
La madre de un venezolano de 16 años que perdió sus ojos tras recibir disparos de perdigones por la policía en una protesta clamó “justicia”, en un caso condenado por la oposición e investigado por la justicia.
“Quiero justicia, justicia, justicia”, repetía este martes Adriana Parada, madre de Rufo Chacón, a las afueras del hospital de San Cristóbal, la capital de Táchira, donde su hijo es atendido. Según Parada, de 36 años, el joven participaba en una manifestación el lunes en la localidad de Táriba –a 10 minutos de San Cristóbal– cuando fue impactado en el rostro con perdigones de goma que dispararon efectivos policiales.
“Mi hijo perdió los ojos solo por ayudarme a pedir el gas que necesitamos”, lamentó entre sollozos.
El médico Luis Ramírez, a la cabeza del equipo de especialistas que asistió a Rufo, confirmó que “el niño recibió 52 disparos de perdigones en el rostro, lo que hizo que posteriormente perdiera completamente su visión”. Los funcionarios dispararon “a quemarropa”, a menos de un metro de los manifestantes, dijo el diputado del consejo legislativo regional Juan Carlos Palencia.
“No nos acostumbraremos, no dejaremos de llamarlos asesinos”, dijo el líder opositor Juan Guaidó –reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países– al tildar lo ocurrido como un “sádico acto”.
El fiscal general, Tarek William Saab, informó que dos policías de Táchira fueron detenidos y “serán severamente sancionados ante esta violación” de los derechos humanos.
El hecho se produce en medio de la conmoción causada por la muerte el sábado, presuntamente por torturas, del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, detenido por su presunta vinculación en un plan para asesinar a Nicolás Maduro.
No nos acostumbraremos, no dejaremos de llamarlos ASESINOS. No nos acostumbramos con Geraldine, ni con Alban, ni con Acosta Arévalo, ni lo haremos con el sádico acto en contra de los ojos de Rufo Chacón que tampoco se acostumbró a vivir sin gas en un país que tenía de sobra. pic.twitter.com/TK86SpV2su
— Juan Guaidó (@jguaido) 2 de julio de 2019
“Le arruinaron la vida, mi hijo se quiere morir”, declaró la madre del estudiante, que reparaba celulares para ayudar en los gastos de su casa. Denunció además que desde hace tres meses no cuentan con servicio de gas.
“Estamos en dictadura, por reclamar por una bombona de gas lo dejaron sin visión. Mi sobrino no quiere vivir”, afirmó el tío del adolescente, William Parada.
Le arruinaron la vida a mi hijo (…) Lo suyo eran las computadoras, allá esta pidiendo morirse
El general Jesús Arteaga, director de la Policía de Táchira, sostuvo por su parte que se trata de “un hecho aislado”. “Repudiamos este hecho de dos funcionarios (…) en ningún momento violamos los derechos humanos”, dijo en rueda de prensa.
El fiscal general, Tarek Saab, escribió el martes en Twitter que la Fiscalía «garantiza que ambos funcionarios serán severamente sancionados ante la violación de #DD. HH.».
3. El @MinpublicoVE garantiza que ambos funcionarios serán severamente sancionados ante la violación de #DDHH cometida en contra del precitado adolescente y su hermano de 14 años: quien también fuese lesionado en dicha concentración #DDHH
— Tarek William Saab (@TarekWiliamSaab) 2 de julio de 2019
Las fallas en el suministro de servicios básicos como agua, luz o gas se acentúan en zonas fronterizas de Venezuela y en los cruces hacia Colombia, a donde pasan a diario miles de personas huyendo de la crisis de hiperinflación y recesión que las agobia desde hace varios años.
REUTERS y AFP