos apoya, pero nunca renunciaré a nuestra búsqueda de justicia».

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