Hasta enero de 2019 Juan Guaidó era un diputado venezolano más de los 167 que conforman la Asamblea Nacional de ese país y, aunque asumió la presidencia de dicha institución el 5 de enero, fue el 23 de ese mismo mes que se convirtió en la portada de los principales medios del mundo al asumir como presidente interino de Venezuela y convertirse en el nuevo líder de la oposición al régimen de Nicolás Maduro.
Esta resistencia en Venezuela había sufrido un golpe certero luego de que las elecciones presidenciales del 2018 se hubieran realizado sin la participación de los principales líderes opositores y sin veeduría internacional.
La decisión de Guaidó, tomada según dijo en su primer discurso: «apegándose a los artículos 333, 350 y 233 de la Constitución Nacional de Venezuela”, fue respaldada por el gobierno de Estados Unidos y la mayoría de países de la Unión Europea y América Latina.
La Fiscalía de Venezuela solicitó al Tribunal Supremo de Justicia imponer sanciones a Guaidó que incluían prohibir su salida del país y congelar sus cuentas bancarias, argumentando que estaba siendo investigado por “usurpar” el poder.
La postura de Guaidó se convirtió en una voz de aliento para la oposición y para quienes piensan que el sucesor de Hugo Chávez saldrá del Palacio de Miraflores en poco tiempo. Sin embargo, los esfuerzos de este ingeniero que el próximo 28 de julio cumplirá 36 años no han sido suficientes para lograr que Maduro deje el poder.
Juan Camilo Arroyave Ocampo, politólogo, analista político y profesor de la Universidad de Manizales, considera que Juan Guaidó es una figura política que emerge en Venezuela como líder de la oposición en un momento de transición que, a su vez, ha convocado movilizaciones significativas de quienes se oponen al régimen y ha logrado un apoyo diplomático importante por parte de los países que conforman el grupo de Lima.
Sin embargo, Arroyave asegura que “a pesar de que hay éxitos relevantes en todo lo que ha hecho Juan Guaidó, no hay una constancia”.
“Hoy en día, Guaidó es una figura que ha perdido inmediatez, visibilidad y comunicación, porque sus acciones han sido aisladas, paulatinas y coincidenciales”, asegura el analista, quien agrega que “desde la opinión pública, el análisis y la ciudadanía en general”, la labor de este líder es “producto de todo un trabajo sistemático”.
Hoy en día, Guaidó es una figura que ha perdido inmediatez, visibilidad y comunicación, porque sus acciones han sido aisladas, paulatinas y coincidenciales
El domingo 7 de julio Guaidó anunció que reanudará los diálogos de la oposición con el régimen de Maduro. Ese mismo día aseguró, a través de su cuenta de Twitter, que la Asamblea Nacional aprobará el regreso de Venezuela al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, que es un pacto de seguridad colectiva firmado por varios países de América Latina, entre ellos Colombia.
Erick Sánchez y Jason Parisi, escoltas de Juan Guaidó, fueron detenidos el 13 de julio por autoridades venezolanas tras ser acusados de vender fusiles robados de la Fuerza Armada, con el fin de cometer una supuesta agresión contra Nicolás Maduro, según afirmó el ministro de comunicaciones del vecino país, Jorge Rodríguez.
El presidente encargado denunció la detención de su equipo de seguridad, afirmando que Sánchez y Parisi eran quienes protegían a su familia en Caracas.
En medio de las tensiones que se generaron después de este hecho, el gobierno venezolano y la oposición decidieron retomar la mesa de diálogo en la isla caribeña de Barbados, con el fin de encontrar una solución pacífica a la crisis.
Jorge Rodríguez, ministro de comunicaciones se refirió al tema a través de un video en su cuenta de Twitter: ”esperamos que todos empeñemos nuestro esfuerzo para la construcción de un mecanismo pacífico de solución de controversias y se desactiven las agresiones contra nuestro pueblo”.
Pese a los esfuerzos del presidente encargado de Venezuela desde enero de este año por restablecer la democracia en su país, aún no hay un desenlace a la vista. De hecho, según Arroyave, “es probable que pueda emerger otra figura de oposición en los próximos meses”.
¿Qué puede pasar con Guaidó y Venezuela en el futuro?
Carlos Andrés Arias Orjuela, docente investigador de la maestría en comunicación política de la Universidad del Externado, asegura que: “Juan Guaidó seguirá siendo importante para la política internacional porque ha logrado que la comunidad vea la catástrofe que hoy está viviendo Venezuela. Ha logrado visibilizar la situación a nivel internacional”.
Sin embargo, este analista afirma que no es relevante en la política nacional porque no ha podido desarticular las fuerzas militares que apoyan a Maduro y hasta que eso no suceda, no será posible que sus acciones tengan una incidencia real en una transformación democrática en Venezuela.
“No creo que Venezuela esté ad portas de terminar la dictadura, por el contrario, hasta que no se logre ese movimiento en las fuerzas militares es muy improbable que Venezuela genere un cambio en el corto plazo”, dice Orjuela.
El abogado y experto en ciencias penales de la Universidad de Salamanca (España), Agustín Andrade González, dice que la población venezolana está en busca de resolver su cotidianidad, en conseguir medicinas, comida y servicios. “Eso es lo que los mantiene mentalmente ocupados y por eso pueden sobrevivir”, afirma.
Arias y Andrade coinciden en que las acciones del presidente encargado tienen la intención, pero no la fuerza necesaria. Andrade, considera que “la gente siente que tiene un gobierno que quiere solucionar de inmediato la situación catastrófica que vive Venezuela”, sin embargo, “para que eso ocurra deben existir actos de gobierno. No pueden existir solo órdenes verbales”.
Según el abogado, esto da informalidad a la situación e impide sentar las bases para decir que se está construyendo un gobierno real de transición, “situación que ha aprovechado la dictadura de Maduro y su grupo criminal para confundir a la comunidad internacional”.
Las fechas clave en el liderazgo de Guaidó
El 22 de febrero Guaidó desafió la medida de la Fiscalía y salió de Venezuela para ir al concierto en la frontera llamado “Venezuela Live Aid” en Colombia, organizado por Richard Branson.
El 23 de febrero, un mes después de autoproclamarse como presidente de Venezuela, hubo un momento clave para Guaidó y su movimiento internacional: se buscaría que la ayuda humanitaria que estaba en Cúcuta entrara al país para abastecer a miles de familias asediadas por la crisis.
Los cargamentos entrarían desde Brasil por el estado fronterizo de Roraima y desde Colombia por el puente Tienditas. Sin embargo, este objetivo no se cumplió. Las fuerzas de seguridad enviadas por Maduro bloquearon la frontera y evitaron la entrada del cargamento.
La jornada estuvo marcada por graves disturbios que, según la organización foro penal venezolano, dejaron al menos 5 muertos y 285 heridos en la frontera con Colombia.
El 25 de febrero Juan Guaidó comenzó una gira internacional. Se reunió con dirigentes opositores al régimen Maduro y con el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence. Además, viajó a Brasil, Paraguay, Argentina y Ecuador.
A sabiendas de que podía ser arrestado por ir en contra de las medidas que el Tribunal Supremo había tomado contra él, Guaidó anunció el 4 de marzo como su fecha límite de regreso al país. Al llegar a territorio venezolano fue recibido por diplomáticos europeos y convocó a una nueva jornada de protestas el 9 marzo.
Tras los apagones que se registraron esa misma semana, el parlamento de Venezuela declaró un “estado de emergencia” tras el quinto día sin energía en la mayoría del país. La decisión fue respaldada por Guaidó.
Según Arroyave Ocampo, “las acciones de Guaidó terminan coincidiendo con la oposición y la resistencia al régimen de Nicolás Maduro, pero no se asumen como acciones puntuales, concretas y sistemáticas”.
Las acciones de Guaidó terminan coincidiendo con la oposición y la resistencia al régimen de Nicolás Maduro, pero no se asumen como acciones puntuales, concretas y sistemáticas
El 16 de marzo el presidente interino dijo que estaba lanzando una “nueva fase” en su campaña contra Maduro y aseguró que viajaría por Venezuela antes de llegar al palacio presidencial.
Las autoridades venezolanas detuvieron a Roberto Marrero, jefe de despacho de Juan Guaidó el 21 de marzo. Fue trasladado al Helicoide, sede del servicio de inteligencia de Maduro (SEBIN), en compañía de Sergio Vergara, otro diputado de la Asamblea Nacional y miembro del equipo de trabajo de Guaidó, quien denunció el hecho a través de su cuenta de Twitter.
El 10 de abril el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, pidió a las Naciones Unidas revocar las credenciales de Maduro y reconocer a Guaidó como presidente.
Guaidó recorrió partes afectadas por los apagones y llegó al estado Zulia el 14 de abril. El 19 de ese mismo mes invitó a los venezolanos a unirse en la que sería la “marcha más grande de la historia” para presionar la salida de Maduro el primero de mayo.
El 28 de abril el líder opositor canceló un mitin para visitar una ciudad del oeste del país al afirmar que la “dictadura” de Maduro le había impedido llegar hasta ese lugar.
El 30 de abril aseguró que estaba lanzando una operación militar respaldada por el ejército para sacar a Maduro y pidió a sus partidarios reunirse en una base militar en Caracas.
El 1 de julio Juan Guaidó convocó nuevamente a una “gran marcha” repudiando el asesinato del capitán Rafael Acosta Arévalo, militar que fue asesinado mientras se encontraba preso por el régimen de Maduro. Además, descartó una nueva ronda de negociación con delegados de Nicolás Maduro, calificando al régimen de “dictadura asesina”.
Lo que está pasando ahora son situaciones que se podían prever, son situaciones advertidas
¿Es la misma Venezuela de enero?
Desde que Guaidó se juramentó como presidente interino, el apoyo internacional a Venezuela ha aumentado. Uno de los países que más ha impuesto medidas sancionatorias contra el régimen de Maduro es Estados Unidos.
Además, Guaidó designó representantes en 10 países que trabajan exclusivamente en temas relacionados con el vecino país, en Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Honduras, Ecuador, Panamá, Perú y por supuesto, Estados Unidos. Sumándose a ese respaldo internacional también nombró embajadores en la Organización de Estados Americanos y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Arias Orjuela asegura que Venezuela en estos seis meses sí se ha transformado, ya que internacionalmente ha recibido una influencia mediática importante que ha servido para cambiar la percepción sobre Nicolás Maduro y, por ende, que la oposición tenga más fuerza. Además, asegura que también se ha visto una transformación en la medida en la que ya se advierte en la comunidad internacional sobre una crisis humanitaria y “graves violaciones de la libertad de expresión”.
Según este analista, las acciones que ha emprendido Juan Guaidó han generado mayores tensiones al interior de la política venezolana, generando sanciones económicas y de orden internacional. “No creo que eso contribuya para un diálogo que termine generando la persuasión suficiente para que Maduro abandone el poder”, agrega.
Por otro lado, Andrade González asegura que Venezuela ha cambiado desde el punto de vista del comportamiento ciudadano, pues, según él, los habitantes del vecino país son conscientes de que hay un régimen nefasto y que ha sido el mismo gobierno el que sistemáticamente ha causado la situación del país.
“Lo que está pasando ahora son situaciones que se podían prever, son situaciones advertidas. Y no hablo desde que Maduro llegó al poder, sino desde que Chávez era presidente”, afirma el abogado.
MARIANA GÓMEZ GUTIÉRREZ
@g2_Mari
EQUIPO MULTIMEDIA